

Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner mantuvieron una reunión en la gobernación de Buenos Aires con el objetivo de avanzar en la conformación y diseño del frente electoral que el peronismo presentará el miércoles para competir de manera unificada. Este encuentro, que tuvo lugar en La Plata, se realizó exclusivamente entre los tres.
La reunión se llevó a cabo a tan solo 48 horas de la fecha límite para que los espacios políticos presenten las alianzas electorales con las que contenderán en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, previstas para el 7 de septiembre. Esta cumbre peronista es fundamental para avanzar en un acuerdo tripartito y lograr la unidad, que se encuentra en un proceso de negociación delicado.
El encuentro se produjo dos días después de que el PJ Bonaerense, en el congreso celebrado en Merlo, decidiera formar una alianza con todos los partidos que integran Unión por la Patria (UP), militar por la libertad de Cristina Kirchner y respaldar la gestión de Kicillof como gobernador.
Si no surgen imprevistos que alteren drásticamente las negociaciones, el peronismo bonaerense se presentará unido en las elecciones. Este miércoles se dará el primer paso formal con la presentación de un frente unificado, y las negociaciones apuntan en esa dirección.

En los tres sectores más relevantes existe un consenso para progresar hacia un frente común, impulsado por la necesidad de evitar una catástrofe electoral. “No hay espacio para otra cosa que no sea acordar. La realidad es que todo está atado con alambre”, afirmó un destacado dirigente del Movimiento Derecho al Futuro (MDF).
En estos momentos, los principales líderes se enfocan en negociar la representación de cada sector en las listas, determinando cuántos lugares y qué nombres ocuparán. Sin embargo, todos los diálogos se desarrollan en un contexto de fragilidad y cambios constantes de humor. Hay voluntad de avanzar, pero sin una clara intención de resolver las diferencias.
“Todo sigue mal en todos lados. Hay mucha mala onda”, admitió un funcionario cercano al Gobernador, quien entiende que la unidad es indispensable, pero no oculta que la forma en que se está gestando no tiene más futuro que esta elección. Consideran que es una solución (o al menos eso creen) a corto plazo, y que la situación cambiará drásticamente después de las elecciones.
En el cristinismo aseguran que ya no hay margen y que en las próximas horas deben definir la unidad y el frente común. Este es el momento decisivo. Después quedarán 10 días para negociar los nombres propios de las listas y determinar quiénes y dónde irán cada uno de los representantes de los sectores que están promoviendo la unidad.
Las principales candidaturas, por el peso político que conllevan, son las de la primera y la tercera sección electoral, donde se concentra la mayor parte del padrón electoral bonaerense. Encontrar nombres que representen la unidad es el gran desafío para mantener el acuerdo en pie.
El sábado, en el congreso del PJ, se designaron cuatro delegados que se sentarán alrededor de una mesa para avanzar en la negociación de las listas. Por parte del kicillofismo estarán la vicegobernadora, Verónica Magario, y el ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis. En representación del cristinismo estarán los intendentes Mariel Fernández (Moreno) y Federico Otermín (Lomas de Zamora).
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