Miércoles, 3 de septiembre de 2025   |   Campo

Inundaciones en el centro oeste de Buenos Aires: una crisis sin fin para la población afectada

Inundaciones en el centro oeste de Buenos Aires: una crisis sin fin para la población afectada

La situación que enfrentan los productores agropecuarios en gran parte del centro oeste bonaerense es alarmante. Las intensas lluvias de las últimas semanas han provocado inundaciones que afectan a más de una decena de distritos, con miles de hectáreas anegadas, cultivos perdidos y caminos rurales intransitables. Los municipios de 9 de Julio, Carlos Casares, Bolívar, 25 de Mayo, Henderson, Lincoln, General Viamonte, Saladillo, General Alvear y parte de Pehuajó se encuentran en estado de emergencia justo antes del inicio de la siembra de granos gruesos, como maíz y soja. No se vislumbra un final cercano para las inundaciones, y existe preocupación por el impacto de las precipitaciones primaverales.

“Complicado, complicado”, resumió a LA NACION Hugo Enríquez, presidente de la Sociedad Rural de 9 de Julio. Según detalló, en agosto se registraron precipitaciones entre 200 y 250 milímetros, una cifra sin precedentes en la historia de la región.

inundaciones en 9 de Julio

“Sólo el fin de semana pasado llovieron entre 60 y 90 mm. Sumando los 200 milímetros de julio, en dos meses acumulamos más de 450 milímetros. Desde mediados de febrero, el total oscila entre 1150 y 1350 milímetros. La media histórica es de alrededor de 850 a 900 mm, ya estamos muy por encima y aún falta toda la primavera, que se prevé lluviosa. En esta estación, el promedio es de entre 350 y 500 mm”, advirtió.

“De la cosecha de fina [trigo] se pudo realizar apenas un 30 a 35% del área proyectada. En 9 de Julio se siembran entre 45.000 y 50.000 hectáreas anuales. Se sembró muy poco y no hay un suelo firme a 20 días de iniciar la siembra de maíz temprano, salvo en algunos lotes excepcionales”, explicó Enríquez.

El dirigente rural señaló que la situación ha provocado pérdidas significativas en la última campaña: “Se perdió hasta el 10% de la soja (unas 24.000 hectáreas de las 240.000 implantadas), así como algo de maíz y girasol”.

Además, se sumaron dificultades para avanzar con los cultivos de invierno y la próxima campaña. “De la fina [trigo] se pudo hacer apenas un 30 a 35% del área proyectada. En 9 de Julio se siembran entre 45.000 y 50.000 hectáreas por año. Se sembró muy poco, y tampoco hay suelo firme a 20 días de empezar con el maíz temprano, salvo en lotes muy puntuales”, subrayó Enríquez. El panorama es desolador: “De las 430.000 hectáreas de superficie total, entre 190.000 y 200.000 están inundadas, es decir, el 45%. Y aunque algunas zonas no tienen agua en la superficie, son inaccesibles por falta de suelo firme”, comentó.

La mala situación de la infraestructura ha agravado la crítica situación para los productores. “De los 2400 kilómetros de caminos rurales, el 85% está intransitable. Aunque haya tierra firme en los lotes, no podemos ingresar la maquinaria, y los caminos, en estado deplorable, impiden acceder a muchas áreas, lo que limitará la posibilidad de sembrar lotes. En septiembre ya será imposible; solo podremos esperar a octubre, siempre y cuando no sigan las lluvias, algo poco probable”, alertó.

De las 190.000 a 200.000 hectáreas bajo el agua, entre 70.000 y 75.000 pertenecen a campos agrícolas. Si se descuenta esa superficie, hoy un 35% de los campos agrícolas en el distrito no pueden sembrarse por el agua.

Enríquez cuestionó la falta de respuestas oficiales. “Desde abril solicitamos una reunión con el ministro de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier Rodríguez. Enviamos una carta el 14 de julio y nunca recibimos respuesta formal”, señaló. “Hoy nos recibirá en el municipio, pero no queremos que esto se convierta en una foto política, sobre todo cuatro días antes de las elecciones. La ayuda no llegó a tiempo y lamentablemente, hay muy poca cosa que se pueda hacer ahora”, expresó antes del encuentro con el funcionario.

