Miércoles, 17 de septiembre de 2025   |   Campo

Eslabón clave de la carne busca revancha ante la preocupación del sector

Eslabón clave de la carne busca revancha ante la preocupación del sector

Con márgenes ajustados, la actividad feedlotera atraviesa los últimos meses del año con la expectativa de que en noviembre y diciembre se produzca un ajuste de precios que, según afirman, necesita urgentemente el negocio del engorde a corral. El sector confía en que una relativa escasez de hacienda gorda genere un dinamismo en el mercado y mejore los números de una actividad que, en la actualidad, no permite hacer cálculos económicos sostenibles, advierten. En el ámbito del negocio señalan que, si efectivamente se registran aumentos, para el consumidor final de carne, esto será simplemente un “reacomodamiento”.

“Lo que se encerró desde julio hasta ahora se hizo con la expectativa de que habrá firmeza en algún momento, que será entre noviembre y diciembre, debido a un cierto grado de escasez. El precio que necesitamos para salir adelante en el negocio ronda los $4000 por kilo de hacienda gorda [hoy en un promedio de $3400] para fin de año”, expresó a LA NACION Juan Eiras, productor feedlotero y directivo de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF).

De acuerdo con Eiras, 2025 comenzó con condiciones muy propicias para la ganadería. Desde la perspectiva climática, la producción de granos, ya sea propia o adquirida, así como la producción pastoril de primavera, verano y otoño ha sido excelente. En detalle, hacía años que no se contaba con un año tan favorable en términos de alimentación.

Juan Eiras, productor feedlotero y directivo de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF)

El productor subrayó que, a pesar del aumento de precios en insumos vinculados al dólar, se mantiene una alimentación a valores razonables que permite sumar kilos en casi todas las categorías que predominan en los feedlots.

Sin embargo, la abundancia de lluvias dejó huellas en el sector. “En los primeros nueve meses del año se registraron aproximadamente 900 milímetros en gran parte de la provincia de Buenos Aires. Esto complicó los corrales, que se vieron reducidos por las condiciones climáticas, lo que conlleva ineficiencia y gastos significativos de reparación”, explicó.

En lo que respecta a la reposición, el directivo de CAF destacó que los precios de invernada se mantuvieron firmes. No hubo bajas como en años anteriores; por el contrario, si se observaban cortes cada 15 o 20 días, los valores aumentaban. “El invernador pastoril ofrecía en remates precios de hasta $4000 el kilo, algo inalcanzable para encerrar de inmediato”, detalló Eiras.

“Esto nos ha dejado siempre muy justos en la reposición. El invernador pastoril ofrecía en remates precios de hasta $4000 el kilo, algo inalcanzable para encerrar de inmediato”, agregó. Por ello, el feedlot optó por “lotes mezclados de machos y hembras, o hembras más pesadas”, que resultaron ser más accesibles.

En ese sentido, mencionó que se pagó por “un macho entre $4000 y $4200 y una hembra entre $3600 y $3700”. Esta diferencia permitió seguir abasteciendo los corrales, aunque siempre con la esperanza de un futuro reacomodamiento de precios de la hacienda gorda.

En la actualidad, los márgenes son negativos. “La planilla con los números actuales no sostiene el cálculo”, advirtió Eiras. Explicó que, con la hacienda gorda a un promedio de $3400, tras descontar gastos y fletes, y con una reposición de $3800 o $4000 más costos adicionales, el negocio se torna inviable.

“Necesitamos que el gordo llegue a $4000 hacia fin de año. Lo hemos dicho durante 20 años: la hacienda no sigue la inflación mes a mes, acumula atrasos y cuando hay escasez, ajusta”, destacó.

Según sus proyecciones, “el propio ajuste de inflación marca un rango de $3900 a $4000, mientras que hoy está en $3400 y si se consideran las tasas actuales, no hay negocio ganadero ni feedlotero que resista”.

Sobre si la demanda podrá convalidar ese precio, reconoció: “Depende de infinidad de factores macroeconómicos. No estamos hablando de aumentos desmedidos, sino de un reacomodamiento. El abastecedor y el matarife determinarán si la calle lo valida o no”.

La estrategia, entonces, se ha centrado en mantener el nivel de encierre a pesar de las dificultades. “El feedlot ha ido disminuyendo en julio, bajó en agosto y continuará disminuyendo a niveles de entre el 2% y el 3% mensual”, detalló.

Según datos del Senasa, actualmente hay 1,9 millones de cabezas encerradas; con una capacidad ocupada del 67% en septiembre, esto representa tres o cuatro puntos menos que en 2024.

Según datos del Senasa, actualmente hay 1,9 millones de cabezas encerradas; con una capacidad ocupada del 67% en septiembre, esto representa tres o cuatro puntos menos que en 2024.

“La cantidad de terneros comercializados es igual o superior a la de otros años, pero debido a la abundancia de forraje, el encierre se está demorando. El ternero no se retiene en el criador, sino en el recriador, que aporta más kilos pastoriles. Seguramente los encierres se concentrarán en octubre, noviembre y diciembre”, explicó.

Este retraso, aclaró, no implica una disminución en la hacienda, sino un escalonamiento. “Hoy hay más novillos medianos y pesados. A mayor escalonamiento de categorías, es más fácil que el mercado mantenga la firmeza de precios”, subrayó.

Así, la faena, según Eiras, no mostró descensos. “Los operadores del consumo interno, más que para vender, tienen dificultades para cobrar; por lo que la demanda no ha disminuido y la faena semanal se ha mantenido”, comentó.

Mientras tanto, la exportación, tras un periodo complejo en mayo y junio, ha logrado recuperarse. En este caso, se dieron dos factores muy favorables: un tipo de cambio por encima de $1400 y precios internacionales en alza: “Esto equilibró las cuentas”.

La diferencia de precios también se invirtió. “Hace 45 días, los supermercados pagaban $200 más por gancho que la exportación. Hoy es al revés: la exportación paga hasta $300 más. Esto responde claramente a la firmeza internacional y al tipo de cambio”, aseveró.

Este reacomodamiento de precios abre un panorama alentador para el feedlot hacia fin de año. “Nunca un matarife o un exportador se quedará sin faenar por no pagar $200 más por kilo. Creemos que será una competencia saludable que se producirá”, afirmó.

Para Eiras, la clave será mantener la producción y esperar la revancha. “Es un momento en el que aquel que no ha optado por lo financiero, sino que se ha dedicado a producir y tiene mercadería de calidad, tendrá su oportunidad y un precio más justo en relación a nuestros costos”, concluyó.

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