
En sus últimas horas de arresto domiciliario en Viedma y a minutos de ser extraditado a Estados Unidos, el empresario Federico “Fred” Machado rompió el silencio en una extensa entrevista con la periodista Caro Fernández, emitida por Splendid AM 990. “Si hablo, se cae el país”, dijo, frase que, según su propio testimonio, llegó hasta la Casa Rosada.
Según reconstruyó la agencia Noticias Argentinas, Machado aseguró haber hecho llegar esa advertencia al asesor presidencial Santiago Caputo. La respuesta fue contundente: “Mensaje recibido”. El intercambio se habría producido a través de un intermediario el domingo posterior a la difusión del polémico video de José Luis Espert en la pileta de su casa, episodio que precipitó el quiebre político del legislador libertario.
Machado relató que, hasta ese momento, creía contar con respaldo para frenar su extradición y que la filtración cambió todo. “Espert no tendría que haberme negado. ¿Por qué me negó?”, afirmó. Recordó que lo financió en 2019 y que en 2021 le advirtió “de que iban a ir por él”, sin que el diputado le prestara atención.

El empresario, acusado de lavado de activos provenientes del narcotráfico y de estafas millonarias, detalló a Fernández su historial de vínculos con referentes políticos: recordó que en 2019 fue financista de la campaña presidencial de Espert. También mencionó una supuesta triangulación de fondos que, a través de empresas del grupo Bada Vázquez (Lácteos Vidal), habría derivado en aportes a la campaña presidencial de Patricia Bullrich en 2023. Además, apuntó contra el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, a quien acusó de falsear información sobre sus reuniones y de avalar permisos de explotación minera a nombre de Claudio Cicarelli, señalado como su supuesto testaferro. Ese entramado, según Machado, se conecta con funcionarios y candidatos del oficialismo libertario, conformando una red de intereses que atraviesa provincias, empresas y campañas electorales.

En la crónica reveló que envió un mensaje en el que advirtió: “Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana”.
La periodista que lo entrevistó describió con detalle las últimas horas de Fred Machado bajo arresto domiciliario en su casa de Viedma: lo encontró en un clima de aparente calma, rodeado por sus perros y comiendo yogur con granola, consciente de que la definición judicial estaba a punto de concretarse. “No me dejes solo”, le dijo a la periodista antes de que llegara el operativo policial que dio inicio al proceso de extradición.
Machado aseguró que el Gobierno nacional “le soltó la mano” y que fue su polémico abogado, Francisco Oneto —conocido por sus vínculos con Javier Milei—, quien le comunicó que la Corte Suprema había rechazado las últimas apelaciones y que su entrega a Estados Unidos era inminente.
El empresario había vuelto a instalarse en la Argentina en 2016, durante la gestión de Mauricio Macri, con negocios vinculados al sistema aeronáutico y una red de contactos que incluía dirigentes políticos y empresarios. En su historial figuran más de 50 operaciones de compraventa de aviones y vínculos con firmas como Lácteos Vidal, el Grupo Neuss, Grupo Frávega y AVIAN Líneas Aéreas, continuadora de MacAir Jet, de la familia Macri.
Machado es requerido por la Justicia estadounidense en una causa por lavado de activos y narcotráfico, en el marco de una investigación que involucra el tráfico de cocaína y operaciones financieras internacionales. La decisión de la Corte Suprema argentina habilitó su extradición, que se producirá el próximo 5 de noviembre, y cerró así un largo proceso judicial iniciado en 2021.
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