
CÓRDOBA.- La reducción al 0% de las retenciones a granos y subproductos, vigente durante 72 horas —hasta que se acumularon Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por US$7000 millones—, tuvo un efecto “derrame” limitado para los productores. Esa es la conclusión de un estudio del Ieral, de la Fundación Mediterránea. El reporte subraya que la baja de impuestos siempre es una buena noticia, pero que las ventajas de medidas de este tipo “se ven limitadas en sus efectos positivos cuando son transitorias y poco previsibles”.
El trabajo de Franco Artusso y Tobías Lucero remarca que lo deseable sería avanzar “hacia un esquema de reducción y eliminación del impuesto definitivo, previsible y consistente, que facilite la planificación, maximice los efectos positivos sobre otras producciones (proveedores de insumos, equipos) y otorgue también a las actividades que se encuentran aguas abajo en la cadena de valor el tiempo necesario para adaptar modelos de negocio y estrategias al nuevo escenario de precios relativos”.
“Los principales beneficiados fueron los exportadores por la posibilidad de embarcar hasta 360 días después de emitida la DJVE: la venta la hacen a retenciones cero, se alcanza el tope y luego compran mercadería con DEX altos (descuento implícito)”, explicó Artusso a LA NACION.
En el reporte destacan que, al no existir restricciones cuantitativas sobre volúmenes ni impuestos específicos en el mercado de exportación, será la primera vez —al menos en los últimos 40 años— que los precios internos converjan con los precios internacionales.
El productor vuelve a enfrentar retenciones tras la medida del Gobierno
Sobre la decisión de comercialización, además de la urgencia de conseguir fondos para cubrir gastos personales o del negocio, los autores señalan que una fracción importante de los productores ya había adelantado ventas de soja al 30 de junio, aprovechando la rebaja transitoria de retenciones previa.
Precisan que el aumento de la cotización interna de los granos eleva los costos de producción en actividades que dependen de ellos como insumo principal —entre ellas la producción animal en sistemas intensivos, los tambos, la molienda y la elaboración de biocombustibles—, lo que “genera presiones adicionales sobre los precios de esos bienes”.
De todos modos, Artusso precisó que por la dinámica que tuvo la medida, “difícilmente arbitre un precio interno mayor para los granos -por lo que el productor ‘no ve la mejora’- y, por eso mismo, el efecto sobre producciones que usan grano como input no se daría tampoco”
En esa línea sostienen que la reducción y eliminación definitiva de los derechos de exportación resulta “inevitable, en la medida en que se desee liberar de esta carga tributaria al principal sector generador de divisas del país. No es sostenible una política que grava al sector primario para transferir recursos a las actividades de engorde animal o a los consumos industriales de granos”.
Hubo críticas de diputados al accionar de los exportadoresMarcelo Manera – LA NACION
Los economistas recuerdan que, en los países con los que la Argentina compite en exportaciones agroindustriales, estos mecanismos no se utilizan y, cuando existen políticas de apoyo, “suelen instrumentarse mediante herramientas específicas y no a través de la alteración de los precios de mercado”.
“Avanzar hacia un esquema en el que los consumos internos enfrenten el precio internacional de las materias primas constituye un objetivo deseable, tanto por razones de asignación eficiente de recursos como por la necesidad de evitar subsidios cruzados dentro de una misma cadena productiva”, sintetizan.
El diputado nacional por Córdoba, Carlos Gutiérrez, planteó en sus redes sociales que el corte de la baja de las retenciones se dio “cuando algunos todavía estaban haciendo números, cuando otros maldecían haber vendido unos días antes y haber provisionado sus insumos para la próxima siembra con un dólar ‘lógico’, otros ya tenían todo resuelto. Incluso la presencia de barcos chinos, que créase o no, en apenas 72 horas estuvieron en los puertos argentinos listos para cargar. Todo un récord. Sobre todo porque nadie les había avisado nada”.
“Hasta sucedió que el secretario del Tesoro (NR: Scott Bessent) gritó, como condición urgente, la suba otra vez de las retenciones porque, claro, los productores americanos entraban en zona de riesgo. Fue tan rápido todo, tan fugaz, que nos quedamos con el ticket en la mano cuando el partido ya había terminado. Y las retenciones, otra vez a pleno”, dijo.
El diputado Ricardo López Murphy también criticó la decisión oficial: “72 horas después de anunciar con bombos y platillos ‘retenciones cero’ el gobierno vuelve a ponerle retenciones al campo. Y encima lo celebran como un éxito. Lamentable”.
En tanto, el diputado Rodrigo de Loredo consideró que “a las exportadoras que declararon ventas con retenciones 0 sin tener los granos se les debe aplicar la ley 26.351″, que obliga a los exportadores a demostrar que tienen el grano antes de declararlo.
“Esa ley está vigente y tiene que aplicarse. En 2018 la Secretaría de Agroindustria dictó la resolución 20, donde se comprobó que a empresas como Amaggi, Alimar, Alicampo y Oca cereales no acreditaron la tenencia de la mercadería; entonces comunicó a la AFIP para que se le aplique la alícuota mayor de las retenciones”, dijo.