Lunes, 20 de octubre de 2025   |   Justicia

En casi 15 años, RUAER logró la guarda de más de 700 niños, niñas y adolescentes

En casi 15 años, RUAER logró la guarda de más de 700 niños, niñas y adolescentes

El organismo dependiente del Ministerio Público de la Defensa trabaja para garantizar el interés superior de las personas menores de edad en situación de adoptabilidad y su derecho a vivir en familia.

El Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines de Adopción de Entre Ríos (RUAER) fue creado por la Ley 9.985, promulgada el 3 de septiembre de 2010, y comenzó a funcionar el 1º de diciembre de ese mismo año. Desde entonces, más de 700 niños, niñas y adolescentes han sido recibidos en guarda por familias de distintas conformaciones y características.

La Convención sobre los Derechos del Niño, que integra el Bloque Constitucional Federal, y el Código Civil y Comercial de la Nación establecen que, en el sistema de adopción, debe primar el interés superior del niño. Ese principio rige el trabajo del RUAER: cada aspirante a adoptar es evaluado profesionalmente por un Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) mediante entrevistas y capacitaciones.

En el marco de la responsabilidad que implica abrir una instancia de vinculación entre una pareja o una persona adulta y un NNA en situación de adoptabilidad, los ETI elaboran un diagnóstico sobre la aptitud para la inscripción. A partir de ese informe, el Defensor General decide la admisión o el rechazo; en caso de rechazo, la decisión puede recurrirse por las vías legales correspondientes. Los plazos de evaluación varían según la singularidad de cada caso.

La normativa vigente exige además recaudos que conviene recordar: respeto por el derecho a la identidad; agotamiento de las posibilidades de permanencia en la familia de origen o ampliada; preservación de los vínculos fraternos —priorizándose la adopción de grupos de hermanos en la misma familia adoptiva o, si ello no fuera posible, manteniendo vínculos jurídicos entre los hermanos, salvo razones debidamente fundadas—; el derecho a conocer los orígenes; y el derecho del NNA a ser oído y a que su opinión se tenga en cuenta según su edad y grado de madurez, siendo obligatorio requerir su consentimiento a partir de los diez años.

El RUAER consolidó un cambio de paradigma en la adopción: los gurises y las gurisas dejaron de ser vistos como objetos intercambiables y pasaron a ser reconocidos como sujetos de derecho, cuyo resguardo por parte del Estado incluye garantizarles una vida en familia. Esto, enfatizan desde el organismo, es más importante que el deseo de ser padres o madres.

Existen, sin embargo, particularidades que dificultan la búsqueda de familias: más del 85% de quienes están inscriptos en el Registro sólo tienen disponibilidad para niños y niñas de hasta 3 años; apenas el 17% está dispuesto a adoptar a personas con discapacidad o con enfermedades; y la disponibilidad para grupos de tres hermanos o más es ínfima.

Frente a esa complejidad y con los debidos resguardos, en casi 15 años de trabajo el RUAER alcanzó que más de 700 NNA hayan sido otorgados en guarda, lo que equivale a un promedio de aproximadamente 50 por año.

Entre quienes adoptaron en este tiempo se cuentan parejas integradas por personas del mismo o distinto sexo, familias monoparentales y hogares de diversas edades, credos, posiciones socioeconómicas y niveles de educación formal. Los únicos requisitos son residir en Entre Ríos, estar dispuestos a asumir y acompañar la crianza, y comprender cabalmente la complejidad de la adopción y el interés superior de los niños.

Aun así, la dificultad para encontrar familias para adolescentes y para niños con discapacidad o con distintas enfermedades llevó a poner en marcha instrumentos alternativos, como el Dispositivo de Referentes de Cuidado y Acompañamiento, cuyas inscripciones se abrirán en los próximos días.

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