Martes, 16 de diciembre de 2025   |   Economía

Impacto en el mercado cambiario y el plan económico de medidas del BCRA para acumular reservas y evitar atraso del dólar

El Gobierno dio respuesta a los dos reclamos más firmes del mercado, de los analistas y hasta del FMI: acumular reservas y evitar el atraso del dólar
Impacto en el mercado cambiario y el plan económico de medidas del BCRA para acumular reservas y evitar atraso del dólar

Con las medidas que entrarán en vigencia el 1 de enero, el Gobierno modificó dos pilares de su plan de estabilización económica, pese a que hasta ahora había sostenido que no era necesario cambiarlos. Es, en los hechos, un reconocimiento implícito de dificultades y una respuesta a reclamos persistentes de analistas, del mercado y del FMI: la necesidad de acumular reservas y de evitar que el dólar quede retrasado.

En primer lugar, diseñó un programa de acumulación de reservas en el Banco Central para dejar de depender de las distintas inyecciones de dólares que el plan recibió hasta ahora, como las sucesivas bajas de retenciones, el blanqueo, el FMI y hasta la asistencia directa del Tesoro de EEUU.

La medida aporta certezas a los tenedores de bonos argentinos. Se espera que una reacción inmediata sea la baja del riesgo país, lo que a su vez facilitaría emitir deuda a una tasa inferior al 9,26% que se pagó la semana pasada.

Nadie calculaba un default de la Argentina por no poder afrontar los USD 4.300 millones que vencen el 9 de enero, pero sí se reclamaban más precisiones sobre cómo pagará el país en adelante. Hasta ayer, el vice del BCRA, Vladimir Werning, había defendido ante inversores la decisión de no comprar reservas.

El esquema tiene como eje que las compras del BCRA no excedan el 5% del volumen diario operado en el mercado. A la vez, el mensaje del presidente del BCRA, Santiago Bausili, dejó claro que la forma de comprar reservas será lo bastante flexible (o ambigua) para que el Central la ajuste a su criterio. Podrá haber compras en bloque, adquisiciones directas del Tesoro e incluso modificaciones de ese 5%, que según el día “puede ser mucho o puede ser poco”, dijo Bausili. El BCRA espera comprar de manera cotidiana, pero sin atarse en exceso a un monto o a una estrategia fija.

Al mismo tiempo, la acumulación de reservas del BCRA estará condicionada por la evolución de la demanda de dinero, lo que envía una señal clara de que no se abandonará la premisa de contracción monetaria para reducir la inflación. Comprar dólares implica inyectar pesos y el Central quiere hacerlo sólo si la actividad económica lo exige. Bausili también dejó abierta la posibilidad de esterilizar pesos si fuera necesario.

En el plano político, es además una respuesta al FMI y al inevitable incumplimiento de la meta de reservas acordada hace 8 meses. Bausili prometió que “se analizará” ese punto con el Fondo durante la revisión de febrero.

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El segundo punto crítico es la modificación de las bandas para evitar una apreciación excesiva. Desde el inicio del esquema, la banda superior se ajustaba al 1% mientras la inflación superaba el 2%, y esa brecha empezaba a tener efectos negativos. En enero, la banda superior comenzará a subir con la inflación de noviembre, calculada en 2,5%, y arrancará en 1.556 pesos. El Central confía en que el dólar no alcanzará ese nivel.

La banda inferior también acelerará su deslizamiento, pero a la baja: en enero caerá un 2,5% y ampliará aún más el ancho de las bandas. Así se refuerza la intención oficial de que el margen inferior se reduzca “hasta volverse irrelevante”.

Con esto también se atiende el reclamo de numerosos sectores empresariales que temían que, a la caída del consumo y a la presión impositiva, se sumara un dólar que perdiera competitividad. Al menos en los próximos meses, el tipo de cambio podrá acompañar la inflación, algo que no logró hacer en ningún momento de 2025.

A pesar de los cambios, tanto particulares como empresas enfrentarán un mercado de cambios que seguirá operando de manera muy parecida a la actual. El presidente del Central descartó cualquier modificación a las restricciones cambiarias que todavía rigen. El cepo a las empresas, por ahora, permanece.

La flexibilidad subyacente en este nuevo esquema, donde el BCRA incorporó múltiples variables para determinar cuánto y cómo comprar dólares, le deja margen para ajustarse a las distintas contingencias que presente el escenario económico de 2026, en el que deberá afrontar compromisos (bonistas, Bopreal, FMI y otros) por USD 18.000 millones.

El director del BCRA, Federico Furiase, destacó que la oferta de dólares no provendrá sólo del superávit comercial, sino también de la cuenta financiera, con ingresos por colocaciones de empresas y provincias. Con cautela para no inyectar pesos que presionen sobre la inflación, intentará aprovechar esos dólares.

El dólar seguirá sujeto a presiones cruzadas. Hacia fin de año continuará el desarme de la “sobredolarización” acumulada en los meses previos a las elecciones. Al mismo tiempo, el año próximo aparecerán fuerzas en sentido contrario: las empresas empezarán a demandar divisas para normalizar el giro de dividendos a sus casas matrices.

También quedarán liberados muchos dólares provenientes del blanqueo, lo que permitirá a numerosos actores mobilizarlos sin pagar penalidades. Bausili minimizó ayer ese factor, pero en el mercado no está claro cómo evolucionará ese flujo.

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