
Falta menos de un mes para que comience la siembra de maíz temprano, y las noticias son alentadoras según un informe reciente. Después de que en la última campaña se sembraran 2 millones de hectáreas menos de este cereal, a causa del ataque de la chicharrita en el ciclo anterior, el último relevamiento de la Red Nacional de Monitoreo de la plaga indica un “muy significativo retroceso de la plaga” en todo el país.
En la zona agroecológica centro sur, el informe revela que “el 87% de las localidades tuvo cero capturas”, mientras que el resto se clasificó en la categoría más baja de presencia, con entre 1 y 4 individuos por trampa, lo que prácticamente repite la ausencia observada en el relevamiento anterior.
La red se formó como respuesta a la crisis fitosanitaria provocada por la plaga en la campaña 2023/24
En la región centro norte, tres cuartas partes de las localidades mostraron ausencia de la plaga (38%) o presencia mínima (35%), en comparación con el 34% y el 23% registrados en la medición anterior.
El Litoral ha experimentado la mejora más notable: “El 84% se encuentra libre de chicharritas, en contraste con el 31% del registro anterior, y un 10% estuvo en la categoría más baja”.
En las áreas endémicas también se han registrado retrocesos significativos. En el NOA, “desaparecieron las detecciones de más de 1000 individuos y las de más de 100 se redujeron al 23% frente al 60% del registro anterior”. Además, las capturas más bajas (hasta 20 individuos por trampa) pasaron a representar el 36% del total, en comparación con el 10% anterior.
En el NEA, “la proporción de localidades sin el vector se ha más que duplicado, pasando del 10 al 23%, y casi se triplicó la de la categoría más baja, que subió del 12 al 33%”. Esto implica que el 55% de la región está libre de la plaga o presenta niveles mínimos, mientras que la categoría de mayor presencia se redujo del 24 al 4%.
La red de monitoreo advirtió que el “período de retracción poblacional se encuentra activo en todas las zonas agroecológicas”, y que la ausencia o los descensos evidentes en las áreas de siembra temprana son “alentadores”.
Sin embargo, el informe enfatiza la necesidad de continuar con el monitoreo de los adultos de Dalbulus maidis mediante trampas cromáticas adhesivas y la revisión de cultivos invernales o de servicio, así como de malezas que puedan funcionar como refugio, aunque no sean alimento ni sitio reproductivo para la plaga.
En un apartado, la red de monitoreo abordó versiones recientes sobre una supuesta afectación en el trigo en el NOA. “Esta afirmación es técnicamente incorrecta y puede desviar la atención del verdadero foco de riesgo”, aclaró. Recordó que la chicharrita “es un vector exclusivo de patógenos del maíz” y que, aunque en otoño o invierno pueda encontrarse en trigo u otros cereales, “no se alimenta ni se reproduce en ellos” y su presencia es “meramente transitoria”.
El verdadero riesgo, destacó el informe, radica en la aparición de maíces voluntarios tras las lluvias otoñales, que sí sirven como alimento y sitio reproductivo para la plaga. Por eso, la recomendación es clara: “Intensificar el monitoreo y eliminar los maíces guachos en zonas endémicas para interrumpir la continuidad del vector y reducir la presión de inóculo”.
La chicharrita, en retrocesoShutterstock – Shutterstock
La Red se creó en 2024 en respuesta al impacto del complejo de achaparramiento del maíz causado por la plaga Dalbulus maidis, conocida como chicharrita, que afectó gran parte de la superficie maicera del país. Para abordar esta problemática, se desarrolló una red de trampas cromáticas adhesivas en todo el territorio, impulsada por instituciones clave del agro argentino.
Encabezan la iniciativa la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), junto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), CREA, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Cámara de Sanidad y Fertilizantes (Casafe) y el Centro de Bioinvestigaciones de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires-Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (Unnoba-Cicba, Conicet), entre otros.