
El peronismo completó anoche el proceso de inscripción de alianzas para los 24 distritos del país. La oficialización de los frentes estuvo lejos de ser un mero trámite legal. Reflejó un estado de debate y reconfiguración en ciernes. De todos modos, el PJ logró acordar una propuesta electoral unificada en 17 de las 24 provincias. En las siete restantes habrá una oferta peronista fragmentada en las elecciones nacionales de octubre.
Los matices también aparecieron a la hora de adoptar un nombre. La denominación Fuerza Patria tuvo bastante eco; algunos gobernadores, sin embargo, prefirieron sellos enfocados en lo local. Otra decisión relevante involucró a la provincia de Buenos Aires y también a CABA. En esos dos distritos, donde el kirchnerismo es más fuerte, la agrupación de Juan Grabois decidió no sumarse a la alianza Fuerza Patria.
Ese sector esperará hasta la fecha de inscripción de candidaturas (17 de agosto). Recién entonces definirá si compite con lista propia como Patria Grande o si varios de sus dirigentes se integran a la coalición, ya directamente como candidatos.
Grabois eligió una estrategia para ejercer presión. El escenario podría derivar en que el pan-peronismo tenga dos listas el 26 de octubre: la oficial de Fuerza Patria y una alternativa, de Patria Grande, con Grabois en PBA y la exlegisladora Ofelia Fernández en CABA.
Esa hipótesis, de concretarse, mostraría a la principal fuerza opositora en el camino opuesto de su antagonista del arco ideológico: esta semana La Libertad Avanza y el PRO celebraron un acuerdo para formar una lista conjunta tanto en PBA como en CABA (también en otros distritos).

La postura de Grabois generó suspicacias y algo de desconfianza entre las distintas tribus del PJ. Una versión le atribuyó a CFK algún grado de influencia (por detrás) en el contrapunto. El propio Grabois lo desmintió al compartir un acto con Máximo Kirchner. En el entorno de la expresidenta, a su vez, lo negaron enfáticamente.
“Hay una lectura que dice que esto tiene cierto aval de ella. Eso no es así. Ella quiere que vayan todos juntos, con todas las vertientes del peronismo adentro. Cualquier movimiento que haga Juan (por Grabois) es una decisión exclusivamente de él y no fue charlada con nadie ni es avalada por nosotros”, aseguró a Tiempo uno de los colaboradores más cercanos de Cristina.
La misma fuente agregó: “El único objetivo que tenemos es mantener los 15 diputados nacionales que entraron por la Provincia en 2021. Conseguir 15 como base.”
El partido de Grabois, en suma, no firmó la adhesión a Fuerza Patria en CABA y PBA, pero sí lo hizo en otras provincias. Suscribió el acta de constitución de la alianza en Santa Fe, Córdoba, San Juan y Río Negro, según confirmaron a este diario desde Patria Grande.
Habrá que ver qué sucede con el abogado y dirigente social, más su hipotética candidatura: según declaraciones del propio Grabois, su principal motivación para tensar la cuerda es evitar que Sergio Massa quede al frente de la lista de diputados nacionales.

“No puedo aceptar dócilmente que al espacio peronista lo hegemonice Massa”, dijo Grabois al visitar los estudios de C5N. Fue hace diez días, en una entrevista realizada por el periodista Gustavo Sylvestre. Pero si la figura de Massa resulta incómoda para Patria Grande, la misma distancia genera el propio Grabois entre muchos intendentes del conurbano. Les causa incomodidad, alguno lo considera “pianta-voto”.
Esos raros nombres nuevos en el peronismo
En cuanto al panorama general, los 24 distritos mostraron realidades distintas al inscribir sus alianzas. En la mayoría de las provincias el PJ acordó un frente único, compartido con otras fuerzas: así ocurrió en Buenos Aires (aunque subsista la intriga sobre Grabois); lo mismo en CABA.
También hubo acuerdos de unidad en Chaco, La Rioja, Tucumán, Santa Fe, Mendoza, San Juan, Neuquén, Catamarca, Formosa, Río Negro, Entre Ríos y Corrientes.
En Chaco, Jorge Capitanich tejió una alianza con espacios que en el pasado supieron tener fuertes desacuerdos. La integran 14 partidos: son el PJ, Partido del Trabajo y del Pueblo (PTP), Libres del Sur, Frente Grande, Kolina, Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo, Partido Renovador Federal, Frente Renovador, entre otros.
Todos esos espacios competirán juntos como Fuerza Patria. Capitanich, se descuenta, irá al frente de la lista como primer candidato a senador nacional. (Chaco es una de las ocho provincias que en octubre renovará sus tres bancas del Senado. Las otras son Tierra del Fuego, Salta, Santiago del Estero, Río Negro, Neuquén, Entre Ríos y CABA.)