Posteriormente, Rodríguez afirmó: “Me parece fundamental que todos los actores estemos reunidos y trabajando. La próxima semana habrá una comisión técnica para analizar los pasos a seguir y que ese trabajo avance de esa manera”. Agregó: “El municipio y la provincia están presentes, pero hay un gran ausente que queremos que esté y que es el gobierno nacional. Varios estudios indican que, de la producción agropecuaria, aproximadamente el 92% de los impuestos van al nivel nacional. Lo que estamos solicitando, en gran medida, es que esos recursos regresen, y que en este caso se traduzcan en obras y acciones concretas para atender esta complicada situación de inundaciones.”

Rodríguez señaló: “Para nosotros es crucial la coordinación en el marco de una crisis. En estos momentos, el trabajo conjunto y colaborativo es clave, y sentimos esa colaboración que resulta fundamental. Reconocemos el difícil contexto de los productores, que están sumamente complicados, y queremos destacar el esfuerzo que realiza cada uno ante esta situación particular.”

En 9 de Julio, solo el fin de semana pasado llovieron entre 60 y 90 mm. Entre julio y agosto, el acumulado asciende a 450 milímetros.

El reclamo de los productores no es solo productivo, también humano. “Hay productores que no pueden acceder a sus campos, otros que necesitan evacuar ganado en plena parición, y localidades con el agua en la puerta de sus casas. La situación es caótica”, describió. Añadió: “El parque de maquinarias del municipio es obsoleto: hay cuatro retroexcavadoras para 2000 kilómetros y 11 motoniveladoras, de las cuales funcionan solo seis o siete. Es imposible así.”

Hugo Enríquez alertó: “Si la primavera viene complicada, esto tomará un color mucho más trágico.”

En este contexto, hizo un llamado a que “los políticos se pongan en la piel del productor y de la comunidad” y dejen de lado “mezquindades y disputas partidarias”. Y advirtió: “Si la primavera se complica, esto tomará un tono mucho más trágico.”

En Carlos Casares, la situación no es diferente. “Desde septiembre del año pasado hasta hoy acumulamos 1500 milímetros, cuando la media anual es de 950”, reportó Mario Raymundo, presidente de la Sociedad Rural local.

El impacto económico es inevitable, además, por la falta de infraestructura. “Volvemos al tema de siempre: los caminos rurales. Dentro del campo, el productor se las ingenia, pero si no puede llegar a sus tierras, es un desastre”, afirmó el ruralista de Carlos Casares.

En esa región, la cosecha gruesa también sufrió fuertes pérdidas: “Entre un 20 y un 30% de la soja, principalmente, quedó sin recoger por el agua; el maíz aguanta un poco más”, comentó.

Destacó que la siembra de fina se perdió por completo. “El tiempo era junio y julio. Ya estamos en septiembre, es imposible sembrar. Y la primera fecha de siembra de maíz, que comienza el 20 de septiembre, tampoco se podrá cumplir. Recién a finales de octubre podremos ingresar a los lotes, y eso con suerte. Sin embargo, cuando se pierden días, se reduce el rendimiento y el ciclo disminuye, afectando la producción”, explicó Raymundo.

El impacto económico es innegable, además, debido a la falta de infraestructura. “Volvemos al tema recurrente: los caminos rurales. Dentro del campo, el productor busca alternativas, pero si no puede acceder a las tierras, la situación se vuelve crítica. Si no se logra sembrar toda la superficie, entraremos en una zona crítica. Los tamberos también están muy mal: en Ordoqui cerró un tambo de 1000 vacas y los demás no pueden acceder a los alimentos. Disponemos de 1500 kilómetros y solo unos pocos tramos están mejorados, apenas 25 kilómetros que van de Cadret a Bellocq. El resto es intransitable”, advirtió.

En este distrito, como en otros, los productores ya recurren a ventas forzosas de ganado porque se pierde mucha superficie ganadera, y se sabe que el pasto no aparece de un día para el otro. En este contexto, la comercialización de granos también se complica. “Lo que está embolsado no puede salir porque los caminos son un desastre”, añadió.

El dirigente insistió en que los reclamos no deben ser percibidos como una maniobra política: “Los políticos piensan que todo es una jugada de parte nuestra, pero tenemos un enorme problema de inundaciones. ¿Qué tiene que ver eso con la política partidaria?”

Raymundo describió la impotencia de los productores: “Tuvimos una charla con la Autoridad del Agua y con Hidráulica. Nos piden que el intendente forme el comité de cuenca para solicitar ayuda provincial, pero no hay receptividad política”.

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