Viernes, 15 de agosto de 2025   |   Internacionales

Human Rights Watch pide la liberación de prisioneros ucranianos y el retorno de niños deportados a su país

La situación de miles de civiles y combatientes retenidos en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania se agravó en los últimos meses, con denuncias de torturas, procesos judiciales irregulares y severas restricciones al acceso legal y familiar
Human Rights Watch pide la liberación de prisioneros ucranianos y el retorno de niños deportados a su país

La organización Human Rights Watch (HRW) ha instado hoy a que el enfoque central de las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, lideradas por los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin, sea la situación de miles de prisioneros de guerra y civiles ucranianos atrapados en el conflicto, según informó la agencia EFE y confirmó la propia organización.

HRW advirtió que el destino de estas personas no debe depender de una posible resolución negociada de la guerra, un proceso que podría extenderse durante años. Expertos señalaron que, mientras persistan las detenciones, el sufrimiento humano seguirá incrementándose sin solución a la vista.

Tanya Lokshina, experta de HRW para Rusia, subrayó que la detención y el destino de los civiles ucranianos representan una urgencia internacional. Según EFE, se estima que miles de prisioneros de guerra y civiles han sido capturados por Rusia desde el inicio de la invasión.

Además, cientos de niños ucranianos han sido dados en adopción tras su deportación, y un número significativo de ciudadanos rusos ha sido encarcelado por expresar opiniones contrarias al conflicto.

Fuentes oficiales ucranianas informan que más de 16.000 civiles fueron detenidos en zonas ocupadas, acusados de espiar, manifestar opiniones opuestas a la ocupación o negarse a colaborar con las fuerzas invasoras. Prácticamente todos carecen de asistencia legal, al serles negado el contacto con abogados.

La mayoría de los civiles detenidos, de acuerdo con HRW, permanece en cárceles en territorios ocupados o ha sido deportada a Rusia, donde se encuentran en aislamiento.

HRW ha denunciado torturas sistemáticas y tratos crueles hacia los prisioneros ucranianos. En el informe publicado hoy, se documentan testimonios sobre golpizas, posiciones forzadas, descargas eléctricas, ataques de perros, violencia sexual, trabajos forzados y humillaciones continuas, según entrevistas supervisadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

La falta de asistencia legal deja a los detenidos en una situación de extrema vulnerabilidad. HRW expuso que numerosos prisioneros de guerra ucranianos recibieron condenas en tribunales rusos entre diciembre de 2024 y mayo de 2025, por cargos de terrorismo, aunque estos hechos estaban relacionados con actividades propias del combate, de acuerdo con los estándares internacionales. La organización señaló que estos procesos violan las Convenciones de Ginebra, que prohíben sancionar a combatientes solo por participar en hostilidades.

HRW también presentó casos específicos de civiles, como la activista Iryna Horobtsova y la ama de casa Iryna Kulish, quienes fueron arrestadas y condenadas en procedimientos opacos y sin garantías judiciales.

HRW informó sobre la gravedad del destino de cientos de niños ucranianos deportados a Rusia y entregados en adopción. Se evidenció que las autoridades rusas trasladaron a estos menores desde internados y centros de acogida en zonas ocupadas, sin el consentimiento de sus familias. Su identidad y paradero son desconocidos, ya que la información no se comparte con Ucrania.

Los niños deportados son sujetos a un proceso de adoctrinamiento con propaganda antiucraniana que busca romper sus vínculos culturales y familiares. En los orfanatos y escuelas donde residen se prohíbe el uso del idioma ucraniano y se ejerce presión para que asimilen la cultura rusa. Algunos son enviados a campamentos de entrenamiento militar o academias juveniles bajo control ruso.

La Corte Penal Internacional ha ordenado el arresto del presidente Putin y de la comisionada para los derechos de la infancia, Maria Lvova-Belova, en virtud de estos hechos, clasificados como crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Lokshina instó, en su declaración publicada en Human Rights Watch, a Estados Unidos a aprovechar la cumbre de Alaska y otros canales diplomáticos para lograr la liberación de los cautivos, enfatizando el papel decisivo del diálogo internacional en la liberación de prisioneros de guerra y civiles.

La organización también animó a potencias como Francia, Alemania y Reino Unido a ejercer presión activa para que Donald Trump demande el regreso de los detenidos y para que el aspecto humanitario no se subordine a otros intereses de agenda, así como a instar a resolver estos conflictos en la conversación de hoy entre Putin y el presidente de Estados Unidos.

HRW reconoció que la liberación de prisioneros de guerra ofrece oportunidades para lograr acuerdos rápidos: en mayo de 2024, Kiev y Moscú realizaron un intercambio masivo de mil cautivos por bando, y posteriormente llevaron a cabo otros intercambios, incluyendo a detenidos gravemente enfermos.

Países como Qatar, Turquía y Emiratos Árabes Unidos han facilitado la mediación de estos intercambios, permitiendo la repatriación de niños y detenidos ucranianos, tanto civiles como militares.

Por otro lado, la Unión Europea y el Consejo de Europa han exigido la liberación inmediata de los detenidos, mientras que Estados Unidos, junto con Ucrania, priorizó esta cuestión en su reciente agenda bilateral.

La represión no afecta exclusivamente a los ucranianos. HRW advierte que en Rusia aumenta el número de ciudadanos detenidos por expresar opiniones contrarias a la guerra. La organización Memorial registra al menos 269 presos políticos verificados y más de mil expedientes en revisión.

El patrón identificado por Memorial y OVD-Info, tal como lo cita HRW, abarca desde la prohibición de visitas familiares y asistencia médica, hasta el aislamiento prolongado y tratos degradantes por supuestas faltas disciplinarias.

Intercambios recientes permitieron la liberación de opositores públicos tras negociaciones entre Alemania, Rusia y Estados Unidos, aunque las organizaciones advierten que los arrestos y condenas a disidentes siguen en aumento.

El sufrimiento de los detenidos, la incertidumbre de los prisioneros de guerra y la presión sobre los niños deportados son elementos fundamentales de la crisis humanitaria provocada por la guerra, y demandan una respuesta urgente de la comunidad internacional.

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