
El equipo económico se pronunció para afirmar que el notable aumento en las operaciones de dólar futuro reportado por el Banco Central en mayo se debió a un contrato específico que generaba “distorsión en el mercado”. Además, se aclaró que el uso de esa herramienta de intervención fue discutido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como parte del nuevo programa.
Este martes se reveló que la posición del BCRA en contratos de futuro aumentó aproximadamente USD 1.500 millones durante mayo, lo que el mercado interpretó como una estrategia para controlar el tipo de cambio en un contexto de flotación entre bandas.
Durante un evento ante inversores organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en Tucumán, el viceministro José Luis Daza abordó este tema y aseguró que no se vulneran los compromisos asumidos por el Poder Ejecutivo ante el FMI.
En relación a la intervención en el mercado para establecer expectativas, el economista chileno expresó: “No hay nada más lejano ni que asevere esa afirmación. Tenemos un tipo de cambio flexible, el dólar se mueve solo por oferta y demanda”.
Además, Daza mencionó: “Se han planteado cuestiones sobre una intervención en el mercado de futuros. Esa intervención fue puntual y estaba relacionada con una distorsión que había en un contrato específico que alteraba los precios. Se acordó en nuestro programa con el FMI que podríamos intervenir de esta manera. No tenemos un nivel de tipo de cambio definido, es una variable que se ajustará en función de la oferta y la demanda”, añadió.
El acuerdo con el FMI hace referencia al mercado de futuros, pero no incluyó esa variable en el sistema de metas y objetivos del programa. “Las autoridades tampoco contemplan intervenir en los mercados de futuros no entregables (NDF) ni en los mercados de divisas paralelas, salvo que surjan condiciones de mercado desordenadas”, señalaba el staff report.
En mayo, la autoridad monetaria incrementó sus posiciones en futuros de dólar en más de USD 1.500 millones. La posición total del BCRA en este mercado a finales de mayo cerró con un saldo vendedor de USD 1.946 millones, según confirmó Romano Group, basado en datos de la entidad monetaria. Esto implica un aumento de USD 1.541 millones respecto al saldo de abril, que era de alrededor de USD 400 millones.
Durante el evento en Tucumán, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, afirmó que en la última etapa del plan económico “el mercado cambiario se soltó; estamos flotando en un país dolarizado, el apocalipsis cambiario no ocurrió”. “Estuvimos ocho meses explicando nuestro programa al FMI para que comprendieran las condiciones que necesitábamos para dar este paso y lo entendieron”, comentó.
Al ser consultado acerca de la necesidad de acumular reservas, Werning indicó: “Lo primero que buscó el Gobierno es establecer el sistema cambiario. Si interveníamos, generábamos un sesgo al alza. No tenemos necesidad ni urgencia. El FMI nos prometió USD 20.000 millones y ya nos otorgó USD 12.000 millones. No faltan reservas, nos sobran reservas. Si no compras reservas, las compras mañana”, concluyó.
Portfolio Personal Inversiones (PPI) señaló que la intervención oficial en el mercado de futuros de dólar no está incluida entre las metas vinculantes del nuevo acuerdo Extended Fund Facility (EFF) firmado con el FMI en abril. Esta ausencia contrasta con el acuerdo anterior, establecido durante el gobierno de Alberto Fernández y Martín Guzmán, donde sí conformaba un compromiso formal.
Sin embargo, el mercado mismo impone un límite operativo a la intervención del Banco Central en futuros, que ronda los USD 9.000 millones. PPI destacó que en junio no se observaron variaciones significativas en esa intervención: entre finales de mayo y el 19 de junio, el interés abierto pasó de USD 4.480 millones a USD 4.447 millones. En particular, la posición de diciembre —considerada un termómetro de la intervención de mayo— mostró un aumento limitado, de USD 1.130 millones a USD 1.207 millones.
Para la consultora, la intervención oficial no responde a una dinámica aleatoria, sino que busca enviar una señal de “límite” para el tipo de cambio oficial en el mediano plazo. Esa señal pretende incentivar tanto los flujos de la Cuenta Financiera como acelerar la liquidación de exportaciones. En el caso del sector agroexportador, esa liquidación también se vería afectada por la restitución de las retenciones a partir del 1° de julio, vigentes hasta enero. A diferencia de ocasiones anteriores, la estrategia de intervención se centró en la posición de diciembre en vez de operar sobre las habituales “tres puntas cortas”, posiblemente con el objetivo de proyectar una señal de mayor alcance temporal.
Este martes, dio inicio la misión técnica del FMI, que mantuvo sus primeras reuniones con los funcionarios del equipo económico para llevar a cabo la primera revisión de metas trimestrales. La misión está liderada por Bikas Joshi, un economista nepalí que ya se desempeñaba como uno de los tres jefes de la misión del FMI en Argentina. Desde el Fondo informaron que se presentará “como parte de las discusiones relacionadas con la primera revisión en el marco del EFF”.
El staff del organismo y los funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Central examinarán los primeros números tras la implementación del acuerdo, que se formalizó hace poco más de dos meses, y que cuenta con un financiamiento de USD 20.000 millones, de los cuales USD 12.000 millones ya fueron enviados desde Washington como inyección adicional a las reservas.
El programa estableció metas de acumulación de reservas exigentes y, según cálculos del mercado, el Gobierno aún está aproximadamente USD 2.000 millones por debajo del umbral mínimo estimado para esta época del año. El objetivo fiscal, de acuerdo a los datos del Palacio de Hacienda, fue superado en cerca de un billón de pesos.