
Las autoridades israelíes informaron el lunes que otras 171 personas detenidas por participar en una flotilla humanitaria rumbo a Gaza fueron deportadas a Grecia y Eslovaquia, entre ellas la destacada activista sueca Greta Thunberg.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel publicó en X que “los deportados eran ciudadanos de Grecia, Italia, Francia, Irlanda, Suecia, Polonia, Alemania, Bulgaria, Lituania, Austria, Luxemburgo, Finlandia, Dinamarca, Eslovaquia, Suiza, Noruega, Reino Unido, Serbia y Estados Unido”. La publicación incluía fotografías de Thunberg y de otros activistas vestidos con camisetas blancas y pantalones de chándal grises.
171 additional provocateurs from the Hamas–Sumud flotilla, including Greta Thunberg, were deported today from Israel to Greece and Slovakia.
The deportees are citizens of Greece, Italy, France, Ireland, Sweden, Poland, Germany, Bulgaria, Lithuania, Austria, Luxembourg, Finland,… pic.twitter.com/DqcGLOJov7
— Israel Foreign Ministry (@IsraelMFA) October 6, 2025
Las autoridades israelíes volvieron a negar las acusaciones de malos tratos que surgieron en declaraciones de activistas deportados a Turquía, España e Italia durante el fin de semana.
Lubna Tuma, abogada de la asociación Adalah —que representa a más de 470 participantes de la Flotilla Global Sumud detenidos la semana pasada cuando intentaban romper el bloqueo israelí de la Franja de Gaza— informó que 150 personas permanecían retenidas en la prisión israelí de Ktziot, y que cuarenta de ellas estaban en huelga de hambre.
Durante una rueda de prensa en vivo el lunes, retransmitida en las cuentas de Instagram de Adalah y de la flotilla, Tuma declaró: “Algunas afirmaron que prefieren que su comida se destine a la población de Gaza”. Además, señaló que otras se negaban a beber agua “hasta que se proporcione tratamiento médico a todos los detenidos”.
Tuma afirmó que, si bien los abogados de Adalah ya han visto a la mayoría —aunque no a todos—, las autoridades israelíes han violado repetidamente los derechos de los activistas, desde su interceptación en aguas internacionales y traslado a Israel hasta su reclusión en una prisión de máxima seguridad donde, según ella, los detenidos sufrieron violencia física y humillaciones.
Las autoridades israelíes han negado enérgicamente esas acusaciones y han reiterado que los derechos de los activistas se respetaron durante la detención. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, además, acusó a un activista de haber mordido a una miembro del personal médico.
La interceptación de la flotilla desató manifestaciones masivas en ciudades de todo el mundo y concentraciones multitudinarias en aeropuertos para recibir a los deportados.
En los últimos dos días, varios activistas liberados han declarado haber sufrido malos tratos por parte de las autoridades israelíes.
“Hubo deshumanización, violencia y gritos”, declaró a The Associated Press Roos Ykema, una miembro holandesa de la flotilla que fue deportada a Madrid el domingo. “Pero recibimos el trato europeo”, añadió.
Esos mismos argumentos los repitió la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, quien regresó a la ciudad española el domingo por la noche.
Al aterrizar, Colau declaró a los periodistas: “Nos detuvieron en una prisión de máxima seguridad donde no había Estado de derecho, no respetaron ninguno de nuestros derechos”. Añadió: “Pero sabemos que esto no es nada comparado con lo que sufre cada día el pueblo palestino en Gaza”.
Sin embargo, la cancillería israelí negó las acusaciones y dijo en su último mensaje en X que “todos los derechos legales de los participantes en este espectáculo mediático fueron y seguirán siendo completamente respetados”.
“Las mentiras que están difundiendo son parte de su campaña premeditada de noticias falsas”, agregó.
La flotilla, compuesta por 45 embarcaciones, buscaba romper el bloqueo israelí para entregar ayuda humanitaria en Gaza, donde la ONU ha declarado un estado de hambruna tras dos años de guerra.
(Con información de AFP y EFE)