Un joven de 18 años, con serios problemas de adicción vinculados a la “pipa” que afecta a miles en los barrios de Paraná, apuñaló a la pareja de su madre la noche de este lunes en el barrio San Jorge. El herido permanece internado en el hospital San Martín. El agresor, cuyo entorno familiar está marcado por la violencia y los homicidios, quedó detenido en la Alcaidía.
El hecho ocurrió al anochecer de este lunes en la zona oeste de la capital provincial, en inmediaciones de la vivienda familiar ubicada en calles Indios Beguaes y 1377. Allí, Diego Armando Martínez, de 44 años, recibió ocho puñaladas por parte de Jeremías Retamoso, de 18, quien fue detenido poco después cuando se dirigía a su casa.
Martínez es pareja de la madre de Retamoso. Según informó la Policía, el joven ya había ocasionado inconvenientes en la vivienda como consecuencia de sus adicciones. La víctima sufrió puntazos en el tórax, en ambos brazos y en ambas piernas. Fue trasladado al hospital San Martín; allí fue llevado a quirófano, donde le colocaron un drenaje por hemotórax. Se dispuso que permanezca internado en la sala de Neumonología del nosocomio.
En el procedimiento intervinieron personal de la División 911, de la comisaría novena y de la División Homicidios, bajo indiciaciones de la fiscal Patricia Yedro.
Fuentes del barrio afirmaron que Jeremías es hermano de Kevin y de Maximiliano Paniagua. Kevin está en la cárcel y no saldrá por mucho tiempo: siendo menor, asesinó a tres jóvenes y, mientras cumplía la condena por esos crímenes, en 2017 mató a seis internos quemándolos vivos en la Unidad Penal de Victoria, cuando, junto a dos cómplices, encendió un colchón, lo arrojó dentro de una celda y trabó la puerta. Maxi cometió dos homicidios, uno cuando era menor y otro ya siendo mayor de edad. Estuvo preso y salió hace un tiempo, pero regresó a la cárcel hace aproximadamente un mes porque le pegó cinco balazos a un muchacho en la plaza del barrio San Jorge en plena tarde.
Además, Martínez es hermano de Raúl Alejandro Martínez, el hombre que fue asesinado en marzo del año pasado en el barrio El Trébol en un conflicto por narcomenudeo. Otro hermano suyo sería quien asesinó a un albañil en el barrio Belgrano y luego apareció sin vida en su celda de la cárcel de Paraná, en un caso que se terminó definiendo como suicidio, aunque en su entorno dudaban de ello.
En tanto, en la zona persiste la alarma por la cantidad de chicos y jóvenes “zombies” a causa de la resaca de la cocaína que mezclan con bicarbonato y agua, calientan y luego fuman la “cascarita”. Se observan labios y dedos quemados, la misma vestimenta durante semanas y la búsqueda de cualquier cosa en contenedores de residuos.
