
De la redacción de INFORME DIGITAL
La inflación de 2025 cerraría como la más baja de los últimos ocho años en la Argentina, de acuerdo a estimaciones privadas y al acumulado oficial difundido hasta noviembre. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) terminaría el año por debajo del 32% anual, aun contemplando un diciembre con registros cercanos al 3%.
El dato no es menor si se lo observa en perspectiva histórica. En 2017, último año con una inflación anual inferior, el IPC había sido del 24,8%. Desde entonces, la dinámica inflacionaria se aceleró hasta alcanzar un pico histórico en 2023, cuando el índice anual superó el 211%.
Un punto de inflexión. Entre enero y noviembre de 2025, la inflación acumuló 27,9%. De confirmarse un cierre anual menor al 32%, sería la más baja desde 2017 (24,8%). En 2023 había sido 211,4%. El contraste marca un cambio estructural, pero con salarios aún rezagados.
En el caso de Entre Rios, la desaceleración de precios tiene efectos directos pero desiguales. Por un lado, comienza a reflejarse en una menor presión mensual sobre el consumo básico y cierta previsibilidad para comerciantes y pymes. Por otro, los salarios y jubilaciones provinciales todavía arrastran un fuerte retraso real producto del salto inflacionario previo.
Los datos oficiales indican que entre enero y noviembre de 2025 la inflación acumulada fue del 27,9%. De mantenerse esta tendencia, el cierre anual consolidaría un quiebre claro respecto de los años recientes, aunque todavía lejos de estándares regionales o internacionales de estabilidad.
Desde el plano fiscal, el escenario también interpela a la provincia. Una inflación más baja reduce licuaciones automáticas del gasto, obliga a una mayor disciplina presupuestaria y reabre la discusión sobre actualización salarial, coparticipación y recursos reales disponibles para municipios entrerrianos.
En síntesis, el dato inflacionario marca un cambio de ciclo a nivel nacional, pero en Entre Ríos el desafío pasa por cómo transformar esa desaceleración en recuperación efectiva del poder adquisitivo y actividad económica sostenida, sin margen para errores de gestión.




