Japón experimentó en julio el mes más caluroso desde el inicio de los registros en 1898, con una temperatura media 2,89 °C por encima del promedio del periodo 1991-2020, según informó este viernes la Agencia Meteorológica de Japón (JMA). Este es el tercer año consecutivo en el que el país establece nuevos récords de temperatura para este mes.
El fenómeno, atribuido por los científicos al cambio climático de origen humano, ha intensificado las olas de calor a nivel global, y Japón no es la excepción. La JMA advirtió que se prevé que el calor extremo persista durante agosto, afectando amplias regiones del país.
El 30 de julio se registró la temperatura más alta jamás medida en territorio japonés: 41,2 °C en Tanba, prefectura de Hyōgo, a las 14:39 hora local. El récord anterior era de 41,1 °C, establecido en Kumagaya (Saitama) en julio de 2018 y repetido en Hamamatsu (Shizuoka) en agosto de 2020.
En ese mismo día, varias ciudades superaron los 40 grados. Fukuchiyama (prefectura de Kioto) alcanzó 40,6 °C y Nishiwaki (Hyōgo) llegó a 40 °C, convirtiéndose en las primeras localidades en sobrepasar ese umbral en lo que va del año.
La JMA emitió una advertencia a la población debido al elevado riesgo de golpes de calor, instando a la hidratación, a limitar las actividades al aire libre y a prestar especial atención a niños y personas mayores.
Además del calor, las precipitaciones fueron escasas en julio en amplias zonas del país. Las regiones del norte que dan al mar de Japón registraron niveles de lluvia históricamente bajos, y la temporada de lluvias concluyó tres semanas antes de lo habitual en regiones del oeste, estableciendo otro récord.
El impacto del calentamiento ya se manifiesta en diversos aspectos de la vida natural del país. Según expertos, el clima más cálido está alterando el ciclo de floración de los cerezos japoneses, que tienden a florecer antes de lo esperado o, en algunas ocasiones, no logran florecer plenamente debido a la falta de frío suficiente en otoño e invierno.
En 2023, el Monte Fuji experimentó la ausencia más prolongada de su característico manto de nieve, que no apareció hasta principios de noviembre, cuando históricamente comenzaba a formarse a inicios de octubre.
Japón ya había establecido un récord previo en junio, cuando la temperatura media fue 2,34 °C superior a la media de ese mes, la más alta desde el inicio de las mediciones. Este registro superó el de junio de 2020, cuando la anomalía térmica fue de 1,43 °C, según la misma fuente.
Las autoridades meteorológicas subrayan la importancia de monitorear la evolución de las temperaturas y de tomar medidas preventivas para mitigar los efectos del calor extremo, que se proyecta como una tendencia creciente en los veranos japoneses.
(Con información de AFP y EFE)
