Martes, 30 de diciembre de 2025   |   Nacionales

Gobierno apura acumulación de reservas en 2026 para afrontar vencimientos y controlar presión cambiaria

Lucas Carattini analizó el vencimiento de deuda del 9 de enero, las alternativas de financiamiento, el rol del Presupuesto 2026 y el acuerdo con el FMI.
Gobierno apura acumulación de reservas en 2026 para afrontar vencimientos y controlar presión cambiaria

El próximo 9 de enero, el Gobierno deberá afrontar el primer vencimiento de deuda de 2026 por USD 4.200 millones. Ese monto, por su volumen y por el contexto, vuelve a colocar sobre la mesa dos interrogantes clave para el mercado: de dónde llegarán los dólares y qué efecto tendrá la estrategia elegida sobre reservas y tipo de cambio.

En una entrevista televisiva, Lucas Carattini, economista y asesor financiero, afirmó que no hay dudas respecto del cumplimiento. “El gobierno de alguna u otra manera va a afrontar ese pago”, dijo, y añadió: “El pago está totalmente garantizado”. Según explicó, parte de la cautela oficial responde a un manejo de expectativas: “Probablemente no nos puedan estar diciendo un montón de cosas del Ministerio de Economía, aunque aseguró que el compromiso se cumplirá.

Cómo se paga el vencimiento: licitación internacional, repo y otras cartas

Carattini señaló que la aprobación del Presupuesto 2026 amplía el margen de maniobra para buscar financiamiento en el exterior. “Con el presupuesto aprobado… el gobierno puede afrontar una licitación de deuda internacional que antes, sin el presupuesto, no tenías ese margen de maniobra”, explicó. Ese respaldo resulta relevante porque facilita estructurar una colocación con sustento institucional y un marco fiscal más claro, requisitos que los inversores suelen exigir cuando el riesgo país se mantiene alto.

El economista también repasó alternativas de corto plazo para cubrir el bache financiero sin recurrir de forma abrupta a las reservas. Entre ellas mencionó el repo, un préstamo de corto plazo con bancos usado anteriormente. Carattini lo describió como un mecanismo puente: “Un repo con bancos, que es básicamente un préstamo de corto plazo serviría un poco como fuente”. Siguiendo esa lógica, el Gobierno podría recurrir al repo para atravesar el vencimiento y luego emitir deuda a mayor plazo para reemplazar ese financiamiento más caro y de menor duración.

En la entrevista, Carattini también se refirió a otras herramientas que suelen evaluarse en contextos de tensión, aunque aclaró que algunas implican costos políticos y se reservan como última instancia. Su diagnóstico es que lo óptimo es combinar fuentes transitorias con una estrategia que permita retornar a un financiamiento más estable, siempre que el costo no resulte prohibitivamente alto.

Reservas y FMI: waiver, bandas y un cambio de prioridad para 2026

El otro eje de la discusión es la acumulación de reservas. Carattini reconoció que Argentina compró dólares, pero señaló que la limitación aparece a la hora de enfrentar vencimientos. En su análisis, el problema estructural fue que el país estuvo demasiado tiempo pagando capital “al contado”, es decir, utilizando dólares propios para cancelar deuda. Planteó que un programa más saludable exige una dinámica distinta: pagar intereses con flujo y refinanciar capital mediante acceso al crédito internacional. Ese cambio permitiría que las reservas dejen de funcionar como una caja de pago permanente y pasen a ser un respaldo macroeconómico.

En ese marco, el economista vinculó el nuevo esquema de bandas cambiarias con la negociación con el FMI. Dijo que el recalibramiento anunciado va en la dirección de reforzar reservas y de responder a las demandas del organismo. “Vamos a tener que pedir un waiver”, señaló, por el incumplimiento de la meta de acumulación. Y fue categórico sobre el resultado: “El waiver te lo van a dar”. Aun así, matizó que esos permisos suelen implicar concesiones: “Obviamente el gobierno tiene que hacer concesiones en pos de lo que te pide el fondo, que también es reforzar la acumulación de reservas”.

Para Carattini, uno de los objetivos del rediseño es dar más espacio al dólar para moverse dentro del esquema, con menor intervención. Según su explicación, el ajuste de bandas busca que el tipo de cambio flote con más margen y ayude así a recomponer reservas, en un contexto donde el Gobierno necesita fortalecer su posición externa sin asfixiar la actividad. Su lectura es que 2026 será un año en el que el mercado pondrá a prueba si el programa consigue consolidar esa acumulación sin generar tensiones.

Riesgo país, crédito externo y dólares genuinos: exportaciones, importaciones y el saldo comercial

La posibilidad de sostener reservas también depende de la “economía real”, es decir, de la capacidad de generar dólares por exportaciones. Carattini destacó que el país se encuentra en niveles elevados de exportación, pero advirtió que lo decisivo es el saldo, porque las importaciones crecen con la reactivación y la flexibilización comercial. El desafío, según su análisis, es mantener un buen superávit aun cuando aumente la demanda de insumos y bienes importados.

El economista añadió que 2026 estará condicionado por los precios internacionales de las materias primas. En particular, mencionó el nivel relativamente bajo de los commodities, con foco en la soja, un rubro clave para el ingreso de divisas. Si los precios no acompañan, el saldo comercial exigirá más eficiencia y mayor volumen para sostener el flujo. En cambio, una buena cosecha y un comercio exterior ordenado permitirían que el superávit funcione como un soporte genuino para la acumulación de reservas.

En paralelo, Carattini describió la normalización del financiamiento como un proceso lento, marcado por la historia crediticia del país. “El mercado de capitales se cierra muy rápido y se abre muy lento”, afirmó. Y completó con una señal que sigue de cerca la plaza financiera: “Eso se ve claramente en que el riesgo país le cuesta mucho bajar de los 500 puntos”. En la entrevista se mencionó que ronda los 570 puntos, con un umbral observado por el Gobierno en torno a 550 para salir con más fuerza a los mercados.

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