Sábado, 13 de septiembre de 2025   |   Economía

Jorge Brito compartió momentos clave en el crecimiento del Banco Macro y alertó sobre la morosidad en tarjetas y cheques.

El presidente de la entidad financiera local, y también de River Plata, repasó varios hitos personales y empresariales, explicó el reclamo de los bancos sobre Mercado Libre y advirtió sobre el aumento de la morosidad en tarjetas y cheques
Jorge Brito compartió momentos clave en el crecimiento del Banco Macro y alertó sobre la morosidad en tarjetas y cheques.

Brito versus Mercado Libre

El presidente del Banco Macro, Jorge Brito, analizó los desafíos de la economía argentina, el futuro del sistema financiero y la relevancia de las economías regionales en el desarrollo del país. Esta reflexión se dio en una entrevista con La fábrica Podcast, donde abordó aspectos económicos, personales y deportivos, en su rol como presidente de River Plate, además de los hitos que marcaron el crecimiento del banco que lidera.

La crisis de 2001 y el rol del Macro

Uno de los momentos más significativos de la charla fue el recuerdo de la crisis de 2001. Brito recordó el día en que Domingo Cavallo anunció el corralito. “Era un viernes, iba camino a la inauguración de un hotel en Cachi, y lo escuché por radio. Dije: ‘Esto es grave’. En el banco no había pasado nada todavía”, relató.

Destacó que la velocidad de la información era notablemente diferente en el interior del país, donde las noticias llegaban con un retraso considerable en comparación con Buenos Aires. En muchos casos, las restricciones bancarias se conocían uno o dos días más tarde. Esta particularidad, explicó, permitió al Banco Macro atravesar la crisis con menor volatilidad que otras entidades.

“Queríamos un banco del interior. Afortunadamente, tuvimos una volatilidad de depósitos muy baja. Contábamos con depósitos muy atomizados y eso nos permitió enfrentar ese momento con un banco muy sano y muy líquido”, afirmó. Esta solidez le permitió a la entidad concretar una operación estratégica en pleno corralito: la compra del Banco Bansud, que contaba con numerosas sucursales en Buenos Aires. La negociación comenzó en diciembre de 2001 y se cerró en enero de 2002.

De hecho, el también presidente de River Plate señaló que la compra del Bansud fue uno de los dos hitos más importantes del Macro para convertirse en uno de los grandes bancos privados de Argentina. Esta operación le permitió al Macro aumentar de poco más de 60 a 150 sucursales y pasar de operar en cuatro a estar presente en 23 provincias. El segundo “momento trascendental” de crecimiento de la entidad, mencionó, fue la salida a bolsa simultánea en Nueva York y Buenos Aires en 2006. Actualmente, el banco cuenta con 7.500 colaboradores directos y es el segundo banco privado de Argentina, con niveles de capitalización y liquidez muy significativos.

Como anécdota, Brito mencionó que cuando el Macro adquirió el banco Bisel, debía firmar la operación, pero se quedó dormido hasta que su padre, que estaba en Salta, lo despertó con una llamada telefónica. Tuvo que apresurarse a firmar la operación, lo cual logró, aclaró, porque vivía cerca de la sede del Banco Nación donde se concretó el negocio.

Las ventajas del interior

Brito subrayó que la localización del Macro en el interior le otorgó un margen de estabilidad en momentos de incertidumbre. “Siempre las crisis… El interior tiene mucha menos volatilidad. Cuando vemos salidas de depósitos o compras de dólares, el interior las mira desde un enfoque más relativo. La gente es mucho más sabia. En el interior hay un pensamiento a largo plazo que tal vez en Buenos Aires no predomina. Aquí vivimos en una dinámica ágil, los tiempos son diferentes”, expresó.

Además, recordó la opinión de su padre sobre el potencial de las economías regionales. Según explicó, siempre creyó que los recursos primarios se encontraban en el interior y que la concentración industrial en el conurbano bonaerense no era eficiente.

“Hoy está ocurriendo algo muy significativo en el país y creo que el interior será un gran protagonista en el futuro de Argentina”, sostuvo. Como ejemplos, mencionó el desarrollo energético en Vaca Muerta, la minería de litio y cobre en el NOA, y la expansión de las energías renovables, que han diversificado un esquema que antes estaba concentrado en Buenos Aires y la Patagonia.

