
En los últimos tiempos, los principales señalados dentro del Gobierno comparten un mismo apellido: “Lule” Menem, considerado el armador nacional de Karina Milei, y su primo Martín, actual Presidente de la Cámara de Diputados. Ambos estuvieron involucrados inicialmente en el escándalo de las coimas tras la denuncia de Diego Spagnuolo, y luego sufrieron las consecuencias de la derrota electoral. De hecho, parece que hasta el propio Javier Milei ha perdido la paciencia con ellos. A pesar de esto, Karina los ratificó en sus cargos, lo que podría resultar en un daño autoinfligido para la administración.
Esto se debe, en primer lugar, a que Spagnuolo, quien alguna vez fue abogado de Milei, parece listo para intensificar su lucha por recuperar su honor. “Entre hacer caer al Gobierno e ir preso, Diego no tiene dudas”, aseguran quienes están cerca de él. En el relato que se construye en el entorno de Spagnuolo, el principal señalado es “Lule”, quien supuestamente habría interferido en la agencia para obtener un retorno que alcanzaba incluso a la hermana del Presidente.
Por otro lado, las consecuencias políticas también son palpables. “Lule” ha aceptado moderar un poco su perfil en medio de la tormenta, aunque no de forma excesiva. Desde el lunes posterior a la derrota, ya estaba en su oficina en la Casa Rosada y ha mantenido reuniones políticas a lo largo de la semana.
Su primo también se encuentra en una posición delicada. A fin de año, se llevará a cabo la elección de la Presidencia de la Cámara, como ocurre habitualmente, y cada vez son más las voces que cuestionan su figura. Incluso Lilia Lemoine, diputada y vocera no oficial de Karina Milei, ha manifestado que esa silla podría cambiar de dueño a final de año. En la línea de sucesión, varios se han postulado, entre ellos el emergente libertario Cristian Ritondo.
Sin embargo, Menem se mantiene cerca de Karina. Recientemente visitó Tucumán junto a la hermana de Milei en una gira previa a las elecciones. La derrota electoral parece no haber alterado la situación; Karina y su mano derecha continúan siendo los rostros visibles del Gobierno en la campaña territorial. Hasta el momento, acumulan más derrotas que victorias este año: en Buenos Aires, Corrientes, Formosa, Santa Fe, Misiones, Salta y Jujuy.