La víctima, identificada como el padre Julio Tomás Cellis, de 34 años, debió ser auxiliada en forma urgente y trasladada al Sanatorio La Entrerriana donde hasta anoche permanecía internado. “Está consciente y se están tomando todos los recaudos del caso, porque es una persona que había recibido un transplante y por eso usaba ese elevador, para evitar usar las escaleras. Los médicos están analizando la posibilidad de realizarle intervenciones quirúrgicas ahora, porque presenta fracturas en ambas piernas y posiblemente haya que trasladarlo a Buenos Aires”, comentó su hermano Mario Cellis.
El sacerdote se desempeña desde hace aproximadamente tres años en ese lugar, cumple las funciones de vicario, y sus recaudos para no utilizar la escalera que conduce a las habitaciones de la planta alta en la casa parroquial se deben justamente a la necesidad de evitar esfuerzos tras haber sido receptor de un corazón transplantado.Además de las graves fracturas en sus piernas, Cellis sufrió cortes en distintas partes del cuerpo, debido al estallido de paredes vidriadas existentes en el contorno del ascensor cuando se estrelló en la planta baja.
DESMENTIDA. Ante la existencia de un llamado telefónico, una mujer, que solicitó manifestarse anónimamente y que dijo estar sumamente preocupada por lo ocurrido al padre Cellis, expuso sus dudas de que se tratara de un accidente y al notar que aún dos días después del hecho, ninguna noticia había aparecido en los diarios, esta Hoja volvió a consultar a familiares del sacerdote.
“Estoy totalmente convencido y así también lo está mi hermano de que esto fue un accidente y lo único que pido es una oración para que él mejore. A este ascensor no sólo lo usaba él, sino que también lo usaban otros sacerdotes de mucha edad que también tienen algunos impedimentos para manejarse por las escaleras”, dijo Mario Cellis.Finalmente, expresó: “Tengo que agradecer toda la preocupación de la Curia respecto a la situación que le está tocando a mi hermano Julio. Tanto el domingo como este lunes ha sido incesante el paso de gente de la Iglesia que se solidariza con nosotros y que nos están ayudando para salir adelante con esto que, repito, fue sólo un accidente”.
INVESTIGACIÓN.
Que el hecho no haya trascendido a la prensa, tratándose de algo que ocurrió detrás de las paredes de la misma Iglesia San Miguel no es un dato menor, ya que la misma persona que llamó para dar a conocer el hecho mencionó que, incluso, en un primer momento se habría intentado mantener al margen a la Policía, cuando acudieron a constatar el hecho.
Al ser consultado al respecto, el jefe de Policía de Paraná, Fermín Beltzer, interpretó cuestiones que podrían confundir actitudes y expresó que “creo que algunas de las personas que estaban en la iglesia en ese momento buscaron manejar directamente las cuestiones formales con el juzgado de turno, pero no puedo decir que alguien se opuso a la intervención policial. Finalmente, les hicimos saber que por tratarse de lesiones graves, mas allá de que sea un accidente, la tarea policial debía realizarse”.
Es de destacar que este hecho ocurrió el sábado, poco después de las 18.30, y lo usual es que los peritos de la Dirección de Criminalística, ante un hecho con lesionados graves, intervenga de inmediato. En este caso, el gabinete de Criminalística recién ingresó al escenario del hecho el domingo en horas de la mañana.
Por su parte, al ser consultado sobre las dudas que planteaba una persona anónima al cronista de esta Hoja, el jefe Beltzer admitió que otra persona le trasladó inquietudes al hacerse presente en el ámbito de la investigación. “Es cierto, una persona nos planteó algunas inquietudes verbalmente, pero nosotros estamos abocados a investigar las causas y circunstancias de lo que en principio se observa como un hecho accidental. Hay un elevador que se cayó desde una altura de un primer piso y posiblemente se haya debido a que se cortó un cable de acero que lo sostenía. Los elementos materiales están siendo sometidos a una tarea de laboratorio y con los resultados en la mano vamos a llegar hasta el juez que interviene, que será quién ordene los pasos a seguir”. (El Diario)