La competencia con Mercado Libre

El empresario y dirigente deportivo también abordó el reclamo de los bancos para competir en una “cancha nivelada” con empresas como Mercado Libre.

“Sin duda, el tema de la digitalización representa un desafío para todos los sectores comerciales en el e-commerce. En el sector bancario no somos ajenos a esto, también actuamos como intermediarios. Es una tendencia global. Para empresas como Mercado Libre, es su núcleo, su área principal, el campo de la innovación, desarrollo y tecnología. En cambio, para nosotros es solo un área más. Si examinamos a los diez principales banqueros de Argentina, ninguno proviene de allí (…). Ellos, al haber surgido como compañías financieras no bancarias, cuentan con un marco regulatorio mucho más flexible y reducido, lo que les permite ser mucho más dinámicos”.

“Compiten en la misma cancha con reglas diferentes y ese es el planteo que tenemos. Por eso, desde Adeba, buscamos tener las mismas reglas regulatorias, que se rijan por el BCRA, que sean bancos bajo el mismo gremio de La Bancaria, con el mismo marco impositivo. Una vez establecido esto, se acabarán las excusas. Tendrán que competir y el mejor se quedará con el cliente”, afirmó.

Consultado sobre si había hablado del tema con Marcos Galperin, dijo que lo había visto “una o dos veces en mi vida” en el ámbito del rugby. “Nunca tuvimos reuniones de trabajo, pero hay cierta interacción en algunas mesas. No es un problema personal. Soy un admirador de él y de todos los empresarios exitosos, especialmente si son argentinos. Simplemente, si uno quiere competir, debe hacerlo en el mismo campo de juego”, enfatizó.

Tarjetas de crédito y cheques

Sobre el estado del sistema financiero actual, el presidente del Banco Macro consideró que la morosidad en tarjetas de crédito “está verde con indicios amarillos”. Aunque el nivel de mora no representa un problema, admitió que la tendencia es creciente.

Respecto a los cheques rechazados, describió la situación como “amarilla, claramente”. Señaló que aún no representa un número alarmante, aunque advirtió que entre junio y julio se duplicaron los casos, y de julio a agosto volvieron a incrementarse considerablemente.

Una mirada a futuro

Más allá de los indicadores coyunturales, Brito transmitió una visión optimista sobre el país. “Estoy convencido de que Argentina tiene un futuro inmenso. Depende de nosotros, los argentinos. Debemos escucharnos y comprendernos. No creo que se trate de A o B, sino de qué A y B pueden llegar a un acuerdo”, afirmó.

Para él, lo esencial es alcanzar consensos básicos que perduren en el tiempo. “Independientemente de quién sea el presidente, requerimos un camino claro y una dirección para recorrer durante los próximos veinte años”, sostuvo.

— ¿Ve futuro en Argentina?

— Muchísimo, muchísimo. Estoy convencido de que Argentina tiene un futuro inmenso.

Éxito y frustración

En la última parte de la entrevista, Brito abordó preguntas más personales. Reconoció que poseer dinero no implica alcanzar la paz interior. Explicó que dedica mucho tiempo a las empresas porque le interesa hacerlo y porque siente que puede aportar valor, aunque aclaró que esas organizaciones no dependen únicamente de él.

Al ser consultado sobre la relación entre felicidad y éxito económico, planteó que es válido soñar con alcanzarlo, pero que se trata de un camino constante. “El éxito no llega un día; todos estamos en la búsqueda de él continuamente. Yo lo persigo cada día y soy muy crítico de muchas cosas que creo que puedo mejorar. No me considero en absoluto un tipo exitoso”, expresó.

Finalmente, reflexionó sobre la importancia de la tolerancia a la frustración. Indicó que es una condición inevitable, dado que a menudo los resultados no coinciden con las expectativas. “La frustración nos acompaña a todos. Creo que todos los padres enfrentamos el gran dilema de que, como valoramos tanto a nuestros hijos, no queremos que sufran, pero esto les genera un problema a futuro. Los chicos hoy carecen de tolerancia a la frustración”, concluyó.

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