
Con 12 votaciones en contra y ninguna a su favor, el gobierno de Javier Milei recibió anoche un duro golpe desde la Cámara de Diputados, en un abanico de iniciativas que van desde los seis decretos motorizados por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que fueron rechazados, hasta fondos y retribuciones que la Casa Rosada y el Ministerio de Economía se niegan a otorgar a sectores como las universidades nacionales y el hospital Garrahan.
Entre la bronca y la ironía, desde el Gobierno atribuyeron la nueva mayoría conseguida por la oposición “al escenario electoral”. Sin reconocer de manera oficial gestiones para frenar la debacle, dejaron en claro que no habrá cambio de rumbo, tal como lo anticiparon los voceros del oficialismo, como los diputados Santiago Santurio y Damián Arabia durante la maratónica sesión.
“No entendieron la lógica del Gobierno: vamos a avanzar hagan lo que hagan, con todas las herramientas disponibles”, afirmaron a LA NACION cerca del jefe del Estado, que durante la madrugada reposteó en redes sociales varios discursos, entre ellos los de Santurio y Arabia, en los que acusaron a la oposición de “psicopatear porque estamos en elecciones”.
“Todo lo que se ha planteado tiene que ver con más recursos. El kirchnerismo quiere romper al Gobierno porque tiene temor de perder las prebendas que ha obtenido en este siglo”, dijo el jefe de gabinete, Guillermo Francos, en la primera reacción oficial luego de la aciaga noche que vivió el oficialismo. “Casi todos los radicales, prácticamente todos, la Coalición Cívica (CC), algunas fuerzas provinciales… votaron todos con el kirchnerismo”, agregó Francos, dejando en claro su disgusto por la confluencia opositora, que llegó casi a 160 votos- cercano a los dos tercios- en proyectos clave como la emergencia pediátrica y más fondos para las universidades. Francos, además, dio a entender que si avanzan las iniciativas tendrán destino de veto. “Todo lo que podemos vetar lo vetaremos”, confirmó el jefe de Gabinete. Recientemente, con el argumento de que tendrán impacto fiscal, Milei vetó el aumento a los jubilados, la extensión de la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad.
“Van a montar este show todas las semanas”, lamentó otro vocero oficial, resignado a que las derrotas del oficialismo se multipliquen hasta las elecciones. Cerca del jefe de gabinete negaron haber hecho alguna gestión ante los gobernadores para morigerar la avalancha de votos en contra que complicaron los planes del oficialismo.
“Los K estuvieron muy tranquilos, aprovechando la situación. Y algunos de los aliados (del Gobierno) estaban enojados por no estar en la lista”, comentó un aliado de los libertarios en la Cámara de Diputados. El referente también aclaró que “hubo llamados” aunque sin demasiado énfasis desde la Casa Rosada, desde el despacho del subsecretario Eduardo “Lule” Menem, el articulador nacional de Karina Milei, para torcer algunas voluntades, pero que fueron infructuosos. “En el Gobierno no quieren ceder nada a horas del cierre de listas. Y cada uno quiere saber cuál es el lugar que ocupa”, destacó un legislador oficialista. “No se podía frenar, hacen esto, después presionan y negocian. Así se manejan”, respondieron desde otro despacho oficial, para explicar que tradicionales gobernadores aliados, como Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) ubicaran a sus legisladores en la vereda de enfrente del oficialismo en distintas votaciones.
Cerca de varios mandatarios provinciales puntualizaron que los radicales Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza), más los macristas Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) “jugaron bien con los Menem”, aunque también sostuvieron (y consiguieron) el aumento de fondos para las provincias en concepto ATN y el impuesto a los combustibles. “El resto está de campaña, jugaron todos muy fuerte, y es lógico”, afirmaron cerca de un mandatario provincial que sí colaboró con el oficialismo.
Más difícil fue para el oficialismo explicar que un sector de Pro, aún con el acuerdo en Ciudad de Buenos Aires recién abrochado, se abstuvieran o votaron iniciativas de la oposición, como lo hizo María Eugenia Vidal, que apoyó la emergencia pediátrica. Hasta entre los “radicales peluca”, el tucumano Mariano Campero o el catamarqueño Francisco Monti dejaron trascender su malestar por alguna promesa incumplida. Sin embargo, Monti votó anoche con los libertarios y Campero se ausentó.
“Bienvenidos a la democracia”, ironizaron cerca de Sturzenegger, uno de los más enojados con los diputados, que rechazaron la disolución de Vialidad Nacional, el Inti y el Inta, entre otros organismos. Y expresaban su temor de que esos mismos decretos fueran rechazados por el Senado, donde el kirchnerismo conserva su poderío. “Es la lucha entre la casta y la libertad. Vamos a ver”, explicaron desde el despacho del ministro, con lógica libertaria aunque sin darse por vencido luego del cachetazo legislativo.