

Frente a la apertura de importaciones que amenaza a la industria argentina y el empleo local, el jefe del bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados, Germán Martínez, marcó la cancha para el 2026. En diálogo con BAE Negocios, el legislador advirtió que la prioridad será “agregar valor a la producción primaria y apostar a la ciencia y tecnología”, sectores “que el gobierno de Javier Milei borró de su ecosistema de valores”.
Martínez adelantó que el contraataque legislativo ya tiene nombre: la Ley de Emergencia Pyme, que declara la emergencia económica y financiera de las MiPyMES, respaldada por la Confederación Federal Pyme. “El 2026 será clave para desarrollar estas propuestas”, dijo.
El desafío del jefe de la bancada opositora no es solo externo, sino también interno. El legislador se refirió a los gobernadores peronistas que mostraron posturas más flexibles o se diferenciaron en artículos que garantizaban obras o transferencias para sus distritos durante el debate del Presupuesto 2026. Para él, “quienes deben dar explicaciones son aquellos que toman otro camino”, y agregó: “Hay que ser consecuentes con las ideas que nos llevaron a ocupar estas bancas, no podemos ser como ‘hojas secas’ que se mueven según el viento“.
—Por primera vez en este ciclo, Fuerza Patria ya no es la primera minoría. ¿En qué cambia esto su estrategia de negociación diaria en las comisiones y en la definición de los temas a tratar?
—El hecho de ser primera minoría o una segunda minoría por una diferencia de apenas dos diputados no cambia demasiado la dinámica parlamentaria. De hecho, durante los dos primeros años del gobierno de Milei fuimos claramente la primera minoría y, sin embargo, el oficialismo se quedó con lugares en comisiones, no conformó algunas de ellas ni activó las bicamerales, ignorando nuestra condición. Por lo tanto, no hay que dramatizar el cargo en sí. Lo que hay que tener en claro es la actitud que va a tener nuestro bloque.
Ya lo demostramos en la primera sesión de extraordinarias: dejamos clara cuál es nuestra mirada en cuanto al presupuesto y el proyecto de inocencia fiscal. Ante cada tema que plantee el oficialismo, nosotros presentaremos una propuesta alternativa. Ese será el objetivo para 2026: impulsar una batería de proyectos que demuestren que existe un camino diferente para la Argentina, cuyo eje sea el peronismo.
—¿Se puede adelantar cuáles serán algunos de esos proyectos?
—Lo he manifestado durante el debate del Presupuesto. Argentina necesita recuperar el crecimiento económico sobre bases reales, no solo mediante rebotes estadísticos o la tracción de sectores como hidrocarburos, agro y minería.
Necesitamos un perfil industrial claro; la situación de las Pymes en todo el territorio es grave. Vamos a asumir una defensa activa del financiamiento para la educación, la ciencia y la tecnología. También defenderemos el sistema de salud público y los ingresos de los jubilados, tanto de ANSES como de las 13 provincias que no transfirieron sus cajas a la Nación. Además, buscaremos devolver recursos a las provincias. Este Gobierno ha concentrado los fondos en beneficio de la Nación y en detrimento del interior, dejando de distribuir obras y servicios esenciales. Esa será nuestra agenda.

—Respecto a los fondos provinciales, se comenta que Catamarca y Tucumán recibieron transferencias importantes de ATN antes de la votación del presupuesto. ¿Cree que esto influyó en el resultado?
—No tengo claro si influyó, pero es un dato objetivo que hubo transferencias de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) durante noviembre y diciembre. También el gobernador Frigerio, en Entre Ríos, recibió un adelanto de coparticipación de $220.000.
Esto sucede cuando hay una situación de ahogo financiero y un gobierno que utiliza esa asfixia para extorsionar a cambio de apoyo a determinadas leyes. Para evitarlo, el peronismo siempre propuso independencia económica para tener soberanía política. Las provincias necesitan recuperar fondos que antes recibían por fuera de la coparticipación, como el incentivo docente, recursos para escuelas técnicas, obras hídricas y el subsidio al transporte.
Bajo la gestión de Milei, esas transferencias cayeron un 93%, sumado a la baja en la recaudación. La situación financiera es dramática y nuestra tarea como principal oposición es presentar una propuesta que garantice el federalismo fiscal.
—¿Cómo se le explica al votante de Fuerza Patria que el bloque se fisura cada vez que el Ejecutivo presiona con los recursos?
—En la Cámara de Diputados el bloque no se fisuró. Votamos absolutamente alineados respecto al presupuesto. Nadie de Unión por la Patria votó con el oficialismo. Quienes deben dar explicaciones son aquellos que toman otro camino. Nosotros consideramos que el presupuesto era invotable tal como estaba y presentamos un dictamen alternativo que nos permitió unificar el voto de todos nuestros diputados.
