El yen sufrió una fuerte caída el viernes frente al dólar y otras divisas de referencia, en un clima de alta volatilidad tras la decisión del Banco de Japón (BoJ) de llevar sus tasas al nivel más alto en 30 años. Los mercados reaccionaron con ventas masivas de la moneda nipona, empujándola hacia niveles que podrían derivar en una intervención oficial.
El Banco de Japón elevó su tasa oficial del 0,5% al 0,75%, una medida que, según varios responsables monetarios, ya estaba ampliamente anticipada. No obstante, la rueda de prensa posterior de Kazuo Ueda, gobernador del BoJ, generó incertidumbre entre los operadores al evitar precisar el calendario y el ritmo de futuras alzas, lo que incentivó la salida de posiciones en yen y profundizó su debilidad.
El viernes, el dólar llegó a apreciarse hasta un 1,2% frente a la moneda japonesa, alcanzando los 157,48 yenes, el mayor avance en cuatro semanas y en camino de anotar la subida diaria más importante desde comienzos de octubre. La última cotización lo situaba en 157,410 yenes, un aumento del 1,19%. Otras monedas también marcaron máximos históricos respecto al yen: el euro alcanzó los 184,6 yenes, el franco suizo los 197,23 yenes y la libra esterlina los 210,58 yenes, su valor más alto desde 2008.
“Creo que la mayoría de las divisas se están consolidando, pero la más importante, por supuesto, es el yen”, aseguró Marc Chandler, de Bannockburn Global Forex en Nueva York, en una declaración publicada por Reuters. “Creo que mucha gente está diciendo que el Banco de Japón no fue lo suficientemente agresivo”.
Ante la abrupta depreciación del yen, la ministra japonesa de Finanzas, Satsuki Katayama, expresó la preocupación del Gobierno y advirtió sobre la posibilidad de actuar para frenar movimientos excesivos. “Estamos alarmados porque estamos viendo claramente movimientos unilaterales y bruscos en el último medio día o en las últimas horas”, dijo Katayama a la prensa, tras una reunión virtual con sus homólogos del Grupo de los Siete, de acuerdo con declaraciones recogidas por Reuters.
Katayama subrayó que Tokio adoptará “medidas oportunas” para enfrentar una volatilidad desmesurada, indicando que estas acciones incluirán respuestas frente a movimientos impulsados por especuladores, conforme al acuerdo bilateral con Estados Unidos firmado en septiembre y dirigido a contener fluctuaciones extremas. Tras las advertencias de la ministra, el dólar descendió brevemente por debajo del umbral de los 157 yenes, aunque la presión sobre la moneda japonesa persistió.
De acuerdo con operadores citados por Reuters, la percepción general es que el Gobierno japonés podría intervenir en los mercados de divisas si el yen supera la barrera de los 160 por dólar, rememorando la intervención de julio de 2024, cuando la moneda nipona se depreció hasta valores mínimos de los últimos 38 años.
Preguntada sobre el reciente movimiento de tasas del BoJ, Katayama explicó que la decisión se fundamentó en la dinámica de salarios y precios, con el objetivo de alcanzar de manera sostenible la meta de inflación del 2%. La ministra manifestó su confianza en que el Banco de Japón continúe cooperando estrechamente con el Gobierno para implementar una política monetaria coherente conforme avancen los salarios y se consolide el objetivo inflacionario.
En tanto, el euro se mantenía estable frente al dólar, con una cotización de 1,1716 dólares, luego de que la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, evitó ofrecer señales claras sobre próximos pasos y dejó todas las opciones abiertas durante su comparecencia el jueves. Mientras tanto, el Banco de Inglaterra redujo su tasa al 3,75%, en una decisión más reñida de lo previsto por el mercado; la libra cotizaba a 1,3378 dólares, lo que podría limitar el margen para nuevos recortes.
(Con información de Reuters)




