Domingo, 14 de septiembre de 2025   |   Economía

Gobierno defenderá el techo de la banda cambiaria hasta elecciones, mientras los mercados exigen señales políticas.

Las presiones sobre el dólar siguen y limitan la baja de tasas que impulsó Economía tras la elección en PBA. El BCRA tiene divisas líquidas suficientes para afrontar embates e incluso convencer a los inversores de que no apuesten en contra
Gobierno defenderá el techo de la banda cambiaria hasta elecciones, mientras los mercados exigen señales políticas.

Las encuestas se equivocaron como nunca respecto al resultado de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, pero las proyecciones sobre “el día después” fueron más que precisas. Analistas y operadores coincidieron casi en su totalidad en que una derrota de La Libertad Avanza en los comicios bonaerenses generaría una fuga de inversores. Y así fue, con una diferencia superior a los 13 puntos.

La pérdida por el desplome de las acciones resultó catastrófica. Solo por las pérdidas del lunes, la disminución del valor de mercado de las empresas cotizantes fue de USD 8.000 millones, según estimaciones de Delphos Investment. Sin embargo, tras una tregua el miércoles, el derrumbe continuó. Como consecuencia, en apenas un mes, las acciones bancarias se desvalorizan entre un 45% y un 50% en dólares.

Las comparaciones con lo ocurrido tras la victoria de Alberto Fernández en las PASO de 2019 fueron inevitables. Sin embargo, aquellas eran elecciones presidenciales, mientras que ahora solo se elegían legisladores bonaerenses. Las legislativas nacionales están a un mes y medio de distancia, pero la contundencia del resultado despertó todos los fantasmas en el mercado.

Dos grandes incógnitas

Ahora, los inversores enfrentan no una, sino dos grandes incógnitas. La primera es si realmente el kirchnerismo está más cerca de recuperar el poder. El resultado del último domingo evidencia que las posibilidades han aumentado, aunque dos años en Argentina es una eternidad. Horacio Rodríguez Larreta parecía el candidato ideal para ganar en 2023 tras su victoria en las elecciones legislativas de 2021. Y Cristina Kirchner parecía alejada de la política cuando perdió las elecciones de medio término en 2017.

Ya no se trata solo del temor que genera un nuevo gobierno kirchnerista, sino también de las dificultades que deberá afrontar la administración de Javier Milei para gobernar.

Los temores no provienen únicamente del potencial “retorno kuka”. Las intensas internas que atraviesan al Gobierno, las sospechas de corrupción y la falta de respuestas políticas ante el resultado electoral son muy evidentes, lo que incrementa el descontento de los inversores. Ahora no se trata solamente del terror que suscita un nuevo gobierno kirchnerista, sino también de las dificultades de gobernabilidad que enfrentará la administración de Javier Milei.

El inicio de encuentros con gobernadores apunta en esta dirección, aunque por el momento son pasos muy tímidos. El Gobierno comenzó con mucha debilidad y todo indica que mantendrá esa fragilidad en el futuro.

El propio Luis “Toto” Caputo lo reconoció en el streaming “Carajo” el jueves pasado: “Aunque ganemos la elección legislativa por 14 puntos, no vamos a conseguir la mayoría en las cámaras; en cualquier escenario, necesitaremos el apoyo de los gobernadores para avanzar con las reformas que impulsaremos después del 10 de diciembre”.

Sin embargo, esto sonó como un intento del Ministerio de Economía de comenzar a abrirse a diferentes opciones en caso de que las legislativas tampoco arrojen un buen resultado. El kirchnerismo podría beneficiarse de algo habitual en estos procesos: la gente que opta por dar un espaldarazo al ganador.

La dinámica del dólar es la mayor preocupación, como siempre en Argentina. La presión compradora llevó a la cotización el viernes a rozar el techo de la banda cambiaria. El director del BCRA, Federico Furiase, salió el viernes por la tarde para aclarar que cuentan con USD 22.000 millones para defender ese techo, que ahora se ubica en 1.472 pesos.

El objetivo es convencer a quienes desean dolarizarse para que opten por mantenerse en pesos a una tasa atractiva. Desde esta perspectiva, el Central podría estar garantizando un dólar fijo, al menos hasta las elecciones. Sin embargo, el problema de este esquema es que a medida que se acerque el 26 de octubre, también aumentará la presión compradora. Esto se debe a que la expectativa es que, al superar esta etapa, se eliminará el esquema de bandas para pasar a un sistema más parecido a una flotación.

¿De dónde procederán los USD 10.000 millones que se requieren para saldar la deuda en manos de inversores privados en 2026? Esta pregunta subyace al incremento del riesgo país.

Por otra parte, si el Central utilizara los dólares del último préstamo del FMI para intervenir, la eventual caída de reservas representaría una noticia negativa para los bonistas, quienes ya ven con creciente preocupación la escasez de dólares.

¿De dónde saldrán los USD 10.000 millones que son necesarios para pagar la deuda en manos de inversores privados el año próximo? Este interrogante, por el momento sin respuesta, está detrás del aumento del riesgo país, que nuevamente alcanzó niveles de 1.100 puntos básicos.

¿Dónde está el dólar de equilibrio?

Surgen nuevamente las dudas sobre el valor del dólar que requiere el Gobierno para frenar la demanda y, al mismo tiempo, volver a acumular reservas. Sin embargo, es muy complicado determinarlo en medio de un proceso electoral, en el que la demanda históricamente aumenta de manera desproporcionada y la oferta de divisas desaparece.

Por el momento, el tipo de cambio real ya ha subido un 20% en los últimos tres meses. Esto se debe a que el incremento de la cotización solo ha tenido un efecto marginal en los precios, al menos hasta ahora. Esto implica que Argentina se ha encarecido en dólares: importaciones más costosas y ya no es “tan accesible” viajar al exterior.

El valor del dólar tiene ahora escasos fundamentos económicos y casi todo está condicionado por las señales políticas. Si el Gobierno logra un mayor respaldo de los gobernadores y obtiene un resultado razonable en la elección legislativa (básicamente, no perder), hay buenas posibilidades de que se reduzca la ansiedad y el tipo de cambio pueda equilibrarse en niveles similares a los actuales.

De lo contrario, si la gobernabilidad se complica y el kirchnerismo repite a nivel nacional una excelente elección como la de la provincia de Buenos Aires, la historia sería muy diferente. En este escenario, la caída de los activos argentinos sería mucho más pronunciada y al Central le resultaría casi imposible mantener el actual techo de la banda, ya que las presiones llevarían al dólar mucho más allá de los niveles actuales.

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