
La aparición del jefe de Gabinete en el búnker libertario, luego del triunfo aplastante de La Libertad Avanza —que obtuvo más del 40% de los votos— enterró los rumores sobre su salida por fricciones con el asesor Santiago Caputo. En una noche de euforia oficialista, Guillermo Francos posó sonriente junto a Javier y Karina Milei, con un mensaje político claro: continúa formando parte del círculo de poder. La imagen contrastó con las versiones que lo situaban fuera del Gobierno, alimentadas por crecientes tensiones con Caputo, a quien algunos ven como su posible sucesor.
En la Rosada interpretan su presencia como una señal de respaldo presidencial. Francos conserva un rol clave como puente con gobernadores y con el Congreso, especialmente en un escenario en el que el oficialismo ampliará su capacidad legislativa. Lo subrayó días atrás al negar cualquier desplazamiento inminente: “El Presidente nunca me hizo un comentario sobre esto. Yo sigo en mi cargo y sigo trabajando como todos los días”. Además descartó asumir otro destino dentro del Estado: “Empecé siendo ministro del Interior y el Presidente me pidió que fuera Jefe de Gabinete. ¿Qué le puedo pedir? ¿Qué puede ser? ¿Qué me puede enloquecer? He cumplido un rol que yo creo que el Presidente valora. Y si él cree que esto tiene que generar algún cambio, lo hará. Pero no creo que esté en posición de ir a ningún otro lugar dentro del Estado”.
El resultado electoral —que deja al PJ debilitado y consolida al oficialismo en el Congreso— funciona como un bálsamo interno. Aun así, Milei decidió congelar modificaciones en el Gabinete hasta diciembre, cuando se formalicen las bajas obligadas por incompatibilidades: Patricia Bullrich (Seguridad) pasará al Senado; Luis Petri (Defensa) será diputado; y Manuel Adorni (vocero) también ingresará al Congreso. Esas vacantes abrirán una nueva disputa por espacios entre las tribus libertarias, con Karina Milei y los Menem en ascenso, y Caputo a la expectativa.
En el vértigo postelectoral, Francos se consolida como la cara dialoguista del Gobierno. Celebrando los números, lanzó: “Calculen ustedes lo que podemos hacer con más de noventa diputados nacionales y veinte senadores”. Milei, por su parte, ratificó el poder de su núcleo duro: “El triángulo de hierro se mantiene”, dijo, en referencia a su hermana, Caputo y él mismo. Con noviembre dedicado a negociar con gobernadores antes de los cambios de fin de año, Francos —al menos por ahora— conserva su silla y su centralidad.




