
La empresa chilena Neocrop Technologies, en colaboración con el semillero argentino Buck Semillas, ha recibido la aprobación para desarrollar el primer trigo editado genéticamente en Argentina, que presenta un alto contenido de fibra, con un incremento de entre cinco y diez veces, lo que implica una mejora para la salud. Recientemente, la firma logró una respuesta positiva del máximo organismo sanitario en Chile para avanzar en el proyecto y ahora ha conseguido lo mismo de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) en Argentina. Esta tecnología de edición génica no es transgénica, ya que no introduce genes externos y acelera el lanzamiento de productos: utiliza una herramienta similar a “tijeras” para cortar características de interés, conocida como CRISPR, y realizar pequeños ajustes en el ADN de la planta. Se anticipa que los ensayos a campo comiencen en Chile en el ciclo 2025/2026 y en Argentina en el siguiente.
“La Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) declaró que las líneas avanzadas de trigo editado genéticamente, desarrolladas por Neocrop Technologies en asociación con Buck Semillas (Argentina) y Campex Baer (Chile), con un alto contenido de fibra (amilosa), no se consideran organismos genéticamente modificados (no-OGM). Con esta decisión, estas líneas quedan fuera de la normativa que regula los cultivos transgénicos, abriendo el camino para su validación comercial en Argentina, al igual que cualquier trigo convencional”, dijo la empresa hoy en Valdivia, Chile, donde tiene su sede.
Neocrop Technologies emplea la plataforma Neotrait Engine, que acelera el desarrollo de cultivos adaptados a los desafíos agronómicos y climáticos, además de aumentar el valor nutricional, según se puntualizó.
“Con esta nueva decisión, la región avanza de manera histórica en la adopción de herramientas de edición génica. Haber logrado el primer trigo editado con una respuesta regulatoria positiva en Chile y ahora en Argentina reafirma nuestra convicción de que América Latina puede liderar la innovación agrícola global”, indicó Daniel Norero, cofundador y gerente de Negocios de Neocrop Technologies.
Callos de trigo editado genéticamente en el laboratorio de Neocrop Technologies
Por su parte, Carlos Becco, asesor de la compañía y una de las figuras destacadas del sector agrícola en Argentina, afirmó que el reconocimiento obtenido “posiciona al país a la vanguardia de la innovación agrobiotecnológica, consolidando su liderazgo en el uso de herramientas de última generación para enfrentar los desafíos productivos, ambientales y nutricionales del siglo XXI”.
En un campo de Buck Semillas en Necochea. Atrás, Elisardo González, director Técnico de Buck Semillas, y Daniel Norero, gerente de Negocios de Neocrop Technologies; adelante, Diana Martino, gerenta de Investigación de Buck Semillas, y Francisca Castillo, CEO y Directora de Investigación de Neocrop Technologies
Diana Martino, gerenta de Investigación de Buck Semillas y parte de la alianza, también se pronunció al respecto. “El trigo alto en fibra permite obtener un producto más saludable para la alimentación humana. Esto nos permite ampliar nuestra paleta de variedades con cultivares de calidad diferenciada”, destacó. Añadió que “colaborar con Neocrop nos ha permitido integrar técnicas de vanguardia tecnológica en el desarrollo de nuestras variedades. Gracias a esta alianza con Neocrop, nos establecemos como pioneros en la innovación del trigo editado genéticamente en el Cono Sur”.
La empresa chilena realizó ediciones en variedades élite recomendadas por sus socios, como Buck Semillas. “El resultado es un producto final sin la introducción de genes externos, es decir, no transgénico, lo que nos permite avanzar más rápidamente hacia variedades mejoradas listas para el campo”, explicó la Dra. Francisca Castillo, CEO y directora Científica de la compañía chilena.
LA NACION ha podido confirmar que el lanzamiento comercial está previsto para 2028.
Trigo editado genéticamente creciendo en sistema de speed-breeding en el laboratorio de la empresa chilena
Según señaló la empresa del vecino país, “las sociedades científicas y pautas médicas internacionales recomiendan un consumo mínimo diario de 25 gramos de fibra dietética debido a sus beneficios comprobados en la salud digestiva, así como en la regulación de la glucosa y el colesterol, y en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas”.
Añadió que, al igual que en Chile, “los niveles de consumo de fibra en Argentina son deficitarios: en 2019, el país presentó el menor consumo de fibra dietética de un panel de ocho países evaluados en Latinoamérica, con apenas 11 gramos diarios (en promedio). Este problema se torna aún más crítico en las áreas urbanas de Argentina, donde el consumo promedio no superaría los 5 a 6 gramos diarios, según un estudio del año 2022”.
Norero indicó que para abordar esta situación, las empresas mencionadas “pretenden desarrollar líneas comerciales de trigo con 5 a 10 veces más fibra, lo que permitiría producir harinas blancas con un valor nutricional superior al de las harinas integrales, ayudando a cerrar la brecha de bajo consumo de fibra en el Cono Sur a través de alimentos tan comunes como el pan, las facturas y otros productos elaborados tradicionalmente con harina blanca de trigo”.
La compañía recordó: “La industria ha tratado de responder a esta brecha nutricional mediante harinas enriquecidas con almidón de otras plantas, o con fibra de trigo adicionada. Sin embargo, en el primer caso, la calidad harino-panadera y organoléptica del producto suele verse afectada negativamente, y en ambos casos, aumentan los costos de producción. Por otro lado, las harinas integrales de grano entero, que poseen niveles de fibra de 1 a 3 veces mayores, no gozan de alta aceptación entre los consumidores, debido a factores como el sabor, la textura, los hábitos de consumo y un mayor precio”. Es en este contexto donde se vuelve relevante la alianza entre las empresas mencionadas.