
Desde Mar del Plata
El Coloquio de IDEA es un encuentro anual que se realiza desde hace décadas en Argentina y reúne desde hombres y mujeres influyentes, con llegada a las oficinas del poder, hasta jóvenes empresarios que prometen ser la vanguardia productiva nacional. Las preocupaciones son variadas: desde una economía que no crece hasta la “estabilización de la macro” fueron ponderadas en el encuentro de esta semana por un auditorio afín al gobierno libertario, pero no ajeno a la crisis política y financiera que actualmente enfrenta.
Los CEOs quieren hablar del largo plazo, de tener bases sólidas para invertir, de que los Gobiernos no les cambien reglas incesantemente. En diálogo con Página 12, Gabriela Renaudo, CEO de Visa y vicepresidenta primera de IDEA, sostuvo que “Argentina debe salir de esta meseta y retomar la senda de crecimiento” en referencia a la dinámica de la actividad económica interna.
Esta declaración, viniendo de la directiva de la empresa que financia el grueso del consumo de los argentinos, es todo un llamado de atención: el consumo no tracciona el negocio. Días atrás, en una entrevista televisiva, Javier Milei, presidente de la Nación, aseguró que no emitirá dinero para “ponerlo en el bolsillo de los argentinos” porque “eso ya fracasó”. Y ante la repregunta sobre cómo impulsar el consumo, respondió con una pregunta retórica: “¿Qué quiere que haga?”
En sintonía, en una charla informal con periodistas, Alejandro Díaz, CEO de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham, por sus siglas en inglés), sentenció: “No hay indicadores de corto plazo para pensar una recuperación sistémica del consumo”.
Esos indicadores, bajo la administración de Alberto Fernández, “estuvieron generados a través de estímulos inadecuados” pero ahora “dependen del desarrollo privado, lo cual es lógico en cualquier país sensato del mundo”. Entonces, en este esquema “necesitás aumento del empleo, de los salarios privados, mejora de la informalidad, etc.” pero estos elementos están ausentes hoy, en el primer semestre de este año.
Su preocupación, dijo a las y los periodistas, no es tanto la economía financiera como la “real” para 2026. El modelo de Milei no derrama ni redistribuye hacia los ingresos familiares que son los que sostienen al mercado interno.
Empresarios de industrias medianas, del rubro de consultoría y alimentos, también reconocieron que “la actividad económica está freezada” en los pasillos del Hotel Sheraton. “No hay grandes inversiones, pero llegan algunos medianas en energía y alimentos”, completaron para sumar un poroto de visión optimista en el corto plazo.
Otro empresario minero que, por el contrario, tiene ahora buenos niveles de producción, lanzó igualmente un reclamo para el Gobierno: “la obra pública es necesaria, tanto en el tendido eléctrico como el mantenimiento de rutas desde el sur hasta Buenos Aires”.
Antes había “más previsibilidad” con este gobierno, reconoció un joven empresario en otra charla de pasillo con este medio, y diferenció el clima “de mayor optimismo” que sobrevoló al Coloquio N° 60 de IDEA –el primero bajo la administración libertaria y que contó con la participación del presidente Milei- con este último encuentro, marcado necesariamente por la coyuntura electoral y financiera adversa, en buena medida provocada por errores propios en la gestión política y económica.
La palabra “consensos” también sobrevoló varias de las conversaciones entre empresarios, pero pocos daban por sentado un cambio de actitud del Gobierno: “hay que ver qué necesitan después de las elecciones”, reconoció este joven CEO en relación a la coyuntura que enfrentará el oficialismo. No dio por descontado un “gran acuerdo” político, que no pocos representantes del círculo rojo y de poderosos bancos e inversores extranjeros reclaman al oficialismo en el último tiempo.
Quienes se apuntaron en esa lista fueron los gobernadores nucleados en Provincias Unidas que también se hicieron presentes en el Coloquio. Ignacio Torres, de Chubut, y Martín Llaryora, de Córdoba, se mostraron más críticos con el Gobierno. “El oficialismo tiene un grave problema con el programa económico, y sin embargo no los convoca tampoco a ustedes: a la UIA, a los empresarios. Es un gobierno que está muy cerrado en sí mismo”, apuntó Llaryora.
También fue crítico sobre la ayuda financiera de Estados Unidos: “Nadie explica en qué consiste el salvataje financiero, los funcionarios y el presidente viajan a Estados Unidos y no se sabe por qué. El acuerdo tendría que ser algo más aplaudido y no sospechado”, espetó.
Rogelio Frigerio, gobernador de Entre Ríos, junto a Leandro Zdero, de Chaco, y Alfredo Cornejo, de Mendoza, se mostraron más alineados con los libertarios. “Venimos acompañando al Gobierno desde el primer día con las reformas que en este foro se vienen planteando desde hace mucho” y queremos “ampliar la base de sustentación política del gobierno”, afirmó Frigerio en el escenario central de la sala de convenciones del Sheraton.
Los mandatarios de Provincias Unidas apoyan las reforma fiscal y laboral que impulsa el Gobierno, lo dejaron en claro en sus alocuciones aunque mostraron siempre la cara buena de esas reformas: la “simplificación del régimen tributario” y una reforma laboral “para reducir la informalidad del empleo”.