El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ha endurecido sus exigencias hacia el presidente Javier Milei, instándolo a convocarlo para una “reunión de trabajo”. Kicillof demandó la reactivación de las obras de infraestructura que, según manifestó, se encuentran paralizadas en la provincia. Este pronunciamiento se produce apenas días después de haber logrado una victoria por 13 puntos en las elecciones legislativas en su distrito.
“Es la cuarta vez que solicito una reunión con el Presidente. Lo primero que hice, tras el resultado electoral del 7 de septiembre, fue pedir públicamente una entrevista para colaborar juntos. No deseo discutir teorías económicas, quiero abordar las responsabilidades del gobierno nacional: las rutas, el río Salado, las escuelas y la obra pública que requiere nuestra provincia”, destacó en una conferencia de prensa posterior a su intervención en el Congreso Internacional de Coninagro, celebrado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En su presentación dirigida a los productores, el mandatario provincial subrayó la relevancia de Buenos Aires como motor productivo del país. “Somos la principal provincia agropecuaria, industrial, turística, la líder en refinación de petróleo y en la industria de la construcción”, enumeró, advirtiendo: “Hoy todo está muy complicado, todo detenido”.
Kicillof elaboró un diagnóstico crítico de la situación económica actual: “Estamos atravesando una etapa de gran turbulencia en las variables macroeconómicas. Esperamos que el Gobierno logre estabilizarse”, expresó.
El gobernador subrayó que las medidas nacionales priorizan la macroeconomía sin considerar su impacto en la producción. “No puede ser que a la macroeconomía no le importe la microeconomía. La macro no puede desentenderse de cómo les va a los productores, las pymes y las cooperativas”, enfatizó.
“Este Gobierno asumió y detuvo las obras en la cuenca del Salado [hay un proyecto pendiente de 30 kilómetros en el tramo IV]. Nosotros fuimos quienes más avanzamos en esa obra clave, pero necesitamos que el gobierno nacional retome su parte con los créditos internacionales ya firmados”, aseguró.
Según detalló, la administración bonaerense concluyó su tramo del dragado del río y está preparada para una nueva etapa. “Es el gobierno que más avanzó con el río Salado, pero la Nación frenó su participación. Pedimos que cumpla con su responsabilidad”, reiteró. En la actualidad, un informe de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) indica que hay dos millones de hectáreas inundadas en la provincia y tres millones comprometidas en total.
La reclamación también se extendió a la red vial nacional: “Las rutas nacionales están completamente detenidas. Nosotros continuamos con las provinciales y los caminos rurales, pero no podemos reparar los baches de las rutas nacionales. Si el gobierno nacional persiste en abandonarlas, exigiremos que nos transfiera la responsabilidad de su mantenimiento”, advirtió.
Al ser consultado por la prensa sobre qué haría con las retenciones si fuera presidente, evitó hablar sobre candidaturas, aunque dejó claro su enfoque. “Nuestro gobierno implementó una política de segmentación. En 2015 devolvimos la totalidad de los tributos a la exportación a pequeños productores. Hay mucho por discutir, porque ‘el campo’ es muy heterogéneo: no es lo mismo un apicultor que un pool de siembra”, explicó.
El mandatario provincial destacó la necesidad de políticas diferenciadas. “El campo no es una entidad única y homogénea. Existe diversidad geográfica, de escalas y formas societarias. Por eso, las políticas deben reconocer esas particularidades”, afirmó.
En esta línea, subrayó el papel de las cooperativas y de las economías regionales. “Hemos logrado revitalizar actividades productivas que habían desaparecido en la provincia, muchas veces de la mano de cooperativas. Son una herramienta fundamental para sostener la vida en el interior bonaerense”, aseguró.
El gobernador mostró su desacuerdo con el enfoque ideológico del Gobierno. “Sabíamos que los gobiernos neoliberales no simpatizaban con las cooperativas, pero nunca habíamos visto un gobierno como este, que valora la concentración y el monopolio como formas de organización económica”, indicó.
“Me preocupa que un presidente esté a favor de los monopolios, cuando incluso en los países más desarrollados existen políticas estables contra la concentración. En cambio, nosotros implementamos una serie de programas para fortalecer las pequeñas producciones, tanto industriales como agropecuarias y comerciales”, añadió.
Durante su intervención, defendió los resultados de su gestión en infraestructura rural. “Por primera vez, destinamos un fondo provincial para el mantenimiento de los caminos rurales. Hemos intervenido más de 5000 kilómetros y proporcionamos maquinaria y recursos a los municipios para sostener la red vial”, indicó.
El mandatario provincial también recordó que el Banco Provincia ha sido un “pilar” para el sector agropecuario, aunque advirtió que la política de tasas de interés del gobierno nacional ha complicado el acceso al crédito. “Con las tasas actuales, casi resulta imposible financiar la producción”, aseguró.
En cuanto a su relación política con Milei, se mostró dispuesto a dialogar, aunque volvió a enfatizar la falta de respuesta. “No me convoca. Respeto las diferencias, pero como gobernador de la provincia más grande, que representa el 40% de la población del país, tengo la obligación de solicitar una reunión de trabajo. Aún no he tenido esa oportunidad”, expresó.
El gobernador de Buenos Aires consideró que el resultado electoral sorprendió al oficialismo nacional. “Sé que Milei aún está agitado por la elección en Buenos Aires, pero para nosotros fue un excelente resultado porque reflejó lo que está ocurriendo en la provincia con sus 13 millones de habitantes y 135 municipios”, concluyó.