Más que mirar lo que pasa en otros espacios, nuestra tarea es articular con sectores no peronistas, como hicimos para rechazar ciertos artículos de la ley. Nuestra labor es mantener unidos a nuestros diputados y buscar las voluntades que faltan para conformar una mayoría, tal como hicimos entre febrero y octubre de 2025, cuando logramos imponer una agenda opositora en temas de universidades y salud.
—Teniendo en cuenta que usted es el vicepresidente 3° del Partido Justicialista, ¿Evalúa algún tipo de sanción partidaria?
—Esa no es una tarea del bloque parlamentario. La conducta de los afiliados es competencia de los partidos provinciales. Personalmente, creo que más que en sanciones debemos pensar en cómo votar unificados según lo comprometido en campaña. Hay que ser consecuentes con las ideas que nos llevaron a ocupar estas bancas. No podemos ser como “hojas secas” que se mueven según el viento; debemos tener una postura firme para que la ciudadanía visualice que hay una alternativa política para 2027.
—¿Cómo gestiona internamente la tensión entre los sectores que piden confrontación directa y los que prefieren una oposición más dialoguista?
—No veo que esa tensión sea relevante. Nuestros compañeros quieren ser claramente opositores, pero con una opción alternativa. Es un camino más trabajoso porque exige un esfuerzo propositivo: decirle al Presidente que estamos en desacuerdo, pero proponer otra vía para lograr los objetivos. Lo hicimos con “Ficha Limpia”, donde no rechazamos el concepto, sino que propusimos un proyecto mejor que el del oficialismo. Queremos que los jubilados recuperen el 7,2% que perdieron con el cambio de fórmula y que se actualice el bono. En 2026 debemos aprovechar para hacer visible nuestra alternativa frente a cada política de Milei de cara a 2027.
—¿Está conforme con el trabajo legislativo de este año?
—Suelo ser autocrítico, pero creo que nuestro espacio ha constituido un bloque parlamentario muy sólido. Logramos leyes y mayorías importantes, tuvimos una voz fuerte en el recinto y presencia en la calle junto a quienes reclaman por sus derechos. Demostramos que no nos vamos a rendir y que mantendremos una postura firme frente a lo que consideramos perjudicial para el país.
—En lo personal, ¿cómo se coordina a un grupo de más de 90 personas?
—Trabajando mucho, hablando con todos y percibiendo el humor promedio de los compañeros en cada tema. Involucrándose en el debate interno para que tenga resultados positivos. Me dejó satisfecho el trabajo de diciembre, donde logramos posiciones conjuntas en temas complejos partiendo de visiones distintas. También es clave evitar los análisis políticos bipolares: no somos “campeones del mundo” cuando ganamos una votación, ni el “último orejón del tarro” cuando perdemos. Hay que construir una conducta estable que unifique hacia adentro y represente hacia afuera a esa mayoría de argentinos que no está de acuerdo con el rumbo económico.
—¿Cómo maneja ese “sube y baja” emocional que implica la política?
—No hay que deprimirse en las malas ni excederse en las buenas. Busco estabilidad política y emocional a través del diálogo constante con los legisladores, conociendo las problemáticas de sus provincias. Por ejemplo, mientras hablamos, hay inundaciones graves en Corrientes. Estuve en contacto con los diputados de allí para estimular la presentación de un proyecto de emergencia económica y social. Ese vínculo entre la agenda del territorio y el Congreso es algo que debemos mejorar en esta gestión.
—¿Hay algún proyecto para proteger la industria nacional frente a las importaciones y la pérdida de empleo?
—Nosotros impulsamos un plan industrial 2030 y dictaminamos una ley de emergencia Pyme que volveremos a proponer. Es necesario discutir la política comercial y proteger sectores fundamentales para el empleo. Debemos agregar valor a la producción primaria y apostar a la ciencia y tecnología. Nuestro espacio es autor de la Ley de Economía del Conocimiento. Todo esto es opuesto a lo que plantea Milei, para quien la industria no parece existir en su ecosistema de valores. Aunque a veces las cúpulas industriales guarden silencio, nosotros vamos a defender la industria igual.
—¿Cuál cree que será el proyecto de ley que servirá de base para la plataforma electoral de 2027?
—No será un solo proyecto, sino un conjunto de 10 o 12 temas. El bloque debe generar las condiciones para identificar esos ejes: crecimiento económico sólido con mirada sectorial, inversión fuerte en educación y salud pública, financiamiento estable para universidades y ciencia, y una política reparatoria para jubilados y personas con discapacidad. También una propuesta de infraestructura federal. El 2026 será clave para desarrollar estas propuestas. Somos militantes y la tarea se hace siempre, haya o no elecciones.
—¿Con qué palabra definiría el trabajo legislativo del bloque este año?
—Podría decir “resistencia”, pero creo que fue más que eso. Las palabras serían “acompañamiento” y “representación” de quienes buscan una alternativa. Mi objetivo es que, a finales del año que viene, la palabra que sintetice nuestro trabajo sea, finalmente, “alternativa”.





