
El peor escenario posible para el Gobierno se hizo realidad en la elección bonaerense. La diferencia en los resultados fue mucho más amplia de lo que incluso el más pesimista de los inversores podría haber anticipado. Esta situación se reflejó de inmediato en los activos financieros: el dólar cripto alcanzó los $1.440 en cuanto se supo que Fuerza Patria había conseguido una ventaja de 13 puntos en los comicios bonaerenses, mientras que los ADR argentinos que cotizan en Wall Street experimentaron caídas del 10% en la cotización nocturna, justo antes de la apertura de la semana.
La primera reacción del Gobierno deberá centrarse necesariamente en controlar el tipo de cambio, que se dirige a probar el techo de la banda, actualmente en torno a 1.460 pesos. La semana pasada, había sido el Tesoro quien, con dólares propios, salió a evitar un salto en el tipo de cambio, que cerró el viernes a 1.380 pesos. Sin embargo, con apenas USD 1.100 millones en reservas propias, el Tesoro no cuenta con suficiente poder de fuego para frenar la presión de aquellos que buscarán dolarizarse como respuesta a un escenario tan incierto.
Seis largas semanas
Ahora comienzan seis largas semanas hasta el 26 de octubre, y el objetivo principal será evitar un salto abrupto del tipo de cambio, que tendría un fuerte impacto en las expectativas económicas y también provocaría un aumento de la inflación. Las miradas se centrarán, entonces, en el BCRA y su capacidad o voluntad para defender el techo de la banda cambiaria.
En su discurso tras la derrota electoral, Javier Milei llamó a realizar una autocrítica, pero al mismo tiempo aseguró que se profundizará el rumbo económico. De esta afirmación se puede inferir que no habrá modificaciones al esquema actual. Sin embargo, la atención se centrará en el BCRA y su capacidad o disposición para salvaguardar el techo de la banda.
La entidad cuenta con los USD 14.000 millones aportados por el FMI, por ejemplo, aunque queda por verse si el organismo permitirá el uso de esas divisas para sostener un tipo de cambio que quizás no sea el de equilibrio. Hasta ahora, varios integrantes del equipo económico han aclarado que no se han utilizado los dólares del FMI.
El ministro de Economía, Luis Caputo, fue el primero en reaccionar ayer. Minutos después de las declaraciones del Presidente, publicó que “no habrá cambios en lo económico, ni en lo fiscal, ni en lo monetario ni en lo cambiario”. Este mensaje pareció estar más dirigido a calmar el nerviosismo de los mercados, tras un resultado inesperado.
Además del aumento del dólar, también se anticipa un fuerte golpe sobre los activos financieros. Las acciones argentinas que cotizan en Wall Street caían un 10% en la cotización nocturna y es probable que el riesgo país alcance otro escalón, superando nuevamente los 1.000 puntos básicos.
Lo urgente, por lo tanto, es contener el impacto en las variables financieras. Al mismo tiempo, el desafío será evitar que se profundice la caída de la actividad económica, que ya había sido golpeada en los últimos meses por el drástico aumento de las tasas de interés. De hecho, el pico de actividad se alcanzó en febrero y desde entonces se ha producido un altibajo en los meses siguientes que no ha logrado superar esos valores.
Por otro lado, tanto Milei como Caputo consideran que no es el momento de cambiar el rumbo económico y que, en todo caso, deben llevarse a cabo revisiones en el ámbito político. Sin embargo, parece prematuro aventurar hacia dónde podrían dirigirse esos cambios para obtener mejores resultados en las elecciones de octubre.