Con el precio de la hacienda por las nubes y márgenes en rojo, frigoríficos exportadores optaron por adelantar vacaciones o reducir la faena antes de fin de año. Fuentes del sector señalaron que entre cinco y siete plantas ya detuvieron o están por suspender la actividad hasta los primeros días de enero próximo.
La situación fue confirmada a LA NACION por el Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, que agrupa a las principales empresas del rubro. “Hay varios frigoríficos que están dando vacaciones para las fiestas, justamente porque está muy difícil el trabajo con los valores de la hacienda en estos momentos y porque prefieren aguardar algún tiempo para ver si se reacomoda la oferta y poder seguir con el desarrollo productivo normal de las plantas”, señalaron desde la entidad.
Según fuentes de la industria, en un año normal las interrupciones se concentran entre Navidad y Año Nuevo; sin embargo, esta vez los cortes empezaron antes debido a márgenes cada vez más ajustados. “Los números no cierran”, resumió el CEO de una de las principales empresas frigoríficas.
En algunos casos, explicaron, las plantas con costos fijos elevados siguen operando aun con resultados negativos, porque paralizar totalmente la actividad también implica un costo difícil de absorber.
Hay plantas que prefieren seguir pese a las pérdidas por los costos elevadosAFIP
Desde el sector indicaron que la mayoría de los frigoríficos que están frenando su actividad comenzaron con estas medidas el lunes pasado y mantendrán la suspensión hasta el 5 de enero próximo. Otros, de mayor escala, pararán más tarde o por lapsos más cortos. En todos los casos coinciden en el diagnóstico: la rentabilidad de la exportación está muy deteriorada.
Según datos del Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, el precio de la hacienda registró aumentos superiores al 20% desde las elecciones de octubre pasado, tanto para novillos como para vacas. En ese lapso, el novillo apto para la Unión Europea —es decir, animales que cumplen con los requisitos sanitarios y de trazabilidad exigidos por ese mercado— pasó de $6300 a $7700 por kilo de carne, mientras que la vaca gorda apta para ese mercado subió de $5500 a $6400. En el caso de la llamada vaca manufactura para industria, destinada principalmente a mercados de menor valor, el precio ronda los $5200, cuando antes de octubre se ubicaba cerca de $4200 el kilo.
Del lado de los ingresos, los precios de exportación no acompañaron esa suba de costos. Desde la entidad señalaron que el valor de la Cuota Hilton retrocedió en torno a US$1000 por tonelada, mientras que China se ubica unos US$200 por tonelada por debajo, en un contexto de menor demanda. El cupo Hilton, que llegó a negociarse entre US$19.000 y US$19.500 por tonelada, hoy se mueve en una franja de US$18.000 a US$18.500, según indicaron. China, en tanto, atraviesa un escenario más débil, con menores compras y mayor presión a la baja sobre los precios; ese mercado representa el 70% de las compras desde Argentina.
Exportación de carneArchivo
Frente al descalce entre costos y precios de venta, los márgenes de la industria quedaron muy ajustados o directamente en rojo. Desde el Consorcio ABC explicaron que, en el caso de la carne kosher, la operación solo logra empatar cuando no hay rechazos del producto, es decir, cuando toda la producción cumple los estándares exigidos y puede venderse a Israel.
Sin embargo, si parte de la mercadería no califica para ese mercado y debe enviarse a China, donde los precios son sensiblemente más bajos, la operación pasa a ser deficitaria. En el caso de la vaca con destino China, indicaron, se trata directamente de un negocio con resultado negativo.
En ese marco, desde la industria resaltaron que adelantar vacaciones o suspender temporalmente la actividad aparece como una medida defensiva para limitar pérdidas en semanas que, además, suelen ser operativamente breves por las Fiestas. “Los que seguimos trabajando muchas veces lo hacemos porque no podemos parar los costos fijos, pero la rentabilidad de los frigoríficos exportadores hoy es muy mala”, resumieron en una de las empresas más importantes.
Aunque no es exactamente el mismo escenario, en Estados Unidos —donde la escasez de ganado se profundizó y los precios se dispararon— causó conmoción la noticia de que, según informó Reuters, Tyson Foods cerrará una megaplanta en Lexington, Nebraska, con 3200 empleados.
La agencia de noticias señaló que la decisión se tomó luego de que la oferta de hacienda retrocediera al nivel más bajo en 75 años. La firma registró una pérdida de US$291 millones respecto del año anterior.
