
El exfiscal regional Patricio Serjal fue condenado a nueve años de prisión e inhabilitación perpetua en el juicio que lo llevó al banquillo acusado de proteger una red de juego clandestino que operaba en Rosario y otras localidades de la provincia de Santa Fe. El fallo se conoció pasado el mediodía de este viernes, a dos semanas de la lectura de los alegatos de cierre y a casi dos meses del inicio del debate oral y público.
Los jueces Nicolás Foppiani, Facundo Becerra y Hebe Marcogliese dieron a conocer la sentencia ante la presencia del fiscal regional Matías Merlo y de la fiscal general de la provincia, María Cecilia Vranicich. Durante el juicio actuaron como fiscales José Luis Caterina, Marisol Fabbro y María de los Ángeles Granato, quienes habían pedido una pena de 12 años de prisión para el exjefe de los fiscales rosarinos.
Entre los acusados también figuró Nelson Ugolini, empleado judicial que trabajaba para el exfiscal Gustavo Ponce Asahad —ya condenado en esta causa a tres años de prisión tras aceptar ser imputado colaborador—. Para Ugolini, los jueces dictaron una condena de cinco años de cárcel, en consonancia con el pedido de los fiscales.
El juicio a Serjal
El proceso contra Serjal se inició el 15 de septiembre. El exfiscal regional fue juzgado por corrupción institucional en una causa vinculada con las tramas de narcocriminalidad que marcaron la agenda delictiva en Rosario en los últimos años. La acusación sostiene que, a cambio de protección, Serjal habría brindado cobertura a una red de juego clandestino cuyo cabecilla, el empresario Leonardo Peiti, ya fue condenado con una pena reducida por su colaboración con la investigación.
Serjal, de 48 años, llegó a juicio imputado como organizador de una asociación ilícita y por cohecho pasivo, falsedad ideológica de documento público agravada por su condición de funcionario, omisión de persecución y peculado de servicios. Había sido detenido el 11 de agosto de 2020 en el marco de una investigación de los fiscales Edery y Luis Schiappa Pietra sobre el ataque a tiros al casino City Center de enero de ese año, en el cual murió el gerente bancario Enrique Encino, un apostador que fumaba en un balcón y fue alcanzado por un disparo. Según la pesquisa, ese atentado fue ordenado por el jefe de Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, con fines extorsivos.
Tras el ataque, un lugarteniente de Cantero, Maximiliano “Cachete” Díaz, se comunicó con el empresario del juego Leonardo Peiti —a quien conocía por haberlo extorsionado— para que averiguara “con sus amigos de Fiscalía” la situación de dos apresados. El celular de Díaz estaba intervenido y ese intercambio dejó al descubierto, según la acusación, la conexión entre Serjal y Ugolini para brindar protección a Peiti y a sus negocios de juego.
El vínculo con Peiti
Entre los testigos del juicio declaró Leonardo Peiti, empresario del juego que ya cumplió condena en la misma causa. La acusación sostiene que Serjal, a cambio de dineros que recibía periódicamente de Peiti, daba instrucciones para asegurar la impunidad del entonces fiscal Gustavo Ponce Asahad, quien fue condenado con una pena reducida de tres años como imputado colaborador.
Peiti fue condenado a fines de 2021 a seis años de prisión por pagar sobornos para garantizar su actividad y lavar dinero; la pena se redujo a tres años por su aporte como imputado colaborador. Recuperó la libertad tras diez meses de detención. En el acuerdo abreviado, Peiti admitió su responsabilidad en el control de numerosos emprendimientos de juego clandestino en la provincia y reconoció haber pagado sobornos a actores políticos y judiciales para obtener concesiones.
Fuente: La Capital de Rosario




