Viernes, 22 de agosto de 2025   |   Campo

Falleció el hombre que dedicó su vida a la agricultura y al gremialismo con pasión y compromiso.

Falleció el hombre que dedicó su vida a la agricultura y al gremialismo con pasión y compromiso.

El sector agropecuario se encuentra con un profundo dolor ante el fallecimiento de Víctor Llauró, ingeniero agrónomo, productor agropecuario y figura altamente respetada en el ámbito rural. A lo largo de sus 88 años, Llauró construyó una amplia trayectoria vinculada a la Sociedad Rural Argentina (SRA), el Centro de Estudios e Investigación para la Dirigencia Agroindustrial (Ceida) y su empresa familiar, Campotencia.

Nacido el 4 de junio de 1937, quienes tuvieron el privilegio de conocerlo lo recuerdan como un hombre íntegro, apasionado por la innovación agrícola y con una gran vocación de trabajo. Muy querido y respetado en su entorno, supo compartir generosamente sus conocimientos y experiencias, destacándose por su capacidad de inspirar a los demás. Su partida representa una gran pérdida para el agro, que despide a un referente que caminó con sabiduría, generosidad y pasión.

Graduado de la Facultad de Agronomía de la UBA, Llauró combinó de manera natural el conocimiento académico, la innovación técnica y la participación gremial. Estaba casado con Inés Picazo Elordy y era padre de cinco hijos, quienes compartieron su pasión por el agro.

A lo largo de su vida, formó parte de la Comisión de Granos de la SRA, donde cosechó la admiración y el respeto de sus colegas. En el momento de su fallecimiento, ocupaba el cargo de delegado zonal del distrito 4 de la entidad ruralista y presidía el Ceida, institución que lo formó en 1987. Con dedicación, contribuyó a la formación de jóvenes líderes agroindustriales en todo el país. Una de sus últimas participaciones públicas tuvo lugar en julio pasado, durante un encuentro en la sede de la Rural, donde se congregaron varias generaciones de egresados.

El presidente de la SRA, Nicolás Pino, lamentó su partida y rememoró su incansable labor a favor de la educación en la entidad, convirtiéndose en un referente fundamental al comprender la capacitación como un pilar esencial del gremialismo rural.

“Siempre se manejó con valores sólidos, demostrando calidad humana y gran entereza, transmitiéndolo a todas las personas que lo conocieron, además de tener ese carácter campechano que lo caracterizaba. Enviamos nuestro apoyo a su familia en este difícil momento”, expresó Pino.

El productor agropecuario Santiago del Solar, quien compartió la Comisión de Granos con Llauró, recordó su primer encuentro en los años 70, en reuniones de CREA. “Era muy joven y acompañaba a mi papá a esos encuentros. Llauró era considerado una eminencia, un experto en agroquímicos en un momento donde pocos dominaban el tema. Era simpático y bien recibido en todas partes”, comentó.

Del Solar también destacó su visión pionera: “En los años 90, fue el primero en mostrarme ensayos sobre el uso de fungicidas en trigo. Había viajado a Francia y observó su aplicación en frutales, planteando que podía ser adaptado al trigo. Hoy es algo habitual, pero en aquel entonces nadie lo estaba haciendo”, relató a LA NACION.

Para Del Solar, Llauró representó un referente en más de un sentido. “En los últimos años, fue un compañero activo en la Comisión de Granos. Siempre acertado con sus palabras, conocía profundamente el mercado, habiendo vivido todas las crisis, lo que le dio una experiencia muy valorada. Era una persona muy agradable, querido por todos”, dijo el productor, quien compartió momentos de trabajo y largas charlas sobre el futuro de la producción agrícola.

Otro de los que lo recordaron con cariño fue Juan “Jackie” Gear, colega y miembro del Comité de Granos de la Rural: “Era un caballero, muy correcto y claro en sus ideas, defendidas con pasión. Nunca se expresaba con ambigüedades. Conversar con él era un placer, y haber compartido tantos años de relación fue enriquecedor. Siempre fue una persona consultada en su campo, respetada por su conocimiento y trayectoria”.

Gear resaltó también la impronta que dejó en la entidad: “En la Rural se ha siempre respetado la experiencia de los mayores, y Víctor era respetado porque sus comentarios eran siempre pertinents. No decía nada inapropiado”.

El productor agropecuario Roberto Bezzato (h) también destacó sus habilidades técnicas y humanas: “Lo conocí en 2009, cuando era director y delegado de la SRA. Tuvo un papel fundamental, especialmente en el Ceida. Tenía un campo al sur de La Carlota, pero pasaba parte del tiempo en Buenos Aires. Era una persona muy activa, siempre viajando”.

Bezzato enfatizó su perfil innovador: “Conocía mucho sobre suelos, siembra directa y aplicación de agroquímicos. Siempre estuvo a la vanguardia y fue un referente en su campo. Mantenía registros de precipitaciones y variaciones climáticas, manejando con gran destreza las cuencas hídricas”.

Más allá de su faceta profesional, el productor recordó al hombre entrañable: “Era muy querido y respetado, una excelente persona, amable y didáctico al explicar. Siempre disfruté de charlar con él porque su conocimiento era vasto. Es una gran pérdida”.

Su labor en el Ceida, institución que presidía, fue especialmente elogiada por quienes pasaron por su formación. Durante más de cuatro décadas, Llauró contribuyó a formar cientos de dirigentes que luego se integraron en las comunidades agropecuarias del país.

En la SRA también lo recordarán como un dirigente comprometido, que nunca dejó de aportar ideas para mejorar la realidad del sector. Su paso por la Comisión de Granos fue fundamental para la incorporación de nuevas prácticas tecnológicas y la difusión del conocimiento entre los productores.

Llauró fue, en palabras de sus colegas, un hombre adelantado a su tiempo, capaz de identificar tendencias y trasladarlas al productor argentino de una manera clara y aplicable. Su enfoque integrador, que abarcaba desde lo técnico hasta lo humano, le otorgó un respeto unánime.

Su empresa, Campotencia, fue otro de los espacios donde dejó ver su vocación innovadora, brindando soluciones para la producción agrícola. Sin embargo, aquellos que lo conocieron coinciden en que lo más valioso de su legado reside en las personas que inspiró y en la huella que dejó en cada reunión y conversación.

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