Jueves, 31 de julio de 2025   |   Campo

Exportaciones de biodiésel detienen su avance y advierten sobre plantas paralizadas en toda la industria

Exportaciones de biodiésel detienen su avance y advierten sobre plantas paralizadas en toda la industria

La industria argentina del biodiésel se encuentra en uno de sus momentos más críticos. Las exportaciones del sector cayeron a niveles históricamente bajos durante el primer semestre de 2025, lo que encendió las alarmas en esta actividad clave para la agroindustria. “En lo que va de 2025, Argentina prácticamente no exportó nada, solo 36.000 toneladas a la Unión Europea”, advirtió Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio). La caída de precios y de la demanda por parte de este bloque, el principal comprador, agrava la situación.

Zubizarreta alertó que las perspectivas para lo que queda del año son incluso más desalentadoras que en 2023 y 2024, años que ya fueron muy negativos para el sector. En detalle, la capacidad ociosa de la industria de biocombustibles pasó del 33% en 2017 al 70% en 2024. No obstante, el año pasado se exportaron aproximadamente 383.000 toneladas de biodiésel. “El contexto complejo, tanto en precios como en demanda, ha recortado las exportaciones a Europa. Las condiciones del acuerdo para exportar [el país tiene un acuerdo de precios que se debe respetar] han generado un escenario poco favorable”, explicó el dirigente.

Luis Zubizarreta, presidente de Carbio

En este marco, uno de los mayores problemas radica en la imposibilidad de vender al principal mercado histórico: Estados Unidos. “Desde 2018, ese mercado está cerrado al biodiésel argentino por aranceles antidumping y antisubsidios que superan el 120%”, recordó. La situación se agrava al no poder acceder tampoco al mercado local, limitado por una ley que, según Carbio, beneficia exclusivamente a las pymes.

En una situación de gran aprieto, Zubizarreta afirmó que la estructura no funciona, a pesar de que las inversiones son significativas y las plantas, muy eficientes, están actualmente paralizadas. Estas instalaciones están ubicadas junto a las plantas de aceite de soja, su principal insumo, lo que posibilita una integración ágil y con bajo costo operativo.

La falta de exportaciones significa que el aceite de soja no puede transformarse en biodiésel y termina saliendo como materia prima, sin valor agregado. “Estamos exportando aceite crudo porque no se puede transformar en biodiésel. Es una pérdida de eficiencia para el país”, añadió.

Para la actividad, la necesidad de una reforma estructural ya no es una opción: es una urgencia

En el sector indicaron que no hay soluciones inmediatas a la vista. “Buscamos abrir el mercado doméstico, reabrir el de Estados Unidos y el de Perú, que también nos lo cerró. En Europa no hay mucho que hacer, el precio actual no permite que exportemos bajo las condiciones del acuerdo vigente”, aseguró.

En este contexto, se sabe que hay gestiones para reabrir el mercado norteamericano a través de una negociación bilateral que estaría en curso entre la Cancillería, la Secretaría de Agricultura argentina y el gobierno de EE.UU. “No tengo información concreta, pero sé que está en la agenda oficial”, indicó.

Vale recordar que la industria de biodiésel argentina se divide en dos grandes segmentos: las pymes, que abastecen el mercado interno, y las grandes plantas, destinadas a la exportación. Desde hace un tiempo, este último grupo denuncia una “discriminación legal” que les impide vender en el mercado doméstico, incluso cuando sus costos son más bajos.

“El mercado interno está regido por una ley que impone cupos obligatorios y precios definidos por la Secretaría de Energía. Es el único mercado en el mundo donde se impide la libre competencia y se establece un precio basado en la estructura de costos de la pyme menos eficiente”, cuestionó Zubizarreta.

En ese sentido, recordó que este régimen comenzó en 2006 con una ley promocional impulsada por el kirchnerismo. “Siendo realistas, es difícil que una pequeña empresa pueda abastecer un mercado de escala como este a precios competitivos, y eso impacta en el bolsillo del consumidor y en la competitividad de toda la economía”, afirmó.

Esa ley inicial venció en 2022. Sin embargo, en lugar de reemplazarla por un sistema competitivo, como buscaba el sector exportador, el Congreso aprobó una nueva normativa que extendió el esquema por otros 10 años. “Es un régimen que discrimina a las empresas más eficientes, y es un buen momento para que el Congreso impulsem un cambio hacia un esquema que genere competencia e incentive nuevas inversiones eficientes”, comentó.

En este contexto, Zubizarreta mencionó que este año el Gobierno presentó un proyecto de ley que busca liberar el mercado y permitir la competencia. “Armamos una mesa de diálogo en la Liga de provincias energéticas para consensuar un texto. Creemos que debe haber una transición hacia un mercado totalmente libre”, afirmó.

Zubizarreta destacó que un esquema competitivo beneficiaría al consumidor con precios más bajos y daría previsibilidad a las grandes plantas. “Argentina cuenta con una de las industrias de biodiésel más eficientes del mundo. Pero hoy está casi paralizada. Necesitamos reglas claras para volver a operar a pleno”, afirmó.

Paralelamente, la industria de etanol de maíz, dijo, también presiona por una reforma en la ley de biocombustibles que permita mayor competencia. “Ambos sectores empujamos una misma agenda: acabar con el esquema de cupos, precios fijados y discriminación. Queremos un mercado transparente y abierto”, agregó el presidente de Carbio.

Respecto al comercio exterior, reiteró que la caída en las ventas a Europa se debe a que los precios actuales están por debajo del mínimo exigido por el acuerdo bilateral. “El mercado europeo está técnicamente abierto, pero no podemos vender porque el precio no alcanza. Es una limitación estructural”, detalló.

Y, como se mencionó, Estados Unidos, que en su momento reemplazó a Europa como principal comprador, sigue cerrado. “Llegamos a exportar por US$1500 millones. Hoy ese mercado está totalmente vedado por los aranceles”, relató.

En ese escenario, recordó que fue ahí que las empresas iniciaron un litigio judicial en la Corte de Comercio de Nueva York, pero no lograron revertir los aranceles. “La esperanza ahora está en una negociación política que habilite una cuota de ingreso similar a la que tenemos con Europa”, señaló.

Por su parte, ayer, en un comunicado, entidades que agrupan a las pequeñas y medianas empresas productoras de biodiésel expresaron su malestar con el Gobierno por la falta de cumplimiento de los valores de referencia oficiales. A través de una nota enviada a la Secretaría de Energía, la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb), la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer) y la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados (Capba) alertaron que operan con fuertes pérdidas debido a que el precio de venta se encuentra por debajo del establecido oficialmente.

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