Ahora estoy re-bien, ya ando para todos lados. Me operaron el 21 de diciembre, la primera semana estuve en cama pero al cuarto día ya caminaba un poco. La segunda semana ya estaba en casa. Antes de la operación me dolía el cuerpo cuando hacía deportes. Tuve los nervios de siempre ante una cirugía, pero el médico me aseguraba que todo iba a estar bien. Desde el día que salí de la operación noto cambios en mi cuerpo; cada día tengo un poquito más de movilidad. Todavía me duele pero casi nada. Me dijeron que en seis meses podré hacer natación y en un año lo que quiera de deportes. Soy bastante deportista. En febrero empiezo la facultad. Voy a estudiar Ingeniería en Sistemas en la UTN de Santa Fe”.Wanda tiene 17 años y hace menos de un mes fue operada por una escoliosis idiopática –una deformidad de la columna vertebral–, en un sanatorio ubicado en calle España de nuestra ciudad.La cirugía estuvo a cargo de Sergio Alejandro Jmelnizky –médico cirujano especialista en Traumatología y Ortopedia y licenciado en Kinesiología y Fisioterapia–, quien trabajó junto a un equipo de profesionales y técnicos, y contó con el apoyo de un aparato traído desde el Hospital Garrahan.Esta operación se convertirá en el antecedente de lo que sucederá a partir de marzo próximo. Según anunció Jmelnizky, desde los primeros días de ese mes en el Hospital Materno Infantil San Roque se realizarán cirugías para corregir escoliosis idiopáticas, una patología que afecta al 2 % de los niños y que es más frecuente en el sexo femenino (seis mujeres – un varón).Cabe aclarar que sólo los casos severos son operables; y que el tratamiento depende del grado de la enfermedad y de la madurez esquelética del paciente.“En los niños, la columna vertebral es más flexible y la corrección que se puede lograr es mejor. Por eso es conveniente que se opere a los pacientes cuando son chicos”, explicó Jmelnizky, quien es responsable de Patología Espinal dentro del Servicio de Traumatología y Ortopedia del San Roque.LA CIRUGÍA Antes de la operación, el problema que Wanda tenía en su columna provocaba que, de frente, se notara que su hombro derecho estaba más abajo que el izquierdo; y que el triángulo que se forma en la pelvis se viera inclinado.Ese cuadro –escoliosis idiopática– si no es tratado puede tener repercusiones respiratorias y neurológicas a futuro. “Con el transcurso de los años, 20 ó 30 años, el paciente puede sufrir dolores, colapsos de las vértebras y otro tipo de trastornos porque el problema sigue progresando”, explicó Jmelinzky, quien operó junto a los doctores Carlos Benaventano, Alfredo Vallejos, Ricardo Alcain y Sebastián Sayago, entre otros.La operación requirió casi cinco horas de trabajo y, en pocas palabras, se basó en la colocación de un implante de titanio en la parte afectada. En Wanda esa parte alcanzaba unos 14 niveles de fusión: desde la segunda toráxica hasta la tercera lumbar, inclusive.El implante es colocado con tornillos, ganchos y/o barras, y se pone hueso que es extraído de la cadera del mismo paciente.“Es una operación compleja por las complicaciones que pueden derivar de una pérdida sanguínea tan grande”, explicó Jmelinzky; y agregó que “se pudo llevar a cabo gracias a que el Hospital Garrahan nos prestó una computadora llamada PESS (Potenciales Evocados Somato Sensitivos), que sirve para monitorear intraoperatoriamente durante la cirugía la corriente nerviosa que pasa por la médula. En el caso de que haya algún cambio en la médula, ese aparato lo detecta y se puede corregir en ese momento”.Debido a que el implante corrige la columna estirándola, Wanda salió de la cirugía con cinco centímetros más de altura.PARA ENTRE RÍOS “Nunca se hicieron este tipo de cirugías en el Hospital San Roque. Desde marzo, gracias a que hay personal capacitado acá, se va a poder resolver la problemática de los chicos con deformidades en la columna, y ya no van a tener que ser derivados al Garrahan. Esto tiene gran trascendencia porque son muchos los chicos que tienen este problema y que hasta ahora terminaban siendo derivados a Buenos Aires, con todas las complicaciones que eso conlleva para el paciente y su familia”, reflexionó Sergio Jmelinzky.Y agregó: “Para una cirugía para corregir escoliosis severa se necesita, como mínimo, que el paciente vaya cinco veces al hospital antes de la operación, para que le saquen sangre porque durante la cirugía se le hacen autotransfusiones con la idea de no utilizar sangre de otra persona. Viajar tantas veces al Garrahan, además de los viajes por consultas posteriores, causa mucho estrés en la familia y el paciente. Eso se va a poder revertir”. (El Diario)




