Las circunstancias que rodeaban al niño y su entorno no aparecen muy claras. De hecho, tras la tragedia se sucedió un cruce de acusaciones que apuntaban contra la madre del pequeño, María José González. La mujer había dicho que dejó al chico dentro de un corralito de madera un par de horas antes, pero a pesar que en la casa viven, por lo menos diez personas, entre menores y mayores, nadie advirtió el drama.
Cristian Marcelo Domínguez, el padre de Gustavo dijo no creer “una sola palabra” del testimonio de su ex pareja: “La criatura no se metió sola en la pileta, es imposible, alguien lo metió”, disparó en diálogo con el diario El Día.
Los padres de Gustavo se separaron el 30 de agosto del año pasado, “cuando ella se fue”, según expresó Cristian, quien agregó que “al mes ya estaba casada con otro”. El hombre aseguró que la última vez que vio a su hijo fue en diciembre: “Fui dos veces a verlo y me echaron a empujones insultándome y tirándome piedras”, por lo que hizo un reclamo en el Juzgado de Menores, que se sumaron a denuncias contra la madre del pequeño por falta de cuidados y maltrato, por lo que el chico fue visitado por una asistente social, aunque no se encontraron entonces motivos para reencauzar.
En tanto, la madre del pequeño señaló que el piletín y el corralito fueron quemados porque la Policía nos dijo “que ya estaba todo terminado y que ya habían sacado las fotos”, y consultada sobre las versiones que indican que el niño habría sufrido anteriormente algún tipo de abuso sexual, respondió “no estoy enterada de nada”, para preguntarse seguidamente: “¿Y quién lo va a violar acá?”.