
Este domingo, el régimen de Irán aprobó la creación del Consejo de Defensa a través del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, con el propósito de fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas del país tras la guerra de 12 días con Israel.
La decisión, enmarcada en el artículo 176 de la Constitución iraní, fue anunciada por la agencia Tasnim, vinculada a la Guardia Revolucionaria. “El Consejo de Defensa revisará de manera centralizada los planes de defensa y el fortalecimiento de las capacidades de las Fuerzas Armadas”, explicó la Secretaría del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
Este organismo estará presidido por el presidente de Irán e integrado por los jefes de los tres poderes del Estado, los comandantes de las Fuerzas Armadas y los ministros pertinentes. Según el capítulo 13 del artículo 176 de la Constitución, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional tiene la facultad de formar subconsejos, como el de Defensa, conforme a sus funciones.
La formalización del nuevo consejo requiere la aprobación del líder supremo, Ali Khamenei.
La iniciativa se adopta en un contexto de tensión, más de 40 días después del conflicto con Israel, que comenzó el 13 de junio con bombardeos israelíes sobre infraestructuras militares y nucleares. Estos ataques causaron la muerte de varios altos mandos militares y científicos nucleares.
El régimen de los ayatolás respondió lanzando misiles y drones a la población civil israelí, resultando en cerca de 30 muertos. Durante el conflicto, Estados Unidos intervino bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes dos días antes del alto el fuego.
A pesar de la tregua, el comandante en jefe del Ejército iraní, el general de división Amir Hatami, afirmó que las amenazas de Israel no han terminado y aseguró que el país está plenamente preparado para la defensa.
“Una amenaza del 1 % debe ser percibida como una amenaza del 100 %. No debemos subestimar al enemigo ni dar por concluidas sus amenazas”, declaró ante altos mandos y oficiales de la Fuerza Terrestre del Ejército, según informó la agencia IRNA.
David Lammy, ministro británico de Asuntos Exteriores, expresó su escepticismo respecto a la versión oficial de Irán sobre el enriquecimiento de uranio. Lammy advirtió que el desarrollo de armas nucleares por parte del país persa podría intensificar las tensiones en Oriente Medio.
En declaraciones a The Guardian, el jefe de la diplomacia británica indicó que no acepta la postura de Teherán sobre el supuesto uso académico del uranio enriquecido. El ministro destacó que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) notificó, antes de los ataques de Estados Unidos contra Irán en junio, que las reservas iraníes de uranio enriquecido al 60 % de pureza superaban los 400 kilos.
Delegados del Reino Unido, Alemania y Francia han mantenido encuentros recientes con Irán en un intento por desbloquear el estancamiento en torno a su programa nuclear. Aunque Teherán afirma estar comprometido con la diplomacia, suspendió su cooperación con el OIEA, presidido por Rafael Rossi.
Lammy explicó: “Sus líderes no pueden explicarme —y he tenido frecuentes conversaciones con ellos— por qué necesitan uranio enriquecido al 60 %. Los iraníes insisten en que se debe a motivos académicos, pero no lo acepto”.
El ministro británico añadió: “Muchos lectores habrán visto Oppenheimer y las consecuencias de la construcción de una bomba atómica por parte de Estados Unidos”. Ante este escenario, subrayó los posibles efectos de un Irán nuclear: otros países vecinos podrían buscar desarrollar sus propios arsenales y, de repente, estaríamos entregando a las futuras generaciones un mundo con más armas nucleares que en la actualidad.
Lammy también mencionó que ha escuchado los argumentos israelíes a favor de un cambio de régimen en Teherán. Sin embargo, afirmó no creer que esta fuera la motivación detrás de la decisión del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de atacar instalaciones nucleares iraníes.
“Cualquier intento de derrocar al gobierno corresponde al pueblo iraní”, sostuvo Lammy, quien recalcó que su atención está enfocada en lo que el Reino Unido puede hacer para evitar que Irán se convierta en una potencia nuclear.