
Los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas, de alrededor del 55%, representan un “buen statu quo”, aunque al Gobierno de Donald Trump le gustaría identificar ámbitos en los que el comercio bilateral pueda expandirse con mayor libertad, dijo el martes el representante Comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer.
Las declaraciones de Greer en el Club Económico de Nueva York no anticiparon un movimiento inmediato hacia la rebaja de los aranceles del presidente Trump a los productos chinos antes de la fecha límite del 10 de noviembre, cuando expira la tregua comercial entre las dos mayores economías del mundo.
“Si le preguntas al presidente: ‘¿Tenemos un acuerdo con China?’ Él diría: ‘Sí, este es nuestro acuerdo. Tengo aranceles del 55%. Ese es el trato’. Así que ese es un buen statu quo”, dijo Greer.
Aun así, Greer señaló su intención de mantener conversaciones periódicas con las autoridades chinas para intentar alcanzar una relación comercial más equilibrada, en la que ambas partes puedan aumentar el intercambio de “bienes no sensibles”, como productos agrícolas estadounidenses y bienes de consumo chinos.
“Me gustaría llegar a una posición con ellos en la que (…) podamos comerciar, y podamos comerciar un poco más libremente y de una forma un poco más transparente”, dijo Greer.
“Pero por ahora, ahí es donde estamos”, añadió en relación con la tasa arancelaria estadounidense del 55% que incluye los aranceles del primer mandato de Trump a los productos chinos.
Si las autoridades de Estados Unidos y China no acuerdan prorrogar estas tasas, está previsto que el 10 de noviembre las gravámenes se sitúen nuevamente en torno al 145% por parte estadounidense y al 125% por parte china, niveles que prácticamente paralizarían el comercio entre ambos países.
Durante las conversaciones mantenidas a mediados de septiembre en Madrid sobre comercio y la red social china TikTok, el viceprimer ministro chino, He Lifeng, había solicitado reducciones arancelarias estadounidenses a cambio de ceder el control de la propiedad de TikTok a un consorcio con sede en Estados Unidos, una concesión que Greer y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, rechazaron.
Greer aseguró que los negociadores chinos se han “sentido un poco más cómodos” por la influencia de China en el suministro mundial de minerales de tierras raras e imanes, y que por ello han elevado sus exigencias.
Agregó que existe un respeto mutuo y que la comunicación fluida ayuda a evitar sorpresas políticas para ambas partes.
El acuerdo alcanzado estipula que el control efectivo del algoritmo corresponderá a una entidad sujeta a jurisdicción estadounidense, concordaron fuentes oficiales consultadas por EFE. La ley federal limita explícitamente la transferencia de tecnología originaria de China, por lo que las partes diseñaron una arquitectura que garantice la autonomía operativa de la filial estadounidense respecto a su matriz en Pekín.
The New York Times también subrayó que importantes inversionistas estadounidenses están dispuestos a pagar una tasa multimillonaria al gobierno de Estados Unidos para que el acuerdo se cristalice bajo los requisitos legales vigentes. Los detalles sobre el monto, los participantes y las condiciones permanecen reservados, pero la administración Trump dejó entrever que se buscará una transacción que sea beneficiosa para ambas partes.
Desde la entrada en vigor de la legislación federal en 2024, que prohibió a TikTok operar bajo su estructura original, se han concedido varias prórrogas para explorar una solución definitiva. Trump autorizó personalmente cuatro extensiones, la última de las cuales asegura que TikTok podrá funcionar hasta el 16 de diciembre. Esta prolongación permitió que las negociaciones continuaran pese al contexto de tensiones comerciales entre Washington y Pekín.
(Con información de Reuters)