Un hombre se quitó la vida en el interior del hotel familiar de los Kirchner que está usurpado por más de un centenar de personas.
Se trata del hotel La Aldea, ubicado en el centro de El Chaltén, inactivo desde 2016 y sobre el cual quedó firme una orden de desalojo dictada por un juez de esta ciudad.
Según fuentes con acceso a la causa que dialogaron con LA NACION, el hombre, que vivía en el lugar, fue hallado ahorcado el lunes pasado dentro del edificio de dos plantas situado en una esquina céntrica del pueblo de montaña. Añadieron que padecía depresión y que tenía familiares en El Chaltén.
El juez de Primera Instancia en lo Penal de El Calafate, Carlos Albarracín, confirmó al portal Ahora Calafate que desde el juzgado enviaron intimaciones de desalojo a los ocupantes del Hotel La Aldea en el marco de un proceso judicial por usurpación.
Albarracín precisó que se trata de un procedimiento preventivo cuyo objetivo es “alcanzar una resolución pacífica del conflicto”. Aunque la defensora pública Ornela Guidi apeló la medida —aludiendo a que en el edificio viven familias con niños—, el juez de Recursos Nelson Sánchez confirmó el desalojo.
En febrero pasado el hotel fue noticia por un principio de incendio provocado por conexiones eléctricas clandestinas, que dejó sin energía al Puesto Sanitario del pueblo, localizado en el terreno lindero.
Alrededor de un centenar de personas ocupan clandestinamente el edificio desde, por lo menos, hace dos años. Si bien el fondo de comercio del hotel nunca apareció en las declaraciones juradas de Néstor y Cristina Kirchner, un peritaje de la Corte Suprema determinó que el hotel ya estaba construido y en funcionamiento cuando en 2009 fue adquirido por Los Sauces S. A., la sociedad inmobiliaria de los Kirchner.
Tras la compra, el hotel fue operado por Valle Mitre —la sociedad con la que Lázaro Báez administraba los hoteles de los Kirchner en El Calafate y El Chaltén hasta 2013— y luego por IDEA S. A., la empresa que gestionó los establecimientos hasta 2016. En ese periodo, ambas sociedades fueron denunciadas por presuntas operatorias de lavado de dinero en las causas conocidas como Hotesur y Los Sauces.
La temporada 2015-2016 fue la última en la que el hotel atendió al público; ese año comenzaron obras de ampliación que quedaron inconclusas. Al igual que el resto de los hoteles vinculados a los Kirchner, pasó a estar bajo veeduría judicial.
En 2021, el Tribunal Oral Federal N° 5 restituyó el control de los hoteles y otras propiedades a la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner y a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner en las causas Los Sauces y Hotesur, y se levantó la veeduría judicial. A pesar de la devolución de la administración, las propiedades siguen embargadas y están afectadas por el desarrollo de las causas judiciales.
Por Mariela Arias / La Nación
