
Las retenciones continuarán en 2026 y, según el presupuesto nacional elaborado por el Gobierno, el próximo año representarán un incremento del 22,8% en los ingresos fiscales.
Este lunes, durante su discurso por cadena nacional en el que presentó los lineamientos del presupuesto, el presidente Javier Milei volvió a subrayar la necesidad de mantener el orden fiscal. “El equilibrio fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno. Y es un principio no negociable que hemos planteado a la sociedad desde el inicio de nuestra gestión. Ningún país del mundo puede funcionar adecuadamente sin un presupuesto equilibrado; por eso, los políticos en todo el mundo buscan consensos y acuerdos para sancionar la ley de leyes”, afirmó el jefe de Estado en un momento de su discurso.
En este contexto, la previsión de recaudación por retenciones para 2026 se estima en $9.974.229.900.000, equivalentes a unos US$6800 millones, lo que representa un aumento del 22,8% con respecto a 2025. En términos de importancia, se posicionará como el cuarto tributo que aporta recursos al Estado nacional, detrás del IVA ($32.941.464.500.000), Ganancias ($16.509.669.000.000) y el impuesto a los Créditos y Débitos ($16.433.687.400.000).
Las retenciones serían el cuarto recurso impositivo
Cabe recordar que, en julio pasado, durante la inauguración oficial de la Exposición Rural de Palermo, Milei anunció una reducción permanente de las retenciones al sector agropecuario. Entre otros cultivos, la soja vio su alícuota reducida del 33% al 26%, mientras que el maíz, el trigo y el sorgo tendrán una alícuota definitiva del 9,5%, entre otros productos.
Desde su reimplantación en 2002, tras la crisis económica de 2001, el agro ha contribuido con aproximadamente US$200.000 millones solo por concepto de retenciones, según diversas estimaciones. Los derechos de exportación se establecieron en ese momento como una medida temporal para afrontar la emergencia, pero han persistido bajo los sucesivos gobiernos. Mauricio Macri ejecutó una reducción significativa al inicio de su mandato, pero posteriormente los reinstauró tras la crisis de 2018.
Ningún país vecino impone retenciones sobre la producción agrícola, y para el sector, este impuesto desincentiva la inversión y el crecimiento de la actividad. También dificulta las operaciones en zonas alejadas de los puertos de exportación debido a la distancia de los fletes.
En el sector hay expectativas de que Milei, a pesar de que el presupuesto 2026 mantiene las retenciones, avance en algún momento hacia una eliminación definitiva. En la Exposición Rural de Palermo, el presidente declaró: “Las retenciones serán permanentes y no habrá vuelta atrás mientras yo esté en el Gobierno; eliminar las retenciones es una obsesión”. En esa ocasión, también indicó que cualquier mejora en el superávit se destinará a la reducción de impuestos, lo que se interpretó como una referencia a los derechos de exportación.
A pesar de los menores precios internacionales, se espera que la agroindustria cierre 2025 con exportaciones por US$31.564 millones, un 2% superior a 2024, lo cual, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), está “prácticamente en línea con el promedio de los últimos cinco años”.
En soja las retenciones son del 26%
Aunque el discurso de Milei sobre el presupuesto 2026 no incluyó menciones al agro, el sector ha hecho su propia interpretación. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), subrayó “la importancia de contar con una Ley de Leyes, un tema en el que desde la SRA llevamos tiempo trabajando con diputados y senadores nacionales y provinciales de diferentes bloques”.
“Una ley que lleva dos años sin lograrse y que elevaría la calidad institucional de la Argentina, permitiendo avanzar en las prioridades que se discuten en el recinto”, añadió. Pino recordó, además, que una de las necesidades que expresan los productores “es la realización de obras públicas, especialmente en infraestructura, que han estado postergadas durante tantos años. Estas permitirán una mayor conectividad en todo el país, más empleo, arraigo y mayor producción”.
En su discurso, Milei se refirió a la infraestructura, afirmando: “El superávit es, por ejemplo, lo que nos permitirá otorgar financiamiento del tesoro para aquellos actores del sector privado que deseen invertir en el país en las grandes concesiones que vamos a llevar adelante. Es decir, por primera vez en décadas, en lugar de que el sector privado financie al sector público, este superávit primario permitirá al sector público financiar al sector privado para desarrollar obras fundamentales que son clave para la infraestructura y logística del país”.