La atomización de la estructura de la producción primaria contrasta con lo que sucede en el sector exportador de nuestras commodities agrícolas, donde las cinco primeras empresas concentran (dato de 2023) cerca del 60% del total exportado. La pregunta de rigor, entonces, es: ¿la estructura del sector exportador facilita una transmisión eficiente de los precios del mercado internacional al mercado local? O, dicho de otro modo: ¿existen brechas o rentas que el sector exportador captura a costa del productor?
Estas preguntas siempre fueron relevantes. No obstante, cobran especial actualidad en momentos como el presente, cuando una medida de gobierno provocó la eliminación “relámpago” de los Derechos de Exportación (DEX), eliminación que se revirtió a los tres días de ser anunciada y que permitió a quienes se vieron alcanzados por ella exportar productos libres de DEX, mientras debían adquirir esos mismos productos en un mercado donde los DEX habían sido reimplantados.
La historia del comercio exterior argentino ha sido turbulenta. Hasta la primera mitad de la década de 1950 existió un monopolio estatal. En la década de 1970 la Junta Nacional de Granos (JNG) intervino con gran intensidad en el comercio exterior. Ambas experiencias resultaron muy negativas. La liberalización iniciada a partir de 1990 permitió la entrada de nuevos actores. Y esa es la situación actual que, por lo pronto, es incomparablemente mejor que la que existiría si el Estado decidiera volver a intervenir mediante una “nueva JNG”.
Cosecha de soja en Las Acequias, CordobaDiego Lima – LA NACION
En condiciones competitivas, el precio interno debería converger hacia el denominado “FAS Teórico”, que se obtiene restando al precio internacional (FOB) los derechos de exportación y los gastos asociados para colocar el grano a bordo de un buque. La exigencia de permisos para exportar (los “ROE”), factores aleatorios o, eventualmente, el poder de mercado pueden abrir una cuña entre el FAS Teórico y el precio interno.
¿Hasta qué punto la estructura actual del mercado exportador permite la colusión, con la consecuente aparición de poder de mercado y captura de rentas? El llamado “Indice Hirschmann-Herfindahl” (IHH) aporta algunas pistas. Para los primeros 12 exportadores de productos agrícolas (datos de 2023), el IHH toma un valor inferior a 1000, es decir por debajo del umbral de 1500 a partir del cual se diagnostica cierto “poder de mercado”, y muy por debajo de un IHH de 2500, que caracteriza a industrias con fuerte concentración. A primera vista, por tanto, parecería que el sector exportador presenta un grado razonable de competencia.
El mercado exportador argentino tiene otra particularidad. La Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), aunque con un volumen de operaciones menor que líderes como Cargill, Viterra o ADM, canaliza mediante sus operaciones un volumen considerable, ubicándose entre los primeros diez exportadores argentinos de commodities agrícolas. Las cooperativas, como es sabido, no generan ganancias: por estatuto deben ceder todos los excedentes a sus asociados. Además, cuentan con ventajas impositivas respecto de las empresas convencionales. Los márgenes de comercialización que en una empresa tradicional se canalizan a los accionistas, en una cooperativa se dirigen a los asociados.
Dadas estas características, cabe preguntarse por qué ACA no incrementa su participación de mercado para capturar y luego redistribuir las (hipotéticas) rentas resultantes. En efecto, si el resto de las empresas dispusiera de un efectivo poder de mercado, podría esperarse que —con una gestión razonable— la forma cooperativa mostrara un vigoroso crecimiento. Pero no es lo que se observa. Esto sugiere que: (i) las rentas puras susceptibles de captura son reducidas; o (ii) la gestión cooperativa incurre en costos superiores a los de sus competidores.
Siembra directa de maízDIEGO LIMA – DIEGO LIMA
La “eliminación relámpago” de retenciones y su posterior reimplantación, ocurrida días pasados, amerita un análisis adicional. Por un lado, el grado de concentración según las Declaraciones Juradas de Exportación (DJVE) de las empresas que se beneficiaron de la eliminación de DEX es considerablemente mayor que el que surge de las exportaciones anuales. Así, mientras que los primeros cuatro exportadores representaron algo menos del 60% del total exportado en 2023, las primeras cuatro empresas según las DJVE capturaron un total de 73%o de los permisos de exportación con DEX = 0. En cuanto a la cooperativa, que podría haber canalizado las rentas derivadas de la ausencia de DEX hacia sus asociados, cabe preguntarse por qué su participación en esas DJVE fue de apenas 2% del total, cifra que contrasta con una participación en exportaciones algo superior al doble de ese porcentaje.
Por último: ¿fue el proceso por el cual el Gobierno accedió al “adelanto” de los US$ 7000 millones el de mínimo costo? ¿Qué impedía, por ejemplo, licitar los DJVE en lugar de repartirlos en bloque al que “llega primero”? En principio, de una licitación competitiva cabría esperar un costo (tasa de interés) más cercano al costo real de los aportantes de fondos.
El autor integra el departamento de Economía Agrícola de la Universidad del Cema (Ucema) y es miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria