Jueves, 18 de septiembre de 2025   |   Campo

Experto advierte sobre la caída de la natalidad en el país y pide riqueza inmediata para afrontar el desafío

Experto advierte sobre la caída de la natalidad en el país y pide riqueza inmediata para afrontar el desafío

“¿Es necesario hacerse rico antes de hacerse viejo?”. Así comenzó su disertación el economista José María Fanelli, quien no dejó lugar a dudas en su respuesta: “Sí”. La razón, explicó, radica en la transición demográfica, un fenómeno global que transforma la estructura poblacional y afecta el desarrollo de los países. Por su parte, la economista y especialista en cambio climático, Elisa Belfiori, enfatizó que la captura de carbono en los suelos es una de las herramientas más efectivas que tiene el sector agropecuario frente al cambio climático. También advirtió que cuidar la tierra no es únicamente una cuestión productiva o ambiental; es una inversión estratégica a futuro, ya que cada práctica que protege el suelo multiplica su valor económico y contribuye a mitigar el calentamiento global.

Durante su intervención en el Congreso CREA 2025, realizado en Tecnópolis, Fanelli detalló que, a pesar de ser sutiles, los cambios en natalidad, mortalidad y esperanza de vida transforman profundamente a las sociedades. Destacó que en los países desarrollados, la tasa de natalidad ya se encuentra por debajo de dos hijos por mujer y la población está envejeciendo rápidamente. En contraste, regiones como África y la India concentran juventud y representan el “futuro” del crecimiento mundial.

En el contexto argentino, los datos son impactantes: la natalidad ha caído de manera abrupta por debajo del nivel de reemplazo generacional. Esto implica que la población en edad de trabajar alcanzará su punto máximo en 2035, para luego comenzar a descender, mientras aumenta la proporción de adultos mayores. “Actualmente estamos disfrutando de un bono demográfico: hay más trabajadores que dependientes. Sin embargo, este escenario se extinguirá en apenas una década”, advirtió.

José María Fanelli: “Actualmente estamos disfrutando de un bono demográfico: hay más trabajadores que dependientes”Ricardo Pristupluk

La consecuencia es evidente: si no se aprovecha esta ventana de oportunidad, el país enfrentará el desafío de mantener a una sociedad envejecida con menos trabajadores activos. Para lograrlo, Fanelli subrayó la importancia de generar empleo productivo, aumentar el ahorro interno, desarrollar los mercados de capital y avanzar en una reforma tributaria que incentive la competitividad. Además, enfatizó que “los bienes públicos y privados” son complementarios: sin infraestructura, la productividad del sector privado se ve estancada.

Fanelli también enfatizó que el mundo presenta oportunidades que Argentina no puede dejar pasar. Los países envejecidos buscan dónde ubicar sus capitales, mientras que las economías jóvenes demandan alimentos y energía. “Alemania tiene capital, pero no jóvenes. India tiene jóvenes, pero necesita alimentos. Argentina posee lo mejor de ambos mundos: recursos para producir y capital humano en edad de trabajar”, sintetizó. Fanelli concluyó con un llamado urgente: “Estamos en el mejor momento para crecer. Si no logramos enriquecernos ahora, cuando seamos viejos será demasiado tarde”.

José María Fanelli: “Estamos en el mejor momento para crecer”Ricardo Pristupluk

Por su parte, Belfiori abordó los desafíos poblacionales en un entorno en constante transformación y la razón por la cual el sector agropecuario debe actuar. “Cuando mi abuelo sembraba en La Pampa, la temperatura global era la misma que antes de la Revolución Industrial. Hoy, en la misma tierra, con las mismas decisiones de siembra, la temperatura global ha aumentado 1,3 grados”, relató Belfiori al iniciar su charla sobre desafíos poblacionales y cambio climático. Esta comparación revela cómo, en apenas tres generaciones, los patrones climáticos han cambiado tanto que los conocimientos transmitidos ya no son suficientes.

Belfiori subrayó que un incremento de 1,3 grados puede parecer mínimo, pero tiene profundas implicaciones. El Acuerdo de París establece un límite de 1,5 grados, y la humanidad ya se encuentra al borde. “Nunca hemos coexistido con temperaturas superiores a los 2 grados por encima de la era preindustrial. Ese umbral es crítico”, alertó. El impacto en el campo es inmediato: sequías, inundaciones y olas de calor más intensas y frecuentes que requieren desaprender lo conocido y aprender el clima desde cero.

Elisa Belfiori habló sobre los desafíos poblacionales en un entorno en transformaciónRicardo Pristupluk

Lejos de responsabilizar al agro, Belfiori fue contundente: “No se trata de que el campo asuma solo la responsabilidad del cambio climático. Se trata de que le conviene actuar, porque si el clima es favorable, el campo prospera; si no, es el primero en perder”. En este sentido, valoró los avances logrados con la siembra directa, una tecnología que conserva el suelo y favorece la captura de carbono. Sin embargo, planteó un desafío: cuantificar cuánta captura de carbono realizan los suelos argentinos. “Si no sabemos cuánta es, no podremos comunicarlo ni aprovecharlo en los futuros mercados de carbono”, afirmó.

Destacó que, a pesar de que las emisiones globales no han dejado de crecer desde 1950, el campo argentino ha desarrollado prácticas innovadoras que hoy pueden convertirse en una ventaja competitiva. La clave, insistió, es pasar de la percepción a los datos: cuantificar, certificar y comunicar. “El clima es un insumo para el campo. Lo entendemos cada vez que rezamos para que el clima nos favorezca; si el clima no colabora, cambia o se vuelve errático, el campo lo padece y pierde. En ese momento, el aumento de la temperatura deja de ser solo un dato estadístico o una agenda impuesta, y se convierte en una cuestión personal para el agro”, continuó.

“Desde hace tiempo escuchamos sobre cambio climático, impuestos al carbono y las barreras arancelarias impuestas por Europa, así como las posturas de los gobiernos tanto a favor como en contra”, indicó. Advirtió que es necesario establecer un precio a la captura de carbono.

Belfiori subrayó que un aumento de 1,3 grados parece pocoRicardo Pristupluk

El mensaje final se centró en el sentido de continuidad familiar que caracteriza la producción agropecuaria: “En el campo no existen las generaciones futuras, ya que el abuelo trabaja con el nieto y el legado se superpone. Lo que está en juego no es solo la producción, sino el cuidado de la tierra. Y si hay algo que beneficia a todos, al abuelo, al nieto y a quienes vendrán, es que el clima nos favorezca”.

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