El primer caso se descubrió el 19 de octubre, cuando cirujas que suelen utilizar un viejo depósito de herramientas, bajo la estructura del murallón del Parque Urquiza, descubrieron que en el interior había un cadáver semicalcinado. Varias horas después el muerto fue identificado como Pedro Ramón Cabaña. El cuerpo presentaba heridas cortantes y fractura de costillas Pasaron poco menos de dos semanas y el 2 de noviembre, en la zona conocida como Nuevo Parque Urquiza, en una zona de barranca, dentro de unacasilla de chapa que acababa de arder en llamas se encontró el cuerpo sin vida de Ramón Alejo Miño. Luego del asesinato, el victimario incendió el lugar, pero a diferencia del crimen anterior, otros testigos habrían visto al homicida en momentos previos a su dantesca faena y pudieron aportar datos a los investigadores, que relacionaron las dos causas. En esa misma madrugada en la que Miño fue asesinado, la presencia de los ocasionales testigos del hecho fue advertida por Guillermo Raúl Ibarra, quien los encaró con un revólver en sus manos y mientras le apuntaba a la cabeza a Cristina Natalia Pucheta y a Griselda Noemí Canavidez les dijo que si decían algo de lo que habían visto las mataba también a ellas. Tras leerse las actas formales y mientras se espera que comparezcan testigos cruciales para la causa, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el martes de la semana que viene.