ROSARIO.- En el corazón del complejo agroexportador argentino, tres integrantes del equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, defendieron la reducción a cero de los Derechos de Exportación (DEX) para la soja, el maíz y el trigo, entre otros productos, y confirmaron que la medida tendrá vigencia hasta el 31 de octubre o hasta que se registren exportaciones por un valor de US$7000 millones.
“Ante una situación de dificultad, por motivos políticos, en vez de implementar un cepo, aumentar retenciones o aplicar impuestos temporales, preferimos que esos fondos regresen a la actividad para fomentar una mayor inversión”, afirmó Juan Pazo, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), en un seminario organizado por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Acompañando al funcionario, también participaron Martín Vauthier, asesor de Economía y director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), y Pablo Lavigne, secretario de Coordinación de Producción.
Pazo, además, desmintió que el límite de US$7000 millones para acceder a las retenciones cero haya sido impuesto como una condición por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para no perjudicar las cuentas fiscales. “No hubo condicionamientos”, declaró ante las consultas de la prensa, reiterando que ante una situación complicada, el Gobierno optó por “reducir impuestos”.
El titular de ARCA reafirmó que a partir del 1° de noviembre, las alícuotas de los DEX volverán a sus niveles anteriores (poroto de soja, 26%; harina y aceite, 24,5%; trigo y maíz, 9,5%; y girasol, 5% entre los cultivos principales).
Vauthier, por su parte, justificó la reducción temporal de los DEX al 0%, subrayando que “la medida generará más actividad económica y atraerá más inversión en el interior del país, ya que estimula el consumo en las localidades a través de las ventas de fertilizantes y otros insumos”. “No es un costo”, añadió, en referencia a las críticas sobre el impacto fiscal de la disminución, argumentando que esta medida es parte de los esfuerzos del equipo económico por reducir la intervención en el sector privado.
Lavigne, a su vez, manifestó que el equipo económico mantiene reuniones regulares con referentes del sector agropecuario. “Esta área es prioritaria; nos reunimos todos los días con ellos”, explicó, invitando a presentar propuestas que faciliten desregulaciones.
Antes de las intervenciones de los funcionarios, el presidente de Acsoja, Rodolfo Rossi, solicitó la creación de mesas de trabajo con el Gobierno para avanzar en la reducción de las retenciones al sector agropecuario. “La soja soporta una carga impositiva alta, fundamentalmente por los DEX, que son irracionales e injustos y hasta ayer triplicaban las de otros cultivos”, comentó.
A su vez, el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, afirmó que el Gobierno “ha modificado el paradigma” de la relación con el campo. “Estamos con el agro y comprendemos al agro”, sostuvo.
Antes del anuncio de ayer, la presencia y el discurso de los funcionarios no estaban programados en el seminario de Acsoja. Los organizadores ajustaron rápidamente el programa e incluyeron un nuevo panel. No se realizaron preguntas en persona, pero sí se recibieron consultas a través de WhatsApp, la mayoría centradas en lo que ocurrirá después del 31 de octubre o al alcanzarse el límite de US$7000 millones.
Fuentes del sector exportador reconocieron que la medida los sorprendió, aunque señalaron que desde la semana pasada, ante el aumento del dólar y la disminución del riesgo país, comenzaron a recibir consultas del Gobierno sobre la evolución de las ventas de la cosecha.
“Cuando hay incertidumbre cambiaria, el productor deja de vender, y las operaciones estaban desacelerándose”, explicaron. A partir de esas consultas, en el sector exportador presentaron datos y estimaron que en manos de la producción había soja y maíz por un valor equivalente entre US$8100 y US$9300 millones. En el mercado, circuló la versión de que hubo consultas con el FMI sobre la medida y que los funcionarios de Washington impusieron el límite de US$7000 millones para mantener el equilibrio fiscal. Además, se comentó que la ayuda de Estados Unidos, además de reforzar la capacidad del Gobierno para enfrentar embates contra el peso, contribuirá a compensar la pérdida de recaudación derivada de la disminución de los DEX.
Pazo, sin embargo, desmintió que existieran condicionamientos y subrayó que el campo tiene capacidad y existencias suficientes para satisfacer la demanda de dólares.
En cuanto a la posibilidad de que la reducción de los DEX incremente la oferta de soja disponible en el mercado internacional y reduzca los precios de la oleaginosa, el titular de ARCA consideró que la mayor oferta argentina “no impactará en el stock mundial”.
No obstante, fuentes del sector exportador expresaron su inquietud ante la eventualidad de que China aumente sus compras de poroto de soja sin procesar en Argentina, especialmente en el contexto de la guerra comercial con Estados Unidos, que ha llevado al gigante asiático a buscar diversificar sus proveedores.
Finalmente, el titular de ARCA explicó que la suspensión de los DEX no impide la realización de operaciones en el mercado de futuros. En otras palabras, se pueden vender trigo o maíz que aún no han sido cosechados. “Son acuerdos entre privados”, aclaró.