
A tres millas náuticas de la costa de Pembrokeshire, en el oeste de Gales, ha sido puesta en venta una isla privada con un fuerte del siglo XIX completamente restaurado, por más de 3 millones de libras (4 millones de dólares). Thorne Island, propiedad del empresario tecnológico británico Mike Conner, se presenta como una oportunidad única para quienes buscan aislamiento, según informó CNN.
La venta de Thorne Island, gestionada por la agencia inmobiliaria Strutt & Parker, abarca aproximadamente 2,49 acres y un fuerte histórico que domina el paisaje circundante. Entre las características más destacadas de la propiedad se encuentran un helipuerto, un bar cubierto en la terraza con sala de juegos y una oficina con vistas panorámicas al mar.
El fuerte, originalmente diseñado para albergar a 100 soldados, ahora puede acomodar hasta 20 personas en cinco lujosas habitaciones, además de ofrecer amplios comedores y terrazas protegidas por muros de estilo cuartel.
La historia de Thorne Island se remonta a su construcción entre 1852 y 1854, cuando fue parte de un plan nacional británico para reforzar las defensas ante una posible invasión napoleónica. Con el tiempo, la función militar de la isla perdió relevancia y, tras su primera venta en 1932, el fuerte se transformó en hotel y posteriormente en residencia familiar. El edificio cuenta con la protección legal de Grado II, que reconoce su valor histórico y arquitectónico, según detalló CNN.
El proceso de restauración de la isla, liderado por Conner tras adquirirla en 2017 por 500.000 libras esterlinas (670.000 dólares), supuso un desafío significativo. Cuando el empresario la compró, el fuerte carecía de ventanas y servicios básicos, y se encontraba anegado. Fascinado por el potencial del lugar, Conner decidió iniciar una rehabilitación que describió como “única en la vida”.
Entre los retos más complejos, destacó la instalación de inodoros con cisterna y la necesidad de excavar zanjas en la roca para dotar al fuerte de agua corriente. El traslado de materiales requirió 350 viajes en helicóptero en apenas dos días, y los trabajadores residieron en los barracones originales durante los cuatro años que duró la reconstrucción.
Limpiar las paredes con chorro de arena para dejar al descubierto la piedra original llevó seis meses, mientras que la humedad acumulada en las paredes de granito provocó inundaciones que complicaron aún más la obra, según un comunicado de prensa recogido por CNN.
La inversión total en la restauración superó los 2 millones de libras (2,7 millones de dólares), de los cuales 300.000 libras (400.000 dólares) se destinaron a la implementación de energías renovables, como paneles solares y sistemas de almacenamiento de baterías. Además, se instaló un biodigestor para el tratamiento de aguas residuales, lo que permite que la isla funcione completamente fuera de la red y sea autosuficiente en energía y servicios, explicó Conner a CNN.
En la actualidad, Thorne Island ofrece alojamiento para 20 personas, distribuidas en cinco habitaciones de alto nivel, y cuenta con espacios comunes amplios y terrazas protegidas. El acceso a la isla solo es posible por mar o aire, lo que refuerza su carácter exclusivo y aislado.
La autosuficiencia energética y de servicios, resultado de la inversión en tecnología renovable, convierte al fuerte en un refugio independiente, preparado para soportar el aire salino y los vientos intensos de la región.
Mike Conner, de 52 años y con formación en diseño industrial, relató a CNN que su motivación para adquirir y restaurar la isla surgió como un desafío personal, que describió como una “crisis de la mediana edad bastante saludable” en comparación con las experiencias de algunos de sus amigos.
Después de disfrutar del fuerte junto a su familia, Conner considera que la propiedad podría convertirse en un destino ideal para retiros exclusivos, celebraciones de lujo o para quienes buscan desconectarse por completo del mundo.