
Los especialistas coincidieron en que la innovación, la digitalización y el trabajo colaborativo son motores indispensables para transformar empresas, clubes y organizaciones. Esta idea central permeó la cápsula de Innovación CREA-Endeavor durante el último Congreso de CREA, donde se abordaron estrategias y experiencias, así como su adaptación a un escenario cada vez más competitivo.
María Julia Bearzi [Endeavor], Juan Manuel Baruffaldi [Deep Agro], Jairo Trad [Kilimo], Alejandro Larosa [Biond Agro], Tomás Liceda [Telecom], Ignacio Villarroel [River Plate] y Gabriel Tinghitella [CREA] expusieron cómo sus compañías se reinventan y redefinen sus modelos para continuar liderando en sus respectivos sectores.
Tinghitella explicó que desde CREA se están probando nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, la ganadería y la lechería en condiciones reales de uso. El objetivo, destacó, es permitir que las empresas validen sus desarrollos directamente en los campos de los productores y, a la vez, reciban un feedback genuino de los usuarios finales. “Buscamos que tengan la confianza de que este proceso de testeo es conducido por CREA, que actúa como un agente neutral y objetivo”, subrayó.
En esta línea, comentó que la institución ya ha publicado las primeras cinco fichas de evaluación tecnológica. “Los productores nos expresaban su interés en la innovación, pero sentían que contaban con poca información imparcial”, explicó.
Un aspecto relevante de la propuesta es la creación de un club de inversores ángeles. A diferencia de un fondo, cada productor puede participar e invertir de manera individual o colectiva, con la posibilidad de actuar también como mentor.
Gabriel Tinghitella habló de las propuestas de innovación para los productores agropecuarios CREA
Tinghitella recordó que en la última década, CREA ha facilitado no solo el ingreso de tecnologías extranjeras a Argentina, sino también la exportación de innovaciones locales a otros mercados. Ahora, el desafío radica en consolidar un verdadero ecosistema de innovación con alcance regional y global. “Para lograr esto, es necesario eliminar el ego-sistema”, afirmó, invitando a diversos actores a unirse a esta aventura. “Todo lo que hacemos es en colaboración con otros, y todo lo que haremos será con otros”, resumió.
Pocos minutos después, Villarroel, vicepresidente segundo de River, enfatizó que “lo más difícil fue el proceso y el cambio cultural en la modernización y transformación digital del club”. Este recorrido incluyó decisiones que parecían imposibles, como garantizar la apertura del Monumental en cada partido, lo cual implicó un costo de $400 millones. Para afrontarlo, diseñaron estrategias clave, entre ellas la asignación de 40.000 plateas a los socios, lo que les permitió cubrir gran parte de los gastos operativos y avanzar en obras fundamentales.
Uno de los ejes centrales fue la remodelación del estadio Monumental, que hoy se ha convertido en el más grande de Latinoamérica, con capacidad para más de 85.000 espectadores. Esto supuso la eliminación de la pista olímpica, la ampliación de tribunas, la incorporación de restaurantes, conectividad Wi-Fi y 2.500 espacios de estacionamiento.
Ignacio Villaroel, vicepresidente segundo de River Plate
River también ha creado nuevas áreas profesionales, desarrolló River ID, una plataforma que integra a más de un millón y medio de hinchas, y avanzó en la internacionalización del club. “River dejó de ser solo un club deportivo para transformarse en una verdadera plataforma de contenido y experiencia”, explicó Villarroel, destacando que la digitalización fue fundamental para mantener el vínculo con los socios y expandir la marca a nivel global.
En términos económicos, tras los ajustes, el club pasó de un déficit operativo de 23 millones de dólares a un superávit de 60 millones en el último balance. El presupuesto anual se incrementó de 50 millones a más de 200 millones de dólares, mientras que el contrato de patrocinio saltó de 14 millones a casi 40 millones de dólares por año. “A diferencia de una sociedad comercial, nosotros reinvertimos en el club: en infraestructura, formación y atención a los socios”, resaltó.
Para Villarroel, el verdadero activo alcanzado en estos 12 años no es solo económico o deportivo, sino institucional. “River es hoy confiable para sus hinchas, socios, jugadores, empleados, sponsors y para la sociedad”, sostuvo. Con más de 350.000 socios, 1.500 empleados, 20 millones de hinchas y resultados sostenidos, River se reposicionó como un modelo de gestión eficiente, transparente y con visión de futuro, afirmó. “Nuestro valor más importante es la credibilidad. Es un esfuerzo diario que nos permite pensar en los próximos 12 años”, enfatizó.
Mencionó que River se ha convertido no solo en un referente deportivo, sino también en un actor social de gran relevancia. Con 1.200 chicos escolarizados en sus aulas, una universidad con más de 600 alumnos y una fundación que apoya a 70.000 jóvenes en situación vulnerable en todo el país, el club se ha consolidado como un espacio de formación y contención, indicó.
Tomás Liceda, de Telecom, afirmó que Argentina tiene todas las condiciones para dejar de conformarse con “jugar a empatar”.
Por otro lado, Liceda enfatizó que Argentina tiene ante sí una gran oportunidad demográfica hasta 2035. “Aprovechemos todas las oportunidades; a veces, en Argentina, dejamos pasar momentos clave, pero hoy contamos con diez años a nuestro favor”, destacó. En este contexto, subrayó la importancia de apoyar los cambios que se vienen discutiendo, tales como la transformación digital, la conectividad, la innovación y el trabajo en red.
Resaltó que el sector debe volverse más atractivo para las nuevas generaciones de profesionales y ampliar el espectro de disciplinas involucradas. “Además de ingenieros agrónomos y licenciados en economía agrícola, necesitamos ingenieros industriales, en sistemas, especialistas en ciencias de datos, biólogos y muchas otras profesiones para abordar problemáticas cada vez más complejas”, expresó. Desde Telecom, explicó, el enfoque está en llevar conectividad a las zonas donde operan las empresas, ya que muchas soluciones tecnológicas aún no funcionan en tiempo real debido a la falta de infraestructura.
Hizo un llamado para pasar de la teoría a la acción, transformando el potencial del país en resultados concretos. “Teóricamente, puede haber muy buenos planteles, pero si en la práctica no se ganan campeonatos, estos no se concretan”, ilustró. A su juicio, Argentina tiene todas las condiciones para dejar de conformarse con “jugar a empatar” y convertirse en un país protagonista no solo en el ámbito industrial, sino en múltiples sectores.