
La capital de Ucrania, Kiev, observó un día de luto oficial el viernes tras un ataque ruso con drones y misiles que dejó un saldo de 31 fallecidos, entre ellos cinco menores, y más de 150 heridos, según informaron las autoridades.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, destacó que la víctima más joven de la ofensiva del jueves tenía apenas dos años y que 16 de los heridos eran niños.
De acuerdo con las cifras oficiales difundidas por The Associated Press, este ataque representa el mayor número de niños fallecidos y heridos en un solo incidente en Kiev desde el inicio de los bombardeos sobre la capital en octubre de 2022. Asimismo, se trató del ataque más mortífero en la ciudad desde julio del año anterior, cuando se registraron 33 muertes.
El número de víctimas fatales aumentó durante la noche mientras los equipos de emergencia continuaban excavando entre los escombros. La operación de las fuerzas del Kremlin causó el colapso de gran parte de un edificio residencial de nueve pisos en la ciudad, y más de 100 edificaciones adicionales resultaron dañadas, incluidas viviendas, escuelas, jardines de infantes, instalaciones médicas y universidades, indicaron las autoridades.
Rusia ha intensificado últimamente sus ataques sobre diversas ciudades ucranianas, desoyendo los llamados de líderes occidentales, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para cesar sus operaciones en áreas civiles tras más de tres años de conflicto. Esta táctica rusa busca infundir terror y debilitar el respaldo público hacia la guerra.
Además, las tropas de Moscú prosiguen con su desgastante guerra a lo largo de la línea del frente de 1.000 kilómetros (620 millas), donde los avances graduales del último año han cobrado la vida de miles de efectivos de ambos bandos.
Zelensky afirmó que en julio, Rusia lanzó más de 5.100 bombas planeadoras, más de 3.800 drones Shahed y cerca de 260 misiles de diversos tipos —128 de ellos balísticos— contra Ucrania.
Reiteró su llamado a la imposición de sanciones económicas más severas a Rusia para disuadir al Kremlin, dado que los esfuerzos de paz liderados por Washington no han dado frutos.
“No importa cuánto niegue el Kremlin la efectividad de las sanciones, están funcionando y deben ser más firmes”, manifestó el presidente de Ucrania.
Sus declaraciones del viernes parecían ser una respuesta a los comentarios de Trump el día anterior, cuando expresó que su país planea imponer sanciones a Moscú, pero añadió que “no sé si las sanciones le molestan”, en alusión a su homólogo ruso, Vladímir Putin.
En abril, Trump instó al líder ruso a “¡DETENERSE!” tras un ataque aéreo en Kiev que dejó 12 muertos en lo que fue el embate más mortífero contra la ciudad desde julio de 2024.
“¡Hagamos el acuerdo de paz YA!”, escribió Trump en su plataforma Truth Social en ese momento, aunque Rusia no ha disminuido sus bombardeos. A principios de esta semana, Trump otorgó a Putin un plazo hasta el 8 de agosto para detener los combates.
Esas demandas no han convencido al Kremlin a modificar su estrategia. Putin afirmó el viernes que las condiciones que Moscú estableció el año pasado para un acuerdo de alto el fuego a largo plazo aún se mantienen. El presidente ruso ha dejado claro que solo aceptará un acuerdo en sus términos y seguirá combatiendo hasta que se cumplan.
“Cualquier decepción surge de expectativas excesivas”, señaló Putin sobre las negociaciones, sin mencionar a Trump por su nombre.
Putin añadió que considera valiosas las recientes conversaciones directas en Estambul entre delegaciones de Rusia y Ucrania, aunque no lograron avances significativos más allá de los intercambios de prisioneros de guerra y no hizo alusión a la fecha límite impuesta por Trump.
En lo que podría considerarse una nota inquietante para los ucranianos, Putin anunció que Rusia ha comenzado la producción de sus nuevos misiles hipersónicos. Estos misiles, con múltiples ojivas, pueden alcanzar velocidades de hasta Mach 10 y son incapaces de ser interceptados por defensas aéreas, aseveró.
Ucrania también solicitó la convocatoria urgente de una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el viernes, según indicó su ministro de Relaciones Exteriores, Andrii Sybiha, con el propósito de presionar a Putin para que acepte “un alto el fuego completo, inmediato e incondicional”.
Mientras tanto, las tropas ucranianas enfrentan una fuerte presión en la estratégica ciudad de Chasiv Yar, en la región oriental de Donetsk, donde Rusia está realizando un esfuerzo coordinado para romper las defensas adversarias luego de 18 meses de combates.
Zelensky declaró que la afirmación rusa sobre la captura de Chasiv Yar el jueves era “desinformación”.
“Las unidades ucranianas están manteniendo nuestras posiciones”, afirmó el presidente en su discurso diario en video del jueves por la noche. “No es fácil, pero es la defensa del derecho de los ucranianos a la vida”.
No obstante, el Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de investigaciones con sede en Washington, indicó que el control ucraniano sobre la ciudad se está debilitando.
“Es probable que las fuerzas rusas completen la toma de Chasiv Yar en los próximos días, lo que abrirá diversas vías para atacar el cinturón fortificado de Ucrania, una serie de ciudades fortificadas que sostienen las posiciones defensivas de Kiev en la región de Donetsk”, explicó el grupo de expertos.
Ucrania ha intentado poner presión sobre el ejército ruso atacando zonas en la retaguardia con drones de largo alcance que tienen como objetivo las redes ferroviarias, depósitos de petróleo y arsenales.
El Ministerio de Defensa de Rusia reportó el viernes que sus defensas antiaéreas derribaron 60 drones ucranianos durante la noche, siendo más de la mitad destruidos sobre la región fronteriza de Belgorod. El gobernador de la provincia, Vyacheslav Gladkov, informó que una persona resultó herida.
La fuerza aérea ucraniana, a su vez, declaró el viernes que derribó 44 de los 72 drones rusos lanzados durante la noche. Hasta el momento, no se han reportado víctimas ni daños.
(AP)