Otra experiencia de unidad se alcanzó en La Rioja. Allí, por impulso de Ricardo Quintela, se anotó un frente motorizado por el PJ aunque compuesto también por el Frente Renovador, Kolina, Demócratas Cristianos y espacios provinciales como Norte Grande y Lealtad y Dignidad. A diferencia de Chaco, en La Rioja eligieron una denominación ligada a su historia para el frente electoral: lo llamaron “Federales. Defendamos La Rioja”.
Si La Rioja optó por la palabra “Federales”, otros distritos eligieron identidades que apelan a lo local; a una presunta defensa del terruño. Así sucedió en Tucumán, donde el PJ inscribió su alianza con el nombre “Frente Tucumán Primero”. Lo mismo se priorizó en San Juan (“Fuerza San Juan”); La Pampa (“Defendemos La Pampa”), y Entre Ríos (“Fuerza Entre Ríos”).

Otras jurisdicciones, en cambio, se plegaron a la denominación “Fuerza Patria”, que se estrenó para los comicios bonaerenses del 7 de septiembre. Aparte de CABA, Buenos Aires y Chaco, eligieron ese nombre Santa Fe, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Corrientes.
Competencia interna y debate en las elecciones
En siete provincias, el PJ no pudo acordar una única construcción electoral. En esos lugares hubo dos o hasta tres alianzas inscritas en la justicia electoral. De todas ellas, la más relevante es Córdoba. El distrito ubicado en el centro geográfico de la Argentina y cuya población habilitada a votar representa el 8,66% del padrón del país (cifras de 2023).
Allí, el PJ local (“cordobesismo” en la jerga) oficializó un nuevo frente bajo el nombre de “Provincias Unidas”. Así se autodenominaron los dirigentes del polo de “centro” conformado por el gobernador Martín Llaryora junto a sus pares Maximiliano Pullaro (Santa Fe); Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Carlos Sadir (Jujuy).
Esta alianza representa a la estructura oficial del PJ cordobés; se especula que llevará a Juan Schiaretti como primer nombre de la lista de diputados nacionales. Pero allí no termina la oferta del peronismo: la diputada Natalia De la Sota, hija del fallecido José Manuel, oficializó ante la justicia su propio armado. Autónomo de Schiaretti y Llaryora, lo llamó “Defendamos Córdoba”.
A su vez, el kirchnerismo de Córdoba inscribió su propia alternativa electoral: se llamará también Fuerza Patria. Por esta razón, el domingo 26 de octubre habrá tres frentes ligados al peronismo en las urnas de la provincia.
Otros distritos donde el PJ no pudo unificar su propuesta electoral son Misiones (habrá un frente cercano a Carlos Rovira y otro ligado al kirchnerismo); Salta (competirán una alianza ligada al gobernador Gustavo Sáenz y otro armado asociado a Juan Manuel Urtubey); y San Luis (se oficializaron tres alianzas ligadas al PJ, una de Alberto Rodríguez Saá, otra de su hermano Adolfo mientras que el kirchnerismo inscribió Fuerza Patria).Tampoco se pudo inscribir una única alianza en Chubut. Lo mismo pasó en Jujuy y Tierra del Fuego, donde sectores del justicialismo se plegaron al Movimiento Popular Fueguino (Mopof) por lo que dividirán los votos al escindirse del espacio oficial, también bautizado como Fuerza Patria. El arquitecto de este último frente, integrado por varios partidos, es el gobernador Gustavo Melella.
