
Impulsadas por la marcada suba de los precios internacionales, las exportaciones argentinas de carne vacuna sumaron US$2256 millones entre enero y agosto, lo que implica un avance del 24% interanual y del 20% respecto del promedio de los últimos cinco años, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Así, el complejo cárnico se afirmó como uno de los principales generadores de divisas del país en lo que va del año, aun cuando el volumen exportado cayó 12% interanual por una mayor canalización de la producción al mercado interno.
La solidez de la demanda externa y el recorte productivo en Estados Unidos, que presenta existencias bovinas en niveles históricamente bajos, fueron los principales impulsores de esta suba de precios, que promedió un 40% interanual en los primeros ocho meses del año.
En el detalle del sector bovino, pese a una menor cantidad de carne enviada al exterior, los precios de exportación “al alza” consolidaron un importante ingreso de divisas. En ese sentido, el documento de la BCR destacó que en los primeros ocho meses de 2025 “los despachos de carne bovina generaron un ingreso de US$2256 millones”.
Aunque se exportó un 12% menos, la fuerte suba de precios internacionales permitió un crecimiento del 24% en ingresos. BCR
Ese volumen de ingresos se produjo en un contexto en el que los volúmenes exportados resultaron inferiores a los del año anterior, pero la fortaleza de los precios internacionales más que compensó esa retracción.
La producción de carne bovina en el país se mantuvo elevada durante los primeros ocho meses del año. En total, “se produjeron casi 2,1 millones de toneladas (equivalente res con hueso)”. Ese nivel para el período enero-agosto de 2025 constituye el segundo registro más alto desde 2010; solo fue superado por 2023, año en el que la sequía aceleró la faena.
El nivel productivo quedó incluso levemente por encima del promedio de los últimos cinco años para el mismo lapso, con una diferencia positiva del 0,5%. Para alcanzar ese volumen, el país “faenó en el período considerado 9 millones de cabezas”.
El consumo aparente de carne bovina en el acumulado de enero a agosto de 2025 “asciende a cerca de 1,6 millones de toneladas (eq. res con hueso)”. Esta cifra representa “un aumento del 7% con respecto al mismo período del año anterior y ubicándose también un 2% por encima del promedio de los últimos cinco años”[e]MARTIN ZABALA – XinHua
En lo que respecta a la demanda doméstica, “el consumo aparente se recupera” tras el desempeño débil observado en 2024, un año afectado por la recesión y la pérdida de poder adquisitivo vinculada a altas tasas de inflación. En 2025, con una actividad económica que mostró crecimiento interanual en agosto, el consumo de carne vacuna superó los niveles del año previo.
El consumo aparente de carne bovina en el acumulado de enero a agosto de 2025 “asciende a cerca de 1,6 millones de toneladas (equivalente res con hueso)”. Esta cifra representa “un aumento del 7% con respecto al mismo período del año anterior y ubicándose también un 2% por encima del promedio de los últimos cinco años”.
En un contexto en el que una mayor porción de la producción se destinó al mercado interno, la cantidad de carne bovina enviada al exterior fue inferior a la de 2024: el volumen exportado totalizó 539.000 toneladas, un retroceso interanual del 12%. No obstante, la variable decisiva para el resultado económico fueron los precios, impulsados por “la gran fortaleza de la demanda a nivel internacional”.
El estudio señala que el mercado externo está tensionado porque Estados Unidos “cuenta con existencias bovinas en niveles históricamente bajos”. Gracias a esos factores internacionales y a una demanda vigorosa desde la Unión Europea, el valor total exportado aumentó pese a la caída en el volumen físico.
El incremento promedio de precios para el período enero-agosto de 2025 fue del 40% interanual. Como consecuencia, “las exportaciones de carne vacuna se valuaron en US$2256 millones, creciendo un 24% interanual y un 20% respecto al promedio de los últimos cinco años”.
El informe de la BCR también evaluó otros eslabones del complejo cárnico, donde se registró un notable aumento en el consumo de pollo. Entre enero y agosto, “el consumo de pollo en los ocho primeros meses del año es el más elevado en, al menos, los últimos 10 años”. El consumo aparente de carne aviar llegó a 1,4 millones de toneladas, un alza del 2% interanual.
En paralelo, el sector porcino siguió mostrando solidez, manteniendo su tendencia de crecimiento productivo sostenido desde 2011. La faena de cerdos en el período enero-agosto alcanzó 5,5 millones de cabezas, con una producción superior a 526.000 toneladas. El consumo aparente de carne porcina tocó un máximo de 573.000 toneladas, lo que representa un incremento interanual del 8,5%.



