En la recta final de la definición de la primera revisión de metas del nuevo acuerdo y ante la inminente aprobación del desembolso de USD 2.000 millones, el Fondo Monetario Internacional advirtió en un informe emitido este martes que la economía argentina necesita aumentar sus reservas, implementar reformas, reintegrarse a los mercados internacionales y acelerar la llegada de inversiones extranjeras.
El organismo lo señaló en un análisis sobre el sector externo, donde evaluó el perfil de ingresos y salida de divisas de varios países. En este trabajo, se dedicó un apartado específico a la Argentina, con datos actualizados hasta finales de 2024, que ya incluyen los recientes eventos, como el desarme de controles cambiarios y el inicio del nuevo programa en abril pasado.
En el reporte, el FMI destacó que la implementación sostenida del programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés), recientemente aprobado, será fundamental para “mantener una balanza comercial sólida, atraer inversión extranjera directa, recuperar el acceso a los mercados y salvaguardar la sostenibilidad externa”.
El documento subrayó que una mayor flexibilidad en el tipo de cambio, junto con el desmantelamiento gradual de las restricciones cambiarias aún vigentes, las prácticas de múltiples tipos de cambio y las medidas para permitir o limitar el flujo de capitales exteriores, permitirían “fortalecer la resiliencia y respaldar flujos de capital sostenibles a largo plazo”, especialmente en sectores como energía y minería.
Según el análisis del organismo, el balance de cuenta corriente argentino cerraría 2024 con un déficit de 0,5% del PBI, aunque advirtió que “dada la débil cobertura de reservas y la falta de acceso a los mercados internacionales”, la economía argentina requeriría mantener un superávit en su cuenta corriente de aproximadamente 1,4% del Producto Bruto, lo cual estaría en línea con una acumulación de reservas que cumpla al 100% con el criterio de reservas adecuadas a mediano plazo. De acuerdo con estimaciones de Adcap Grupo Financiero, un esquema de tipo de cambio flotante implicaría que el BCRA necesitaría alrededor de USD 57.800 millones en sus reservas.
Según el informe del FMI, el tipo de cambio argentino finalizaría 2024 sobrevaluado entre un 15 y un 25 por ciento. “La reciente transición a un régimen monetario y cambiario más robusto (de un tipo de cambio de paridad móvil a uno flexible dentro de bandas relativamente amplias) permite que el tipo de cambio esté más determinado por el mercado, aunque aún son necesarias políticas macroeconómicas restrictivas para lograr una balanza comercial sólida y la acumulación de reservas”, afirmaron los técnicos del Fondo.
De todas maneras, consideraron que “a mediano plazo, un tipo de cambio real más fuerte podría justificarse siempre que las ambiciosas reformas estructurales en curso generen mayor productividad y competitividad”, en referencia a un ciclo de apreciación del peso, ya con reformas aprobadas por el Congreso.
Para avanzar en la estabilización, el FMI destacó la importancia de “una flexibilización cuidadosa de las restricciones cambiarias, acompañada por políticas macroeconómicas estrictas y mayor flexibilidad cambiaria”, con el objetivo de acumular reservas, recuperar el acceso al financiamiento internacional y fomentar la inversión. Este proceso también debe complementarse con políticas macroprudenciales rigurosas “para garantizar la sostenibilidad de los flujos de capital y evitar descalces de moneda o ingresos especulativos disruptivos (hot money)”.
El Fondo, que anunció ayer la renuncia de Gita Gopinath como la número dos de Kristalina Georgieva desde septiembre, también advirtió que la cobertura de reservas se situó por debajo de los niveles adecuados. En este sentido, el informe concluyó que son esenciales “esfuerzos tempranos para recomponer las reservas, al mismo tiempo que se promueve una mayor formación de precios y adquisiciones de divisas destinadas al pago de obligaciones externas”.
El Gobierno y el FMI se encuentran en un proceso aún abierto de revisión de metas -la primera desde la implementación del nuevo acuerdo hace tres meses- y el tiempo corre antes de que se reanuden los pagos de vencimientos al organismo en dos semanas. El primer día de agosto vencerán casi USD 850 millones.
En juego está un desembolso de USD 2.000 millones que deberá ser autorizado en la medida en que el directorio otorgue su visto bueno al flujo técnico que el Gobierno y el FMI comenzaron hace 20 días entre Buenos Aires y Washington. En el equipo económico esperaban, hasta hace algunas semanas, tener todo resuelto a fines de junio, antes del receso veraniego en el organismo.
