
Gualeguaychú vuelve a tener con Piaggio el mismo problema que tuvo con Leissa en los 90, que no tiene una construcción provincial.
De los tres intendentes que quieren ser gobernador, el que tiene el aparato y el sello es Adán Bahl. Para armar una lista a la gobernación, hay que reunir a 100 dirigentes de la provincia dispuestos a una elección interna contra el aparato del PJ.
Es un riesgo muy grande el que asumen Piaggio y Cresto. Yo no sé hasta dónde va a extenderse esta postura.
Veo difícil de que puedan sumar a esta aventura a 100 referentes de la provincia, sabiendo que si pierden el peronismo no incluye a minorías, a diferencia de la oposición. La última vez que recuerdo que ganó por fuera de la estructura del PJ, fue Busti. No recuerdo otra situación igual.
Cresto va a pasar en ambulancia, va a pasar a buscar en algunos departamentos los dirigentes que están marginados para intentar sumarlos. El paso de Cresto tiene que ver con su mandato familiar, y la familia Cresto es siempre una familia vinculada al poder.
Hay varios rumores pero ninguno acierta la tecla, se va a mantener en secreto, pero seguro sea de la costa del Río Uruguay.
La ley de paridad de género en la política provincial es un camino o un mapa para seguir, hubo una mujer que estuvo en danza para la gobernación que fue Stratta.
Cuando haya jóvenes por ahí este más normalizado, todavía cuesta por la misma construcción mental, y no hay muchas mujeres en lugares de decisión tristemente, y segundo porque no hay mujeres que hayan tomado el protagonismo.
Hay pocas candidatas a intendentas mujeres, incluso a legisladoras, y en el rubro del senado. Hay que tener un poco de paciencia, porque hay mujeres jóvenes muy interesantes.
Ante el fracaso de los proyectos nacionales, las poblaciones de las provincias se están cerrando dentro de sus propios proyectos provinciales. Eso fue muy palpable en Misiones, se está viendo en Neuquén, en Río Negro, en Salta y en otras provincias.
(*) periodista, corresponsal de Infobae en Entre Ríos.




