
En Argentina, más de 40 millones de usuarios dedican entre 4 y 6 horas diarias a navegar en redes sociales. En este espacio coexisten trolls, provocadores y amplificadores, donde la agresión se convierte en la herramienta clave dentro de este dinámico entorno. Periodistas, empresarios y políticos se ajustan a la lógica de las plataformas con el fin de no pasar inadvertidos.
La consultora Ad Hoc, especializada en comunicación digital, llevó a cabo un estudio que analizó la evolución del uso de insultos, términos negativos y agresiones en el conjunto de la conversación digital argentina durante los últimos 2 años y medio, donde se registraron 27,5 millones de insultos. Casi todos los sectores caen en la tentación: oficialismo, oposición, periodistas y empresarios.
El informe destaca: “Solo un grupo muy reducido de actores tiene una influencia real en la conversación pública digital. Aunque los porcentajes pueden variar, lo más relevante es que la mayor parte de lo que se observa en la red proviene de una minoría activa. Es aquí donde radica la influencia de los provocadores digitales y sus amplificadores. La mayoría de los usuarios se limita a observar y consumir lo que publica un pequeño porcentaje”.
Asimismo, agrega: “En los años 2000, los primeros investigadores de internet descubrieron que la mayoría de los usuarios no contribuyen en los foros, simplemente acceden a la red para informarse. Surge así la teoría del 1 – 9 – 90: el 1% de los usuarios son creadores de contenido, el 9% son colaboradores y el 90% solo son observadores”.
En 2015, Ernesto Calvo examinó la conversación en Twitter (X) sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman y comprobó que el 59% de la información fue generada por apenas el 1,4% de los usuarios que participaron en la discusión.
El informe también estudia la propagación de la violencia en las redes y señala que: “La provocación resulta atractiva para captar atención e interacciones. Así, se activa este mecanismo: El troll establece el encuadre y la estética del insulto. El provocador replica, legitimando con su “valor social”, y el amplificador masifica y viraliza”.
Javier Milei se posiciona como el usuario no troll que más insultos y agresiones ha emitido en los últimos 2 años, ocupando el sexto lugar a nivel nacional. Solo lo superan usuarios que pueden ser identificados como “trolls”, asociados a diversos sectores políticos de Argentina.
Según Javier Correa de Ad Hoc: “El Presidente se encuentra en el sexto lugar entre los que más insultan. Los cinco primeros son trolls. No es el único responsable. El uso de insultos ha crecido un 90% en dos años y medio. Se trata de un sistema perverso. Existen trolls, provocadores y amplificadores que luchan por romper la indiferencia. Solo ellos son quienes ganan”.
En el ámbito libertario, Marcos Galperín, Nik, Lucas Llach, Ramiro Marra, Santiago Oria, José Luis Espert, Alejandro Fargosi, Miguel Boggiano, Darío Nieto, Fernando Iglesias, María Eugenia Vidal, Laura Alonso y Pablo Avelluto, entre otros, siguen a Javier Milei.
No obstante, los insultos no son exclusivos del libertarismo. Además de Milei, los representantes de todas las fuerzas políticas utilizan las agresiones e insultos con regularidad.
El caso Marcos Galperin
El estudio también examina el comportamiento del empresario Marcos Galperín en redes sociales, a quien se califica como “un provocador de la era Milei”. Sus principales blancos de ataque son los “kirchneristas” y el “comunismo”, a quienes considera una amenaza para el capitalismo y la meritocracia. “Emplea terminología propia de la comunidad libertaria. Galperín no es solo un empresario; es un empresario mileista. Sus publicaciones se nutren principalmente de los trolls libertarios, especialmente al difundir datos económicos. El RT, al igual que en el caso de Milei, también se erige como una herramienta”, detalla el estudio.
“Un elemento clave aquí es el provocador. ¿Cuál es la característica fundamental del provocador? Posee legitimidad fuera de las redes sociales“, afirma Javier Correa.
“Vemos que Galperín es el empresario más relevante en este análisis, al igual que Milei. Ambos deben su legitimidad a factores externos a las redes sociales, no así el caso del ‘Gordo’ Dan“, ilustró. Y concluye: “Cuando Galperín o Milei expresan algo, eso se convierte en noticia, y ese es el resultado perverso del sistema, ya que tanto provocadores como trolls alcanzan su objetivo”.
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