Viernes, 22 de agosto de 2025   |   Justicia

Justicia para el amor eterno: las historias que conmueven y emocionan en Noticias

Justicia para el amor eterno: las historias que conmueven y emocionan en Noticias

Por Magdalena Vinacur – Abogada de Familia, especialista en Niñez, de Colón

En noviembre, Julieta tenía 18 años y se encontraba finalizando sus estudios secundarios. Había sido criada por su abuela, quien había fallecido hacía tres meses, pero ese no sería el único dolor que afrontaría Julieta en el transcurso del año.

Su noviazgo, que había comenzado como una historia común, se había transformado en golpes y humillaciones. No solo ella sufrió, sino que su perro Ringo también fue víctima de la violencia.

La separación trajo una calma engañosa, un silencio precario antes de la tormenta. Una tarde, mientras Julieta jugaba al hockey con sus amigas, recibió un llamado inesperado. Su vecina, todavía conmocionada, le dijo: “Tu ex está en tu casa… llamó a Ringo y se lo llevó.”

Imaginar la escena fue a la vez simple y doloroso. Fabián entró al patio, silbó con el mismo sonido que, en otro tiempo, significaba paseo. Ringo, con la inocencia de quien solo recuerda los momentos felices, movió la cola y se acercó confiado. Con un simple gesto, Fabián lo alzó en brazos y desapareció. La vecina, que estaba regando las plantas, fue testigo de todo.

A partir de ese momento, Julieta quedó sumida en la angustia. Sabía bien de lo que su ex era capaz. No solo eran huellas de maltrato: ahora enfrentaba la amenaza concreta de perder a quien era su única familia, su compañía, su amigo y el portador de los últimos años vividos junto a “Chela.”

Fue entonces cuando la Justicia de Colón tomó cartas en el asunto. La escucharon. El juez que recibió el caso comprendió lo que estaba en juego. Con rigor jurídico, pero sobre todo con sensibilidad humana, interpretó que el secuestro de Ringo no era un hecho menor, sino un claro acto de hostigamiento en el marco de la violencia hacia esta adolescente que recién comenzaba su camino hacia la adultez. Había un precedente en Mendoza, donde se había fallado a favor de una mujer en una situación similar. Esta vez, Entre Ríos también demostró estar a la altura de lo novedoso y urgente.

El magistrado ordenó que Julieta acreditara la titularidad de Ringo y dispuso su restitución inmediata. La Policía actuó con seriedad y eficacia, teniendo en cuenta el contexto. Fabián intentó ocultarse, desplazándose de un lugar a otro, pero la presión fue aumentando y, a los tres días, no le quedó más opción que entregar al perro en la comisaría.

Cuando la llamaron, Julieta llegó y vio a Ringo de lejos; sintió, se detuvo y corrió al encuentro. Se tenían, como quienes reconocen la recuperación de lo esencial. Ese abrazo fue justicia, una justicia que se hizo visible en lo más cotidiano y vital.

El derecho puede -y debe- ir más allá de los códigos, reconociendo vínculos y previniendo daños reales. El juez de Colón, Dante Command, supo hacerlo. Con un fallo sobrio y firme, demostró que la justicia también puede estar a la altura del amor.

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En recuerdo de Telma.

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